EE. UU. bombardea Siria

Escribe Norberto Malaj

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Aviones de combate F-15 que despegaron de la base aérea de al-Udeid, en Qatar, bombardearon el norte de Siria. La excusa, una supuesta represalia frente al asesinato con un dron de origen iraní de un contratista norteamericano en una planta de gas. El bombardeo mató a por lo menos once personas en diversos lugares de la región devastada dos meses atrás por el terremoto que dejó cientos de miles de damnificados.

No es la primera vez que EE.UU. procede de este modo. Los norteamericanos mantienen desde 2015 casi un millar de efectivos en el norte de Siria, en un área bajo dominio kurdo que el gobierno sirio no controla desde hace años.

En 2021 y 2022 los norteamericanos hicieron dos incursiones en Siria. Más tarde, como expresión de cierta distensión con Irán, delegaron esta tarea en los sionistas —quienes con frecuencia bombardean Siria con el aval de Rusia, que controla su espacio aéreo.

Ahora la incursión aérea que acaba de tener lugar destaca porque parece dirigirse a ´bombardear´ los acuerdos de distención de Irán e Irak y los que le siguieron, que restablecieron las relaciones diplomáticas de Siria con los sauditas y los emiratos del golfo.

Desde que EE.UU. asesinara con aviones no tripulados al general de la Guardia Revolucionaria iraní, Qassem Soleimani, en Beirut, en 2020, este ataque apunta una vez más contra la república islámica de Irán. Biden está frente a una encrucijada: después de prometer que volvería a la mesa de negociaciones con Irán sobre el acuerdo nuclear que Trump canceló, ahora es quien ha vuelto sobre sus pasos. Esto en el mismo momento que, por un lado, Irán acaba de restablecer relaciones con los principales países de la región antes subordinados a Trump y, por el otro, Irán pasó a ser el principal proveedor de drones a Rusia.

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