Nota de tapa de Política Obrera N°64 edición impresa.
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Los convenios firmados por las burocracias de UTA, Sutecba y Ctera han avalado lo que cualquier persona consideraría absurdo: el tope del 60 % de aumento salarial para 2023, en dos cuotas semestrales del 30 %.
La ministra de Trabajo, Kelly Olmos, aseveró que un aumento general de salarios, incluso en la forma de una suma por única vez, destruiría el sistema de paritarias. Pero ese sistema, tal como lo maneja la burocracia sindical, ha provocado un deterioro fenomenal de los salarios. Al mismo tiempo ha reforzado las partidas “no remunerativas”, que luego no entran en la discusión salarial. Por último, las paritarias no aplican al 40% de los trabajadores no registrados.
El aumento general de 100 % de los salarios debe ser también para los jubilados, cuyas remuneraciones, para un 80 % de ellos, son inferiores al nivel de pobreza. Deben sobrevivir con el salario deteriorado de sus familias.
En resumen, es necesario un aumento general del ciento por ciento de los salarios para todas las actividades y categorías. De lo contrario, el 25 % de pobreza que registran los trabajadores ‘en blanco’ se convertirá en un porcentaje cada vez mayor, ni que decir de quienes están ‘en negro’ o los monotributistas, y los que reciben medio salario mínimo por el Potenciar Trabajo. Los precios “justos”, por “justos” que sean, no tienen incidencia en la canasta familiar, ni se encuentran en las góndolas.
El mismo gobierno que califica a un aumento de salarios como inflacionario, estuvo comprando títulos de la deuda en dólares del Estado, que enseguida cayeron de precio, provocando una pérdida gigantesca a las finanzas públicas y un enorme beneficio a los acreedores. Mejor hubiera sido para el Tesoro y para las familias obreras un aumento general de los salarios.
Además, el gobierno estableció un régimen permanente de recompra de títulos en pesos, para evitar una “corrida cambiaria” al dólar a un costo enorme para las finanzas públicas. Un aumento general de salarios, en cambio, no produciría una “corrida cambiaria”, porque sería destinado a pagar alimentos y servicios en constante aumento.
Los sindicatos que responden a Cristina proponen aumentos fijos por única vez, no la incorporación de ese aumento a los básicos y a las categorías de convenio. Es un planteo contradictorio. Por un lado, no resuelve el deterioro salarial; por el otro, crea una curva descendente para los salarios futuros. Este sector de la burocracia busca salvar la cláusula del aumento del 60% anual, con el paliativo de lo que sería un bono.
Es necesario un aumento general de salarios, del ciento por ciento, porque los ajustes por inflación, sin este aumento, perpetúan la desvalorización ya producida del salario e incluso la incrementan. Se trata siempre de un ajuste atrasado.
"Con la dolarización, el salario y las jubilaciones se irían aun más a pique" Marcelo Ramal PUBLICADO EN EL CANAL DE YOUTUBE DE POLÍTICA OBRERA
"La dolarización es el pretexto para un severo ajuste" Marcelo Ramal 3/2/2023 PUBLICADO EN EL CANAL DE YOUTUBE DE POLÍTICA OBRERA.