Filo-UBA: abajo la reforma inconsulta y privatista del plan de estudio de Historia

Escribe Pablo Flores

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El tratamiento de un proyecto de “adecuación” del plan de estudio de la carrera de Historia de la UBA, además de su carácter inconsulto, pone en entredicho la estabilidad laboral de la propia docencia ante el cierre de seminarios y vaciamiento de ciertas materias, afín al brutal ahogo presupuestario que descarga Milei sobre la universidad pública.

“Adecuación”

El cambio en el plan de estudios de Historia es el séptimo que, desde 2016 al presente, se produce en las 10 carreras que se cursan en la Facultad de Filosofía y Letras. En todos los casos, las “adecuaciones” han introducido estorbos a la cursada (correlatividades, por ejemplo) y la sustitución de materias específicas en el tramo de formación profesional por materias procedentes de Ciencias de la Educación.

El nuevo diseño, además de que contraviene consideraciones académicas que ameritarían por sí solas un debate amplio y riguroso, pone una llamada de atención sobre el futuro de materias y seminarios. En efecto, la oferta de materias introductorias electivas se reduce de 8 a 6 -eligiendo 3 en lugar de 4-, y los seminarios en el Profesorado pasan de 2 a 1 y de 4 a 3 en la Licenciatura. Esto asegura el vaciamiento y eventual cierre de su oferta académica. El cierre y/o vaciamiento de materias y seminarios, proceso erosivo de años, podría dar un salto en calidad en un contexto de ajuste brutal educativo.

La Junta de Historia, expresión antidemocrática del cogobierno universitario, cuenta con los “votos” para hacer pasar esta reforma inconsulta, sumado al apoyo cerrado ‘nacional y popular’ de la minoría estudiantil (La Ortega Peña-El Colectivo en Historia).

Los problemas invocados por la gestión que atraviesan los graduados, tanto en lo respectivo a la ponderación como a la validez del título y su eventual inserción laboral, es el “caballo de Troya” para devaluar contenidos y proseguir el mismo curso de precarización y vaciamiento universitario existente.

Es necesario masificar el debate sobre la situación de la Facultad y de la Universidad en conexión con la situación política del país. Luego de la gran movilización del 23, se pone de manifiesto la política conciliadora de las camarillas privatistas que dominan la Universidad con el gobierno liberticida de Milei.

Desde Política Obrera llamamos a movilizar contra esta reforma inconsulta y a redoblar la organización docente-estudiantil a partir de autoconvocatorias, asambleas interclaustros, cortes y movilizaciones.

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