“No estamos en una etapa de reacción política sino de tendencias pre-revolucionarias”. Discurso de Jorge Altamira en el acto de Política Obrera realizado en CABA el 16 de noviembre de 2023.
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Compañeras, compañeros: la realización de este acto tiene un carácter singular, porque somos probablemente la única, y si no la única, una de las dos organizaciones políticas que hace un cierre de campaña. Creo haber leído por ahí que Milei cierra en Córdoba; los demás se mandaron a guardar. Y no es un problema menor.
Obviamente, se presentan dos fuerzas políticas en el balotaje. Esto no excusa a ninguna fuerza política presente en el país a no dar la batalla frente a esta instancia electoral, porque se juega un proceso político, y donde se juega un proceso político hay que fijar una posición. La Unión Cívica Radical no ha hecho un cierre de campaña, no ha intervenido en la campaña; se borró inmediatamente en un estado de crisis completa, apenas concluyó la primera vuelta. El PRO tampoco cierra la campaña, porque una parte se ha ido con Milei y otra parte navega sin rumbo. En la izquierda, cualquiera sea la posición que hayan adoptado, tampoco hay un cierre de campaña. Cuando alguien dice: ´vamos a votar a Massa porque no queremos ser responsables de la victoria de Milei´, tiene que organizar un cierre de campaña y convocar a la gente, a los militantes, a los luchadores o a quienes quieran venir, los tiene que convocar a un cierre de campaña por esa lucha política. Por eso es singular. Nuestro partido intervino en las PASO, luego no pudo intervenir en las elecciones de primera vuelta y naturalmente tampoco ahora. Sin embargo, eso nunca fue un pretexto para no fijar una posición política. Y es muy importante fijar una posición política por las condiciones políticas en que se desarrollan estas elecciones. Porque las elecciones se desarrollan en un cuadro político de explosión general. ¿O no es una explosión general que el presidente de la Nación y la vicepresidenta se hayan mandado a guardar hace ya largos meses? No es que no van a cerrar la campaña; han abandonado la función de gobierno con una gran anticipación. Pocas veces la Argentina ha tenido una crisis de esta envergadura en el poder político, salvo en el caso, y habría que discutir, cuando Carlos “Chacho” Álvarez renunció a la vicepresidencia y dejó a De la Rúa sin sucesión política. Y después, ¿qué vino? Después vino el Argentinazo.
Es un momento explosivo. ¿Es un momento explosivo por qué? Porque la inflación es del 10 % mensual y es un mazazo contra los trabajadores. Es un mazazo contra los jubilados. Y eso no va a ser superado por ningún bono de carácter ocasional, para este mes o para el mes que viene, y con fecha de vencimiento. Un sistema jubilatorio completamente quebrado que augura un porvenir más nefasto a los trabajadores que se retiran del empleo activo. Claro que es una situación explosiva. De modo que como es una campaña electoral que cierra en una situación explosiva, los partidos tienen que tener un cierre de campaña participativo, participen o no participen en el balotaje, porque tienen que decir cómo se paran frente a esta situación explosiva.
El problema es que ninguno de estos partidos reconoce que la situación es explosiva. Creen que es una disputa entre dos alternativas políticas. Una populista, corrupta; la otra del cambio, de la renovación. Con esa caracterización política encubridora, disimuladora, mentirosa, la conclusión es la pasividad, la posición de espectador en una batalla política. Fíjense en lo siguiente: la importancia de intervenir en todos los acontecimientos fundamentales obedece al hecho de que una fuerza revolucionaria no se pone distante de los trabajadores, sino que acompaña la experiencia de esos trabajadores en un proceso político de esta envergadura. Al cabo de los años, el Partido Obrero y en cierta medida el resto de la izquierda tuvieron un desarrollo político importante. Nos tomaban el pelo porque, decían,” ustedes están en las luchas, pero no los vota nadie”. Pero en un momento determinado le ganamos al peronismo las elecciones en la capital de Salta y metimos un diputado nacional por esa provincia donde solo se elegían tres. ¿Cómo se llegó a eso? Por posiciones políticas como la actual. Por el ataque a Menem. Por el voto en blanco contra Scioli y contra Macri. Por la denuncia de De la Rúa. Por el señalamiento de que no tenía ninguna perspectiva.
