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Cuando la situación de la docencia y de la educación nacional se encuentran en el peor período de la historia, la dirección kirchnerista de Ctera se ha convertido en una agencia política del FMI.
Es lo que ocurre también con la burocracia de la CGT.
Este es el problema crucial del conjunto del sindicalismo docente.
La visita de Yasky y Baradel a la embajada norteamericana no ha sido de carácter protocolar. Es la firma que han puesto a la gestión de una política enteramente subordinada a los fondos financieros internacionales y a solventar la deuda pública – de 400 mil millones de dólares – con acreedores nacionales y extranjeros.
Como consecuencia de todo esto ha subido fuerte la desafiliación sindical, de un lado, y se han reforzado las autoconvocatorias, del otro.
La caída brutal del salario y de las condiciones laborales de la docencia, ni qué decir de la caída de la calidad de la educación que reciben millones de niños y adolescentes de los trabajadores, tiene una causa política. Esa causa es el sometimiento al estado, al gobierno de turno y al capital financiero de adentro y de afuera. La pobreza ha crecido a niveles espectaculares cuando se registran las mayores ganancias empresariales en mucho tiempo, y los bancos son remunerados con tasas de interés usurarias
El salario docente ha sufrido una desvalorización muy fuerte. Una y otra vez se suman cifras en negro, que no cuentan para la jubilación. En consecuencia, el 82% móvil de nuestro “régimen especial”, cubre la mitad de lo que promete.
Por cargo, los salarios básicos iniciales se encuentran por debajo de la canasta de pobreza de $150000 y muy lejos de los $280000 que suma una canasta familiar. Se ha perdido la jornada laboral de cuatro horas para primarias, mientras los profesores de secundaria gastan su salario en los viajes que deben hacer entre escuela y escuela. Existe un desconocimiento generalizado de los estatutos y sus conquistas.
El compromiso de dedicar a la Educación el 6% ha sido siempre una farsa. En primer lugar, porque sólo se ha cumplido en forma aleatoria. En segundo lugar, porque ese PBI cae en picada, en especial como resultado de la desvalorización del peso. En tercer lugar, porque supone atar un rubro decisivo para el pueblo, a los ciclos capitalistas que el pueblo no controla. En cuarto lugar, porque ese gasto se ha descuartizado entre las provincias, afectando en forma brutal a las más pobres. En quinto lugar, porque incorpora subsidios a la enseñanza privada y clerical. Por último, pero no definitivo, porque ata la Educación a los efectos destructivos de los ‘golpes de mercado’, que organizan, precisamente, los fondos usureros que se han apropiado de los recursos del Estado.
Los ‘gurúes’ nacionales y populares han transferido la financiación de la educación a un sector de las familias de Argentina. Eso significa el crecimiento de la educación privada, a expensas de la pública, que tiene lugar a un ritmo encendido, bajo las barbas de la burocracia, también ‘nacional y popular’, de Ctera. La deducción del impuesto a los ingresos para quienes concurren a la escuela privada es otro subsidio más a sus patronales, que se embolsarán el dinero por medio de aranceles más altos. Alessio, Baradel y Yasky no han abierto la boca acerca de esta transferencia de ingresos a costa de la educación pública.
La forma más ostensible y desvergonzada de apoyo a la enseñanza empresarial lo constituye la bajísima o nula sindicalización del sector,y el boicot de la burocracia de Ctera a sindicalizar al conjunto de los sectores de la docencia. Organiza de este modo la separación de los docentes privados en la lucha de los trabajadores de la educación. La burocracia quiere evitar la colisión con las patronales privadas y el clero y asegurar su posición social a expensas del desarrollo de la educación igualitaria y laica.
En nuestra condición de corriente obrera y socialista, declaramos que la superación de la grave crisis humanitaria requiere unir a los trabajadores de la Educación en un sindicato único, democrático e independiente del estado, y requiere abolir el poder político de las grandes corporaciones por medio de un gobierno de trabajadores.
2023 debuta con la decisión del ministro Massa y el gobierno kirchnerista de poner un tope del 60% anual a los aumentos de las paritarias, divididos en dos semestres de 30% cada uno. La inflación que proyectan las tendencias de los precios será, para el año, de más del 120% anual. El kirchnerismo ‘espera’ neutralizar el impacto de los tarifazos en luz, gas, alquileres (más expensas) y prepagas, mediante una poda del ajuste de los salarios a la inflación. Las burocracias de la UTA y de Sutecba ya han firmado en esos términos.
