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IOMA sigue desatendiendo a sus afiliados al continuar con el atraso en el pago de las prestaciones o al discontinuarlas por completo. Homero Giles, su presidente, ya había explicitado su intención de reemplazar a todos los prestadores por policonsultorios propios, muchos de los cuales, con solo semanas de funcionamiento, ya no dan turnos, como es el caso de los servicios odontológicos.
Viejos prestadores como el Fleni cortaron la atención por falta de pago, pero también lo hicieron clínicas que habían empezado a atender el año pasado brindando estudios complejos, como la Clínica del Pilar en Ciudadela. La novedad de este año, el Hospital Italiano de San Justo para los afiliados de zona oeste, ya está limitando la atención por falta de pago.
El extremo de la crisis se vivió al principio de este mes, cuando se suspendieron operaciones programadas debido a la huelga de los anestesiólogos por el mismo reclamo.
Si a esto le sumamos los recurrentes y crónicos rechazos a las internaciones domiciliarias y a los tratamientos oncológicos, la no cobertura de la mayoría de los medicamentos, podemos hablar de un plan criminal contra los trabajadores estatales de la provincia de Buenos Aires.
Mientras tanto los sindicatos son cómplices, participando en el directorio del instituto sin acompañar una sola denuncia. Por el contrario, en el caso del SUTEBA, por ejemplo, en algunas de las reuniones de delegados de abril, los secretarios generales distritales se dedicaron no solo a despotricar contra los médicos que pretenden “cobrar más” y a defender abiertamente al IOMA negando la desatención, sino que sinceraron una política que están discutiendo. Dentro de la conducción del sindicato están planteando la posibilidad de convertir los Centros de Salud del Suteba, donde se atienden solo los docentes afiliados al sindicato, en policonsultorios donde se atenderían todos los empleados públicos de la provincia. Esto pone en evidencia que la crisis del IOMA de igual modo alcanza a los Centros de Salud, de donde los médicos también se están yendo en busca de mejores condiciones de trabajo, y explica por qué se ven limitadas las especialidades en los mismos.
Que el IOMA es una caja negra para el gobierno de la provincia fue evidente durante la pandemia, cuando con fondos del Instituto se subsidió mensualmente a las clínicas privadas. No es por falta de fondos.
Más que nunca se hace necesario luchar por un IOMA dirigido por trabajadores y afiliados.