En el inconsciente colectivo de un pueblo se van acumulando las experiencias. Se va acumulando el conocimiento de tal o cual partido. Pero esos partidos que hoy no intervienen en la campaña y no tienen un cierre de campaña, están en una posición de fragmentación. Porque en el caso del FIT-U, que pidió el voto para el FIT-U en las elecciones anteriores, hoy tiene cuatro posiciones diferentes. Entonces observen lo siguiente: en la primera vuelta, llamamos al voto en blanco y no votar al FIT-U. Caracterizamos que el FIT-U era un complemento político de la burguesía por sus posiciones y por sus métodos. Y más de alguno habrá dicho, este pronóstico de Política Obrera se confirmará el siglo que viene, porque no vemos que sean las cosas de esa manera. No, Se confirmó enseguida,desde la segunda vuelta. Están votando a Massa. No solo que están votando a Massa, porque hay muchas formas de votar a Massa. Uno puede decir, yo, socialista, voto a Massa. Pero hay otros que están en la directiva o en los plenarios de delegados de SUTEBA y sacan una declaración común de voto a Massa con Baradel. Explicame, “Pollo” Sobrero: ¿por qué sacan un frente único con Baradel? ¿Eso también está incluido en el ‘temor’ a Milei? ¿Es necesario eso? ¿No puede ser que vos digas no voto a Milei y Baradel diga no voto a Milei, y que no se junten entre ustedes, o que ustedes no se junten con la burocracia traidora, la responsable del hundimiento de la docencia en la Argentina?
Entonces, hay un método detrás del voto a Massa. El método... del frente único con la burocracia. Y esto ha ocurrido, quizás no en forma tan grosera, por ejemplo, en el sindicato del Subte. Porque si bien el sindicato o la comisión directiva del sindicato del Subte decide proclamar un voto a Massa, la respuesta de un sector del FITU ha sido no estamos estamos en contra del voto a Massa. ¿Y entonces de qué están en contra? Estamos en contra de que el sindicato adopte una posición política. Somos sindicalistas. ¿Los obreros en política? No. ¿Las organizaciones de masa de la clase obrera en política? No. La política para los jetones de la burguesía y algunos académicos.
La posición correcta es que la clase obrera tiene que estar en política, pero no a través de una decisión de la comisión directiva, sino a través de un congreso de bases, a través de asambleas generales, a través de la preparación del debate de cómo vamos a votar, en donde los compañeros, valiéndose de la democracia de la clase obrera, intercambian opiniones y llegen a conclusiones. Y si llegan a conclusiones equivocadas por parte de una mayoría, en forma equivocada, el paso adelante es igualmente indiscutible. Porque han entrado con toda la fuerza en la experiencia de un gobierno de Massa y ustedes van a ver que en febrero o enero del 2024 esos obreros o esos delegados que participaban de asambleas y votaron por Massa, van a decir: “nos equivocamos. La parte de nuestros compañeros que dijo que había que votar en blanco tenía razón. Vamos con ellos”. Así se construye un partido.
Esto es lo que está en juego en nuestra crisis política. Es absolutamente fundamental. Por ejemplo, el “Pollo” Sobrero dice no quiero llamar a votar en blanco porque mañana Milei gana por dos votos y a lo mejor eran dos votos en blanco. O tres votos en blanco, o 400.000 votos en blanco. En primer lugar, no te preocupes, “Pollo” Sobrero, porque el electorado del FIT-U vota a Massa. No va a votar en blanco. Pero el problema es más profundo. ¿Qué preferimos? ¿Una victoria de Massa contra Milei y entonces la ultraderecha no llega a la presidencia, o arriesgar el precio de una victoria de Milei con centenares de miles de votos en blanco que son el resultado de la propaganda de un partido revolucionario? El escenario posterior es un escenario revolucionario, sea Milei o Massa. ¡Está totalmente ausente, totalmente ausente en la cabeza de los que hacen estos planteos la necesidad del partido, la necesidad de la Internacional, la necesidad de la revolución internacional, el fin de las guerras y el fin de la masacre! ¡Totalmente ausente! Porque hay que decidir una posición desde el punto de vista de la clase obrera, y no desde el punto de vista de la aritmética electoral.