La burocracia de CTERA, anuncia que quiere hacer lo mismo. Ha ido a una paritaria nacional sin mandato, con el reclamo de un “aumento de salario que supere a la inflación, con revisión permanente”. La ‘revisión permanente’ significa la aceptación del planteo de Massa, que es arrancar con el aumento que ofrece el gobierno, iniciar las clases, y ver qué pasa después. Esto es dar un voto de confianza al gobierno del FMI. No plantea lo fundamental, que es devolver el poder adquisitivo perdido al salario básico y las categorías subsiguientes. El salario nacional inicial, de bolsillo, es de $90338, el 60% de una canasta de pobreza.
En función de una política conscientemente divisionista y derrotista, la paritaria nacional deja la discusión salarial de conjunto a cada provincia por separado. La burocracia kirchnerista de Ctera ha descuartizado al sindicalismo de la docencia, que antes siempre fue nacional.
Las obras sociales se encuentran en colapso. La cuestión de la atención de la salud es dramática. La burocracia de Ctera impulsó la “presencialidad segura” en la pandemia, por la presión del estado y las patronales privadas, y ahora no se hace cargo de la secuela de enfermedades que ha producido una pandemia, que no ha concluido.
La docencia advierte la gravedad de la situación y también advierte el callejón sin salida que ofrece la burocracia de Ctera.
En Neuquén, las asambleas regionales de ATEN votaron contra la propuesta de “un bono por única vez” (en negro) y la promesa de futuros aumentos trimestrales. En Santa Cruz y Rio Negro, las bases empujaron para que los sindicatos rechazaran las propuestas provinciales encuadradas en el 60% pactado entre CTERA y el gobierno. En Santa Fe, la docencia paró, en forma intermitente, 19 días en 2022, y en Buenos Aires hubo cuatro días de paro masivos y autoconvocados.
Proponemos que los sindicatos en lucha constituyan una dirección común, para elaborar un plan de lucha que organice la huelga general. La unificación nacional de la docencia, que la burocracia ha desmantelado, se producirá mediante la unificación de la lucha, o sea de la huelga general. Los paros aislados y descoordinados solamente han producido derrotas.
Debemos preparar una huelga general. Es necesaria la unión de los sindicatos independientes de la burocracia con los movimientos autoconvocados. Existe una tendencia de los trabajadores en esa dirección. La huelga general fue la herramienta final de los obreros del neumático, ante la intención patronal de destruir al sindicato; de los residentes de salud de CABA y Provincia; de los aceiteros; de los recibidores de granos; de los portuarios de Rosario y de varias seccionales y sindicatos docentes del país.
Nuestra corriente, Política Obrera, promueve en el movimiento docente esta plataforma:
-Aumento de salario de emergencia, al básico, de $150000. Salario inicial igual al costo de la canasta familiar por cargo ($280000) indexado por inflación; todas las remuneraciones en blanco, de una vez y computables para jubilación. Paritarios electos por la base. Independencia política de las organizaciones sindicales.
-Abajo las reformas anti educativas y la 5ta hora en la Escuela Primaria. Defensa del régimen del 82% en términos integrales, y del Estatuto del Docente.
-No al vaciamiento de las obras sociales docentes. Que el Estado disponga un fondo de emergencia para reponer integralmente las prestaciones, bajo control de trabajadores y jubilados docentes electos.
-Por aulas de veinte alumnos por docente; creación de los cargos faltantes, actos públicos regulares. Pase a planta bajo estatuto de todos los educadores de planes educativos precarios. Plan de obras de infraestructura escolar y aumento del presupuesto educativo, bajo control de la docencia.
-Combatir la criminalización de la lucha docente y de sus organizaciones sindicales, por medio de manifestaciones, ocupaciones de edificios, piquetes y huelgas.
-Por una campaña de sindicalización de los docentes de la enseñanza privada, y por una educación pública, gratuita y laica.
Política Obrera reivindica:
-el desconocimiento de la deuda, por la ruptura con el FMI y el control obrero de las cuentas de las grandes empresas y bancos, por parte de los trabajadores.
-Por un gobierno de trabajadores.
-Por la Unidad internacional de los trabajadores para poner fin a la guerra de la OTAN y la Rusia de Putin e impedir su escalada al resto del mundo.
Tribuna Docente Tendencia – Política Obrera 17/2/2023