Interpelación a Jorge Altamira en la Comuna 13

Escribe Valentina Viglieca

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“El día que desalojen las villas, el Riachuelo quedará limpio para favorecer la construcción de edificios en torre, al que servirá de espejo de agua", dijo Jorge Altamira, precandidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires en las listas de Política Obrera, durante un encuentro con vecinos de la Comuna 13 el pasado viernes 21 de julio. De la reunión participaron también la precandidata a Jefa de Gobierno, Valentina Viglieca, y Raúl Espineda, precandidato a la Junta Comunal.

La aseveración de Altamira tuvo lugar durante un debate sobre el desarrollo inmobiliario en el barrio de Núñez y la extensión de un viaducto en el Barrio Chino que está alterando el tejido urbano de la Comuna. El capitalismo no planifica la obra pública ni las viviendas con un criterio de necesidad y respeto por el medio ambiente; lo hace con un fin de lucro. La valorización del suelo es un fin en sí mismo, sin que importen las viviendas ociosas o las personas que no pueden pagar un alquiler y son expulsadas del otro lado de la General Paz o directamente a la calle. En la Ciudad, aunque no crece en número de habitantes, crece la crisis habitacional. No se planifica un centro urbano para quienes viven y trabajan aquí sino torres de lujo que quedarán semivacías, monoambientes con criterio turístico.

“Si quienes trabajan acá tuvieran la posibilidad de votar los cargos municipales no ganaría ninguno de los candidatos de los partidos tradicionales”, dijo Altamira. “Si los docentes, los trabajadores de la salud, los del subte y el transporte pudieran votar acá no sostendrían a los que hacen de CABA una Ciudad imposible para el que vive de su trabajo”.

Las vecinas desarrollaron el problema que en el barrio se conoce como “la grieta de Núñez”: obras descomunales de grandes torres que tienen hasta cinco subsuelos. Por eso, las casas tradicionales del barrio se agrietan y corren peligro de derrumbe.

Otro conflicto es la obra del viaducto, pensada para desarrollar un nuevo polo gastronómico. El turismo no es malo per se, una ciudad con una inmensa oferta cultural atrae turismo: el problema es que en Buenos Aires la oferta turística se contrapone a las necesidades de quienes la habitan.

Otra preocupación fue la falta de espacios verdes y la venta de tierras fiscales. No es un problema privativo de la comuna 13. La liquidación de los pulmones naturales de la ciudad y el crecimiento del cemento -“la cementización”- es parte de grandes negociados con las cámaras constructoras.

El mismo vínculo estrecho entre gobierno y constructoras caracteriza la intendencia de Jorge Macri en Vicente López, al punto que el distrito se convirtió en el que tiene menos espacios verdes del conurbano. Es el modelo de Mauricio Macri y Rodríguez Larreta que Martín Lousteau propone “seguir mejorando”.

Un gran cartel de “se vende”, ningún plan de viviendas populares, construcción de escuelas púbicas o de hospitales.

Durante la actividad surgió que, en las comunas, al margen de los funcionarios electos por los vecinos, se inventó una figura para la contratación a dedo de tres funcionarios electos: los “gerentes” de la comuna. La idea de dividir la ciudad en comunas y descentralizar algunas decisiones permitió a los sucesivos gobiernos avanzar sobre derechos, usos y costumbres, y segmentar la respuesta de los ciudadanos. Con los “gerentes” intentan correr a los comuneros electos e inclinar las decisiones hacia sus intereses. Es que muchas veces los comuneros electos son genuinos referentes barriales.

El plan de “divide y triunfarás” choca con una historia, la propia de la Ciudad de Buenos Aires. Es la ciudad de las huelgas de los talleres Vassena en el barrio San Cristóbal, de las rondas de las Madres de Plaza de Mayo en plena dictadura, la de la Marcha Blanca docente con casi un mes de paros y la de las asambleas populares en 2001. Es la ciudad de la vigilia en pandemia de cientos de miles por el derecho al aborto y del Ni una Menos. En el ADN de los porteños está la organización y la lucha. La división en comunas y sus “gerentes” no va a borrar eso.

La reorganización de la ciudad para usufructo de quienes viven y trabajan en ella, la prioridad de la obra pública para la construcción de escuelas, hospitales y viviendas. La desasbestización del subterráneo y la reducción de la jornada de trabajo ahí y en enfermería. La obligatoriedad de que las patronales paguen un salario igual al costo de la canasta familiar, de que se construyan jardines maternoparentales en los lugares de trabajo y en los barrios, el saneamiento definitivo del Riachuelo y la recuperación de los espacios verdes, entre otras reivindicaciones, no será posible mientras el gobierno esté en manos de los personeros del capital. En defensa de nuestras vidas y la de las futuras generaciones es que necesitamos un gobierno de las y los trabajadores.

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