Estas son las cuestiones que como partido revolucionario estamos planteando, porque, en realidad, lo que estamos haciendo en este acto de cierre es disecar qué cosa ha estado pasando estos días en el campo político. Estamos tratando de disecar la novedad política. No estamos hablando de cosas antiguas. Estamos hablando de la evolución de esta crisis, de la forma de abordarla. Porque, en esencia, esta elección está muy vinculada al derrumbe político del Estado. ¿Por qué diablos se discute cómo contener la inflación entre los candidatos, una vez electo el próximo presidente, y no se discutió cómo contener la inflación antes? ¿Por qué? ¿Hay que dejar que la inflación, como los piojos, nos carcoma hasta que haya una elección? La razón fundamental es que contener la inflación con métodos capitalistas es un violento ajuste contra los trabajadores, y el gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Fernández no tenía la capacidad política de hacer una cosa así. Tuvieron, a pesar de todo y contra todas sus expectativas, que contener una explosión económica que cada vez es mayor porque no tienen el escenario, no tenían el escenario político capaz de hacer, de aplicar este planteo. Una prueba ustedes la tuvieron con De la Rúa y con Cavallo. De la Rúa y Cavallo dijeron faltan dos años para elegir presidente, la convertibilidad no da más, devaluemos. Y de la Rúa cayó enseguida. Lo que hay en la elección actual es obtener un mandato popular que justifique al próximo gobierno o le dé los instrumentos ideológicos, propagandísticos, de ese voto popular para decirle ahora vamos al ajuste. Ahora vamos a golpear a fondo, vamos a devaluar, vamos a hacer el tarifazo, porque el pueblo nos eligió.
Ustedes no se dieron cuenta, bueno disculpen esta expresión porque no es adecuada, ustedes no se dieron cuenta, lo digo en general, porque es un hecho ditante que pasó desapercibido. Me refiero a una frase del presidente Macron, en medio de las huelgas extraordinarias que hubo en Francia, eran huelgas contra una reforma previsional que aumentaba la edad para jubilarse. Y Macron le dice, no voy a ceder, voy a aumentar la edad para jubilarse, voy a mantener esto, no hay huelga que me haga cambiar de posición. ¿Saben por qué dijo esto Macron? Porque, lo declaró oficialmente. “yo hice campaña electoral diciendo que iba a aumentar la edad para jubilarse y ustedes me votaron. No estoy aumentando la edad para jubilarse y haciendo una reforma previsional reaccionaria por capricho, sino por mandato popular”.
Esto es lo que está en juego. Y esto lo hemos dicho de entrada. La elección es el pasaje político necesario de un gobierno reventado y de una oposición reventada para crear las condiciones de un plan económico violento contra los trabajadores. Y cuando digo devaluación, cuando digo tarifazo, etc., no hago más que repetir lo que los economistas, los capitalistas, las centrales empresarias, el FMI y los dirigentes políticos dicen que es la salida a la actual crisis. No estoy atribuyéndole maldad a nadie. Es la ‘maldad’ que efectivamente, digamos, han señalado todos estos capitalistas. Porque, además, esta crisis es infinitamente más aguda que cualquiera que haya habido en el pasado, en el sentido de que hay dos deudas que comprometen al Estado, cuya salida es muy difícil. Una es la deuda que tiene el Tesoro Nacional, con los fondos de inversión, los fondos mutuos, bueno, etc., por unos 80.000 millones de dólares, pero en pesos, que se ajustan por inflación o se ajustan por devaluación del dólar. Los que tienen esas deudas creen que no se las van a pagar. Porque el Tesoro no tiene un mango. Ahora, esa deuda tiene un punto que dice que cuando un tenedor de esa deuda quiere vender la deuda, el Banco Central le garantiza la compra al precio de emisión de la deuda. Es decir, que no va a malvender una deuda que nadie le va a comprar, porque todos creen, o una mayoría cree, que el Tesoro no se la va a pagar. Se las compra el Banco Central. El Banco Central está concentrando la deuda en pesos con el Tesoro. Y para poder comprarle la deuda a los tenedores de esa deuda, emite pesos. Y esa emisión de pesos provoca inflación. Y todos los trabajadores argentinos pagamos el rescate a los capitalistas dueños de la deuda pública del Tesoro, con una caída de nuestros salarios y con una hiperinflación. ¿Cómo lo van a resolver?
