CABA: las villas de la Ciudad, zona franca para los grandes empresarios

Escribe Claudia Jati

Tiempo de lectura: 2 minutos

Hace ya un año, la Legislatura porteña aprobó la llamada “Ley de Integración Productiva”, con los votos a favor del Pro, UCR Evolución, la Coalición cívica y algunos libertarios que responden a Milei. La norma le otorga un beneficio impositivo a las grandes cadenas que decidan instalarse en las villas Rodrigo Bueno, Villa 20, Playón de Chacarita y Villa 31. La eximición impositiva alcanza el 80% de Ingresos Brutos (IIBB) para diferentes actividades comerciales de las grandes empresas. Si bien la ley sugiere un piso del 30 % de personal contratado que provenga de dicho barrio, las empresas no están obligadas a implementarlo . Esta ley solo es una puerta legal, abierta a los intereses de los grandes monopolios capitalistas. Este modelo de urbanización consiste en realidad en la creación de zonas francas para eximición de impuestos a los grandes negocios.

A fines de mayo pasado, Horacio Rodríguez Larreta inauguró una sucursal de Farmacity junto con María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat, en el Playón Fraga, de Chacarita. Su anuncio da a entender que la acción de su gobierno tuvo que ver directamente con este hecho y que está “orgulloso” (sic) de ello. Blanquea, de esta manera, el interés con el que favorece a los empresarios amigos de su gobierno. Farmacity es una de las tantas empresas que posee el grupo Pegasus. Esta corporación también posee otras cadenas , empresas y marcas en diferentes países de Latinoamérica, como Puppis (veterinarias), Freddo (heladerías), Blush-Bar (belleza), Pampa Cheese (lácteos), Insta leap ( software s, Marketec (cobranzas), Calucé (salud) , Viajero (hostels). Uno de los fundadores de Farmacity fue Mario Quintana, ex vicejefe de gabinete de Mauricio Macri.

Si el objetivo realmente fuese acercar el sistema de salud a la población más vulnerable, debería priorizar la instalación de un Cesac con atención farmacéutica incluída, en el medio de la villa y no la instalación de monopolios capitalistas eximidos de impuestos. Mientras tanto, el hospital Tornú, el más cercano a dicho barrio, se cae a pedazos. Los salarios del personal de los hospitales son miserables (lo que lleva a la necesidad del pluriempleo) y la pérdida del poder adquisitivo va en aumento con paritarias a la baja. Integración debería incluir tener acceso a un sistema de salud y de educación públicas de calidad, pero ahí los partidos patronales prefieren reducir los presupuestos para garantizar el pago de la deuda externa. No hay fondos, según ellos, para paritarias, compra de insumos y mantenimiento, pero sí pueden darse el lujo de rechazar importantes sumas de dinero de ingresos brutos de pulpos económicos para asegurar mayores ganancias a los sectores privados.

Otra vez más vemos como los partidos patronales gobiernan en beneficio de su clase. Necesitamos un gobierno de trabajadores para que realmente el beneficio recaiga en la clase obrera.

Organicémonos en asambleas, mediante la deliberación y la lucha, para lograr nuestros objetivos y reivindicaciones de clase.

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