Los luchadores del Hospital Francés en las listas de Política Obrera

Escribe Valentina Viglieca

Tiempo de lectura: 2 minutos

El cambio de turno del ex Hospital Francés -hoy hospital de PAMI- se vio RE VO LU CIO NA DO con la presencia de Política Obrera. Es que la actividad la sostuvieron los precandidatos comunales Julia Sáez y José Cóceres, ex delegados del hospital despedidos tras una lucha tenaz contra el vaciamiento.

Compañeros de ambos precandidatos salieron del edificio a medida que se enteraban que estaban ellos en la puerta y se quedaban charlando para no irse sin comprar Política Obrera impresa. Era emotivo escuchar el señalamiento de que ninguno había dejado su senda “seguís en la misma vos”, “no cambiaron nada”, eran algunas de las expresiones. Julia explicó una y otra vez que ahora éramos Política Obrera pero que sí, que el programa era el mismo.

Entre las conversaciones que surgieron se sintió la preocupación por llegar a jubilarse antes de que llegue la reforma previsional. Cómo juntar algo de plata para tener una casita dónde vivir, por más lejos que sea, cuando se acabe el trabajo. Y los cambios que se hicieron en el hospital y en el barrio. “Ahí donde están haciendo esas torres antes estaba la fábrica La Vascongada ¿te acordás?, cuando hicieron el segundo edificio adentro del hospital tuvieron que agregar unos tanques de agua enormes para que no se quede sin agua el hospital”. Los trabajadores de la salud toman nota de cómo afectan las obras al servicio que brindan.

En los 20 minutos que se formó la fila de salida las plataformas se repartieron como pan caliente. Algunos salían apurados y retrocedían al reconocerlos para fundirse en abrazos y anécdotas. Los más jóvenes y los de las tercerizadas miraban las escenas sin terminar de entender hasta que alguien decía: “estos eran delegados”.

La imagen más recordada: encadenados al hospital

Durante el gobierno de los Kirchner los trabajadores libraron tres años de lucha contra el vaciamiento y el cierre del Hospital. En ese momento conquistaron la nacionalización y que los absorbiera el PAMI. La lucha fue furiosa contra privados y contra el Estado. El enemigo declarado fue Aníbal Fernández uno de los responsables políticos del Puente Pueyrredón y hoy comprador de cien Taser como ministro de Seguridad de la Nación.

La negociación llevó a que 35 trabajadores, entre ellos el pleno del cuerpo de delegados, fuera despedido. La reincorporación llevó más de un mes de permanencia en la puerta del hospital y tuvo su desenlace cuando un grupo de trabajadores resolvió encadenarse a las rejas de la calle La Rioja. Mientras los sindicatos les daban la espalda en nombre “del dialogo”, los delegados clasistas se mantuvieron firmes con el apoyo de organizaciones piqueteras y vecinos. Su reincorporación llegó de la mano de dispersarlos por distintos edificios del Anses. Los nacionales y populares no se querían arriesgar a tenerlos todos juntos.

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