La crisis es tan grande que Milei está proponiendo que otra deuda similar por 2 billones 500.000 millones de pesos, que el Banco Central tiene con los bancos, no se pague. No se pague porque no se puede pagar. Y eso lo ha llevado a un choque con los bancos. Los bancos votan a Massa. En cambio, los que tienen deuda en dólares, externa, dicen, sí, denle con un caño a estos. Porque entonces el Tesoro, que no tiene que pagar esa deuda en pesos, tendría la plata o puede conseguir la plata para pagar la otra deuda. Entonces los fondos internacionales apoyan a Milei. Los bancos nacionales apoyan a Massa. La Unión Industrial Argentina apoya a Massa. Hay una crisis al interior de la burguesía, porque para desarmar una bomba, normalmente se pide el auxilio de los especialistas en desarme de bombas de la policía o del ejército. No de cualquiera que pase por la calle y diga deje, señora, que yo se la desarmo. Esto es un escenario explosivo. Esto les pasa por arriba a muchos observadores políticos, en especial de izquierda, aunque la comenten, la comenten en sus diarios y todo lo demás. Es un proceso explosivo. En una palabra, ¿de qué se trata esta elección? Del plan económico que viene. ¿Por qué el plan económico viene ahora y no antes? Porque antes no tenía posibilidades. ¿Tiene posibilidades ahora? No sabemos. Después de una elección creen que tiene mayores posibilidades. En la calle se va a ver si la tiene.
Hay una economista, probablemente el mejor economista, digo el mejor porque ella es una mujer, es decir, con relación a los hombres, que se llama Dal Poggetto, que dice que hacer un plan de estabilización es fácil, hay que hacer esto, esto y esto, pero lo primero que hay que asegurarse, dice en el diario La Nación, es el control de la calle. Una economista, en lugar de hablar de economía, habla del control de la calle, porque el plan de economía que ella propone va a llevar a todo el mundo a la calle. Y entonces otro economista entrevistado por Clarín, que vive en el extranjero, dice que el peronismo tiene más capacidad para controlar al pueblo en la calle que la que va a tener Milei. Y bueno, “me gusta más Milei”, dice, “pero si aquel tiene capacidad para controlar a los trabajadores, vamos con este”.
Este es el escenario. Y esto es lo que tenemos que explicar, y explicar una vez y otra vez, etc. para que nadie sea agarrado por sorpresa; en los próximos meses, en las próximas semanas, para quenadie en la clase obrera sea tomado por sorpresa, porque quien sea tomado por sorpresa va a ser más fácilmente manipulable por la burocracia de los sindicatos, que sabe perfectamente bien que esto es lo que va a ocurrir de aquí adelante, y apoya a Massa. Aunque hay algunos que apoyan a Milei. Esto es lo que está en discusión.
