Escribe Tendencia Universitaria Clasista de Docentes e investigadores
El boicot de Milei a la Universidad se ha agravado
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Ya desde la campaña electoral, Milei se había planteado como un enemigo de la Universidad y de la investigación científica por parte del Estado. Por un lado, por su objetivo declarado de privatizar la educación y la producción de conocimiento; por otro lado, porque desde un punto de vista de la lucha de clases, pretende golpear al movimiento estudiantil y universitario.
A comienzos de este año, Milei congeló el presupuesto universitario, lo que ponía en duda la continuidad de su funcionamiento. Esto fue el detonante de distintas acciones de lucha como paros, cortes, clases públicas y asambleas. Estas acciones fueron condición necesaria para la histórica Marcha Federal Universitaria. La marcha del 23 de abril fue un golpe duro contra Milei. Cientos de miles de personas se movilizaron en todo el país.
Finalmente, las Gestiones de la Universidad —radicales y peronistas— acordaron con el gobierno un presupuesto de ajuste, que apenas alcanza para cubrir los gastos mínimos de mantenimiento. A cambio de esto, esos mismos partidos entregaron votos para la Ley Bases. Fue un pacto contra los miles de docentes, no docentes, investigadores y estudiantes que hacen la universidad pública.
Los rectores y decanos se dedican ahora a administrar la asfixia presupuestaria Impulsan cupos por materia, recortes de horarios y comisiones, incluso la virtualización y el arancelamiento de cursos. La puerta queda abierta, la luz prendida, mientras las condiciones de trabajo y estudio se destruyen. El salario docente y no docente ha sufrido una pérdida del 60 % desde el mes de diciembre. El personal universitario empobrecido busca alternativas laborales, que no encuentra. Sin becas y en el marco del ajuste general, los estudiantes tienen cada vez más dificultades para sostener sus estudios. Así se resume la forma que tiene actualmente el ataque estratégico de Milei contra el movimiento universitario.
Para quebrar esta política es necesario, en primer lugar, una segunda marcha universitaria acompañada por el no inicio del segundo semestre. Una acción de sindicatos docentes y autoconvocatorias universitarias, y del conjunto del movimiento estudiantil. Impulsemos asambleas interclaustros por facultad y elección de delegados por curso. Defendamos las medidas de lucha activas como las clases públicas, cortes de calle y tomas. Pongamos los cimientos para una gran huelga universitaria que ponga fin al desguace de la universidad pública.