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El recelo entre La Libertad Avanza y el PRO escaló esta última semana con el anuncio unilateral del gobierno nacional del traspaso del transporte colectivo que recorre la Ciudad al gobierno porteño. Significa que éste deberá asumir el subsidio que, hasta ahora, recibían de Nación las 31 líneas que circulan exclusivamente por la Capital Federal. Están en juego unos $ 7.500 millones mensuales, que representan aproximadamente el 40 % de la ´tarifa técnica´. Sin estos subsidios, el boleto pasaría a costar entre $ 850 y $ 1.300, según diferentes cálculos. Algunos interpretaron esto como una represalia a las críticas -por cierto, bastante moderadas- que Mauricio Macri hizo el 1 de agosto durante un acto de ´relanzamiento´ del PRO en La Boca. Al tema de los subsidios al transporte se suma, además, la retención de la coparticipación de la Ciudad por parte del gobierno nacional, a pesar de que un fallo de la Corte Suprema ordena su restitución. En ese caso, son $ 80 mil millones mensuales, sin contar la deuda acumulada desde que el gobierno de los Fernández decidió recortar los fondos que el Estado porteño recibía hasta entonces. “Jorge Macri está en medio de una encrucijada clave para su futuro”, dice Perfil (10/8), porque el alcalde porteño “quiere mantener la buena relación con los libertarios”. La afinidad política y programática entre ambos partidos es evidente. El partido de Macri apoyó a Milei en el balotaje, incluso le propuso formar una coalición de gobierno, variante que finalmente el ´libertario´ descartó.
Pero la razón de fondo de este choque, sin embargo, no se encuentra en las diferencias personales que pudieran mantener ambos cabecillas de la derecha vernácula. Las razones son más prosaicas: el tándem Milei-Caputo se ha revelado incapaz de superar el quebranto del Estado argentino, a pesar de todos los apoyos recibidos, y le ha enchufado a su semi socio un default, como hizo antes con las empresas energéticas, los bancos y los jubilados. “Milei hizo en un mes lo que Macri no pudo hacer en cuatro años”, disparó Sturzenegger sobre su ex jefe político, solamente para descubrir que el zarpazo contra los salarios y jubilaciones que tanto entusiasmó a la burguesía no ha conducido a ninguna salida. “Fui demasiado optimista al principio”, sinceró Paolo Rocca, que comanda, a través de hombres del Grupo Techint, YPF y la Secretaría de Trabajo. El endeudamiento no ha dejado de crecer a pesar de la contracción de ingresos que ha sumergido entre la pobreza y la indigencia al 60 % de la población.
El gobierno de Milei ha metido la mano en todos lados. Licuó salarios y jubilaciones a través de una devaluación brutal de la moneda; cerró decenas de organismos estatales y despidió a miles de trabajadores públicos; congeló la obra pública; pagó con bonos las deudas que mantenía con las empresas generadoras de electricidad, gas natural y hasta energía eólica; les enchufó bonos a los importadores y postergó para las calendas griegas el pago de la deuda generada por los fallos favorables a los jubilados, entre otros. Con reservas negativas, el gobierno debería afrontar vencimientos por 25 mil millones de dólares a los bonistas privados en 2025. El FMI ha advertido sobre las ´dificultades´ que encontrará el gobierno argentino para hacer frente a ese vencimiento masivo. El reciente derrumbe de las Bolsas de todo el mundo ha fulminado las chances de levantar la cotización de la deuda argentina y arrancar nuevos préstamos. En vísperas de este sacudón internacional, Caputo había llevado las reservas de oro -las alhajas de la abuela- a la casa de empeño de Basilea como garantía, reflejando la desesperación del gobierno. La burguesía mantiene su apoyo a Milei por haber logrado una depreciación sin precedentes de la fuerza de trabajo y arrasado derechos laborales elementales, aunque sea al costo de una recesión y una miseria espantosas.
La crisis con Jorge Macri podría derivar en un verdadero entuerto. El macrismo apelaría al arbitraje de la Corte Suprema. Cortar los subsidios que reciben las empresas de colectivos significaría, no sólo un tarifazo monumental, sino también un descalabro de tarifas, pues serían diferentes según el recorrido de cada línea. Hay tres alternativas: que el costo lo asuma Nación, la Ciudad o los usuarios. El deterioro social que se manifiesta en la Ciudad es notorio. El precio del transporte ha pasado a ser uno de los focos más conflictivos con la población trabajadora y, por lo tanto, políticamente explosivo.
La madre de todos los tarifazos: Caputo aumenta el boleto y transfiere el transporte de colectivos a Macri y Kicillof Además le concede a Galperin el negocio del pago del boleto con medios electrónicos. Por Aldana González, 08/08/2024.