Escribe Emiliano Fabris
Tiempo de lectura: 2 minutos
En la ciudad un grupo de padres se ha autoconvocado para pedir que no se suspendan las clases cuando se convoquen paros por parte de los sindicatos de educación. ATE ha convocado a numerosos paros intermitentes, en reclamo de la cobertura inmediata de suplencias en las escuelas. SUTEBA ha votado también en asambleas masivas diversas medidas de fuerza y con altísimo grado de acatamiento. Este grupo de padres dice no querer afectar el derecho a huelga y solicitan poder ingresar a las escuelas para realizar ellos mismos las tareas de limpieza. Algunos también reclaman por mejoras edilicias ante el cuadro ruinoso de infraestructura escolar.
En este marco, distintos medios y todos los dirigentes de Juntos por el Cambio han viralizado las protestas para apuntarse en una carrera por declarar la educación como “servicio esencial”, cuyo único propósito es limitar el derecho a huelga y protesta en la educación. Quieren seguir el camino de los gobernadores Sáenz en Salta y Morales en Jujuy, que promueven leyes y reformas para limitar y prohibir la lucha. No obstante, al intentar manipular al grupo de padres fueron repelidos. La demagogia no puede ocultar décadas de ajuste implacable sobre la escuela pública, por parte de quienes apuntan en verdad a una mayor privatización de la educación.
Quien ha salido a apoyar los reclamos de Bullrich y Larreta es nada más ni nada menos que Baradel, quien emitió un comunicado para sumarse a los ataques a las medidas de protesta que los docentes resolvieron en asamblea. Se unen a la derecha para decir que los paros “arruinaron a la educación pública”. Que son “paros locales”, cuando desde fines del 2022 estos fueron extendiéndose en toda la provincia y motivaron aprietes y amenazas brutales por parte de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia, liderada por Kicillof. Afirman que “los reclamos no quedan del todo claros”, cuando se trata de una clara manifestación contra el cuadro de derrumbe salarial y de las condiciones de trabajo, tal como se ha expuesto en todas las asambleas y cuerpos de delegados del Suteba que los militantes de la Celeste han boicoteado sistemáticamente.
Ante el cuadro de destrucción de la escuela pública, defendemos todas las medidas de lucha que resuelven los trabajadores de la educación en asamblea. Nuestra corriente trabaja no por un plan anual con paros aislados, sino por concretar una fuerte huelga indefinida que, precisamente, concentre las energías para obtener una respuesta favorable a las reivindicaciones lo antes posible. De la mano del FMI y el pago de la deuda pública usuraria, la educación seguirá su vaciamiento. Llamamos a las familias y a toda la comunidad educativa a desarrollar un movimiento común y autoconvocado en defensa de la escuela pública.