Lo que NO está en discusión es si en la Argentina va a haber un golpe militar. Eso no está para nada en discusión. Probablemente se ponga en discusión en el futuro. Porque después de la guerra de Malvinas, después del fracaso de la dictadura, y como consecuencia de grandes luchas populares, el ejército argentino está replegado, sin armas, debilitado y sin autoridad. Cuando Cristina Kirchner quiso armar un ejército que tuviera autoridad, cosa que ahora los massistas le atribuyen a Milei, nombró a César Milani, un hombre de la dictadura, como jefe del Ejército. ¿Quién lo puso? No Milei, no Victoria Villarroel, sino Cristina Fernández de Kirchner. Después se descubrió que había secuestrado soldados en La Rioja y llevado a Tucumán, y vino el ?infortunio? de Milani. Pero todo eso por la reacción popular. Porque en este país, haber secuestrado soldados, mujeres, hombres o lo que fuere, sigue siendo un poderoso aliciente de movilización popular. El régimen no está en discusión. Porque por eso hay elecciones. Porque creen que todavía este régimen político permite estas alternativas. Al balotaje no llegó ningún trotskista. “¿Qué tenemos que temer?”, se dice el aparato poítico. No llegó ningún representante auténtico de los trabajadores. ¿Qué tenemos que temer? Tenemos la burocracia sindical. Y bueno, con la democracia no se comerá, no se curará y no se educará, pero el capitalismo subsistirá. Y mantendrá su régimen de dominación”.
Esa discusión sobre el régimen político no está planteada ahora y ha sido inventada por Massa y sus compinches, incluso de ‘izquierda’ para traer votos en favor del massismo. La caracterización de la etapa es otra. Y como dijo Patricia hace un rato, esta no es etapa, de ninguna manera, de ninguna manera, de ofensiva reaccionaria contra los trabajadores, como sí fue a partir de julio-agosto de 1975 la etapa que se abrió y se manifestó con el golpe militar. Por eso, en agosto del 75, no en marzo del 76, nosotros dijimos ahora hay que luchar contra el golpe de Estado que se viene y en cambio, nuestros adversarios ¿qué decían en aquella época?: tenemos democracia para rato. Ahora dicen que la democracia está amenazada y nosotros decimos que de ninguna manera, porque la democracia está defendiendo los intereses capitalistas. El debate es otro. Y es un debate que además es inobjetable, porque el hilo de continuidad de todos los acontecimientos es el fracaso del gobierno de los Fernández para controlar la inflación, la multiplicación de la inflación, la desorganización de la inflación, la desorganización de la economía, el incremento de la pobreza y eso amenaza al sistema capitalista.
Esto es lo que están discutiendo: ¿cómo arreglar el desbarajuste? y lo pretenden arreglar por un lado, con un golpe de Estado económico después de las elecciones, y valiéndose de la autoridad de un presidente electo y de un Congreso electo. Esto sí es lo que está en discusión. No hay otra cosa en discusión. Por eso nosotros planteamos el voto en blanco. Si estuviera en discusión la cuestión de la democracia, el “Pollo” Sobrero tendría que haber llamado a votar por Massa en el primer turno y no hacerlo por el FIT-U, porque si Massa en el primer turno sacaba el voto que sacó en la PASO, no llegaba al ballotage y esto iba a ser una elección entre Patricia Bullrich y Milei. Y Patricia Bullrich es infinitamente más reaccionaria que Milei. Ha estado en el gobierno, ha reprimido en la Patagonia, tiene un prontuario de represión y en la campaña electoral acentuó esa característica. “Venimos a degollar”, decía. “”Y eso para siempre. Bueno, perdió. Como dijo que venía a degollar, perdió. Este es el análisis. Con lo cual este cierre de campaña ofrece una perspectiva política, un instrumento de trabajo. Esto es lo que tenemos que hacer nosotros.
