Tiempo de lectura: 2 minutos
El día del amigo, 20 de julio, la asamblea Santiago Maldonado se vistió de fiesta. El local rebosaba de compañeras y compañeros, y acudieron las docentes que imparten apoyo escolar cada semana. Es una actividad central de la asamblea, a la que se suman el merendero, un día en que trabajadores de la salud toman la presión y brindan otros cuidados, un día de peluquería, depilación, etc. Y la cena de los viernes -cuando se cocina para los vecinos- que puede comer allí o llevarse la comida a su casa.
La jornada comenzó por una charla de Olga Cristóbal sobre la situación política y la campaña electoral, las exigencias del FMI, qué significa para el salario de las familias trabajadoras la devaluación del peso. También hablamos de qué podemos hacer los trabajadores ante la “contrarrevolución laboral” que une a todos los candidatos patronales. Discutimos el ataque a las conquistas de las y los trabajadores desocupados y la campaña feroz contra los piquetes. Los días del Argentinazo y sus enseñanzas fueron evocados con precisión por la compañera María Luisa.
La angustiante situación económica de las familias obreras estuvo presente en las intervenciones de muchas compañeras. También la experiencia de Jujuy y Salta y la pregunta de cómo reproducir esa rebelión en la Ciudad. más de 60 compañeros, que luego fueron al acto de campaña de Política Obrera, había acudido antes al Obelisco para el acto en solidaridad con Jujuy.
Después del debate, sesionó la asamblea propiamente dicha, con un balance de lo actuado. Los asistentes tienen clara la necesidad de que la voz de las y los socialistas se escuche en cada barriada con la meta de avanzar en la organización de los trabajadores y de superar el 1,5 de las PASO. Muchos han participado en la lucha por la legalidad y habían realizado tareas de agitación toda la semana sobre la calle Nazca, una plaza de Flores y en el Parque Rivadavia.
Allí, un impertinente les dijo que volantes podían repartir solo los que militaban. “Hace más de 20 años que muchas de nosotras militamos”, le espetó María Luisa. Las compañeras explicaron con contundencia por qué distribuían volantes de Política Obrera y el caballero partió… leyendo el volante. En la plaza, un grupo de jóvenes les dijo que conocían a Ramal y a Altamira, y que volvieran con boletas. Los compañeros están colaborando también en el empaquetamiento de boletas y la cocina en el lugar, y el domingo se preparaban para ir a Parque Centenario.
Finalmente, los delegados presentaron las planillas de los ingresos y egresos del mes, que quedan en el local a disposición de los compañeros. Las actividades extraordinarias han posibilitado que la asamblea compre un buen horno y un buen freezer. El dinero sobrante a veces se utiliza para colaborar con compañeros de la asamblea que atraviesan una situación especial. Se está discutiendo que, una vez que se venza el contrato, será necesario encontrar un local más grande. Finalmente, se votaron las actividades de esta semana e invitar a Valu Viglieca para discutir la situación de las mujeres. Terminada la asamblea, comenzó la otra parte de la fiesta. Una mesa con bebidas y cositas ricas. Y hasta una espectacular torta de cumpleaños.
Como no podía ser otro modo, también hubo tiempo para el baile, que ayuda a entrar en calor y amenizar la velada.
La lucha de la clase obrera incluye el festejo y la alegría y, como señaló una de las docentes, el orgullo de ser los que construimos la riqueza nacional contra los parásitos que nos atacan.
La actividad forma parte de un ciclo de charlas sobre la situación política en distintas asambleas del Bajo Flores, que continúa esta semana por la de Santander.