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La semana pasada, finalmente se terminó cerrando la paritaria de los bancarios. Al filo del fin de la conciliación obligatoria, la Asociación Bancaria firmó, después de dos meses y medio de negociaciones, un aumento del 32,5 % en cuatro cuotas. Según el comunicado difundido por el sindicato, el acuerdo rige para los cinco meses iniciales del año e incluye un ajuste del 0,7 % para la paritaria 2022 y una compensación extraordinaria por el impacto del impuesto a las ganancias.
El incremento salarial se desglosa en un 6 % para enero; 7,1 % para febrero; 11 % para marzo y un 8,4 % en mayo. Todos los porcentajes se aplicarán sobre la base del salario de diciembre de 2022 lo que representa para los bancos un beneficio adicional, porque con el correr de los meses la base salarial queda desactualizada. La inflación anual se estima en 120 % como piso.
La burocracia sindical en su conjunto intenta instalar la idea de que cualquier arreglo da igual, total luego terminará siendo revisado y empardado con la inflación. Esa idea es la vía principal para la pérdida de salarios de los últimos años: los acuerdos a la baja nunca terminan siendo compensados. En primer lugar porque, como ya explicamos, la base de discusión del salario sigue siendo anual y se desactualiza día a día, y luego porque nunca se compensa lo perdido durante todos los meses en los que los trabajadores quedan por debajo de la inflación. Un claro ejemplo es que el pago del retroactivo de los meses de enero y febrero fue postergado hasta el 8 de abril próximo, dejando tres meses y medio de pérdida de inflación de ese retroactivo en poder de la patronal bancaria.
Con la firma del acuerdo, el salario inicial llegará recién en mayo a $ 306.811, lo que significa que, para mayo, no alcanzará a la canasta familiar. Como se ve, el acuerdo se mantuvo dentro de los términos de la pauta establecida por el gobierno, y según los medios fue recogida con "alivio" desde las oficinas del Ministerio de Economía.
La novedad principal del acuerdo, la compensación por Ganancias, también conlleva sus bemoles. Por un lado, es claro que las sumas acordadas -que van de los $ 50.000 a los $ 450.000, según la escala salarial- no alcanzan de ningún modo a la totalidad de lo confiscado por el impuesto a los trabajadores. Por otro, este acuerdo salva íntegramente la recaudación del gobierno con el impuesto, algo en lo que está comprometida toda la burocracia sindical.
Otro tema importante es que el acuerdo de la compensación se hizo aceptando una propuesta de cuotas inferiores a las originales: las patronales habían ofrecido un 11,5 % de aumento desde enero (Ámbito, 16/2) que en el acuerdo firmado bajó a un 6 %. ¡Es decir que parte de la compensación por ganancias proviene directamente de una disminución de la primera cuota del acuerdo!
La Bancaria, tanto como los propios bancos, se han valido de un artilugio para evitar que el bono compensatorio de ganancias termine pagando ganancias en sí mismo: lo definieron como una compensación por los gastos asumidos por los trabajadores durante los años de pandemia. Con este truco, además, el gobierno intenta prevenir un efecto contagio de este tipo de reclamos, aunque ya es un hecho que ganancias se volverá un reclamo de conjunto.
El acuerdo por sumas por única vez grafica el derrotero de Sergio Palazzo, dirigente de la Asociación Bancaria y además diputado del Frente de Todos. Palazzo viene de presentar un proyecto de ley que planteaba llevar el piso del impuesto arriba de los 600 mil pesos, en 2022. El proyecto, apoyado por distintos sectores sindicales, sin embargo, no recibió el apoyo ni de la propia bancada del gobierno. Por su parte, Palazzo lo viene dejando cajonear sin impulsar lucha alguna. El pasaje de un reclamo de conjunto a las sumas compensatorias por única vez, significa un retroceso en toda la.linea. La compensación representa una suma exigua para bancos que están "colocados" en deuda doblemente indexada, por inflación y por el dólar.
El acuerdo incluye además el canje del derecho a la guardería, establecido por Ley, por una suma fija de $35.000, en línea con lo acordado por la CGT, la UIA y el gobierno. Este acuerdo significa, por un lado, un paso adelante largamente reclamado por los trabajadores bancarios, porque lo pasarán a cobrar todos los trabajadores con hijos menores a 4 años -aun si la plantilla de la sucursal del banco en el que trabajan no llega a 100 trabajadores- cuando hasta ahora se venía cobrando sólo en algunos bancos como el Nación. Por el otro, también significa que no habrá ninguna guardería en ningún banco del país, y que se corre el peligro de que la percepción sea recibida solo por el personal efectivo de los bancos –y que no alcance a los tercerizados.
Por último, la paritaria bancaria se ha firmado enteramente a espaldas de los trabajadores . No han habido ni asambleas ni congresos de delegados, como alguna vez se hicieran en el Banco Provincia. Los miles de trabajadores que pararon los bancos en febrero son convidados de piedra en la discusión de su propio salario.
En resumen, Palazzo ha sacrificado por su apoyo al gobierno las reivindicaciones de los bancarios.