Siempre en nuestra historia hemos hecho el esfuerzo de caracterizar correctamente la etapa y la situación y establecer a partir de esa caracterización una perspectiva, y convertir esa perspectiva en un instrumento de acción. Y luego a través de la acción verificar el acierto o no de la perspectiva y si esa perspectiva marcha más aceleradamente o menos aceleradamente. Pero es así. Y como hemos señalado en Política Obrera hace muy poco, lo mismo hicimos en 1973 cuando votamos contra Perón. ¿Cómo? ¿Ustedes votaron contra Perón? ¿Pero qué son, de Marte? ¿Se puede votar contra el general Perón? Sí, nosotros dijimos sí, se va a poder votar porque viene a reventar a los trabajadores. Y a los 30 días ya estaba reventando a los trabajadores. Por ahora todos nuestros pronósticos se confirman con inusitada rapidez. Ahora es necesario verificar el pronóstico en la práctica. ¿Qué quiere decir? En la lucha, en la propaganda, en la agitación, en el debate, escuchando a los demás, cómo va evolucionando la situación a la luz de la perspectiva que nosotros señalamos que iba a tener esa situación.
Esta elección y la perspectiva de esta elección replantean de nuevo, es decir, vuelve a plantear la cuestión de la huelga general. Porque esta vez un plan de ajuste es sobre trabajadores que han tenido una confiscación del 30 % de los salarios, de familias que no paran la olla, de una cantidad enorme con gente de calle. Es decir, en un cuerpo dañado, en un cuerpo social dañado de los trabajadores. Y entonces aquí hemos trazado y trazamos esa perspectiva. No hace falta que lo diga, pero para eliminar infundios: no tenemos posiciones extremistas. Porque el extremista es el que adopta una posición infantil hacia la realidad. Trata de que la realidad sea conforme a sus deseos. Nosotros no inflamos nada. Estas son las condiciones reales. Nuestros adversarios no hablan sobre las condiciones reales a la hora de sacar conclusiones políticas. Y tenemos el fenómeno extraordinario de alguna gente de izquierda que no vota a Milei, no vota a Massa, tampoco vota en blanco, y dice que tiene una posición política. ¿Será? Quizás intramuros, en familia. Pero son estos sectores los que, por ejemplo, en Suteba, sectores de la lista Multicolor, han votado con Baradel como posición común del Suteba, el voto por Massa. Che, por lo menos, voten solos. No junto a la burocracia. Que no se vea tanto. Pero es la conclusión natural porque ellos van a decir no, acá tenemos un campo común, y Marx dijo que cuando tenemos un campo común... Marx dijo muchas cosas. También dijo que cuando hay un campo común la mayor parte de las veces es mejor separarse. Para no contaminar el campo común. Para que no se confunda a la burocracia con lo de los trabajadores. Por eso cerramos esta campaña con una gran expectativa, de luchas y movilizaciones. En un escenario internacional que necesariamente se va a agravar.
Porque todos los hospitales que han sido desactivados por la violencia del ejército sionista en Gaza no constituyen el final del combate en Gaza. Cuando hagan todo el trabajo de limpiar Gaza de edificios, hospitales, campos de refugiados, y Gaza quede como un terreno plano, ahí está, como la provincia de Santa Cruz donde uno hace 400 kilómetros y nada, todo plano; cuando Gaza quede más o menos como la Patagonia en la zona de Santa Cruz y en parte de Chubut también, etc. (no quiero cometer errores sobre nuestra querida geografía)… todavía falta la guerra con Hamás. Todavía falta la guerra en Cisjordania donde han matado ya a 2.000 palestinos. Lo que hacen es consecuencia de que les ocupan la tierra, los expropian, y como hay una guerra de por medio han dicho esta es la mejor oportunidad para proceder de esa manera. Lo mismo con la guerra de Ucrania, los gastos militares, los déficits de presupuesto, las bancarrotas financieras y económicas. El FMI está alertando a nivel internacional acerca de la inminencia de una bancarrota financiera. La perspectiva de una lucha socialista pocas veces ha sido más amplia. Ahora lo que tenemos que crear, desarrollar, es la vanguardia de esa lucha en la clase obrera.
Y en la clase obrera hoy, hoy, esta generación, que es el producto de las generaciones pasadas, tiene a los obreros y las obreras capaces de constituir la vanguardia obrera en la Argentina que va a llevar a grandes victorias de nuestra clase trabajadora.
Adelante, compañeros. Nos vemos en la lucha.