Tiempo de lectura: 5 minutos
La docencia de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra conmocionada por el avance de una reforma en las escuelas de nivel medio, impulsada por el gobierno de Jorge Macri. Implica el pasaje a un sistema presencial-virtual que elimina los cinco días de clase presencial, disminuye los contenidos de asignaturas; cambia la promoción anual por “talleres”. Obliga a los docentes a concentrarse en una sola escuela y renunciar a otros cargos, con la consiguiente disminución salarial.
La información ha circulado verbalmente, pues el gobierno porteño se niega poner por escrito su propósito, como ha hecho en otras oportunidades, apelando a la estrategia de los hechos consumados. La burocracia, por supuesto, colabora con esa campaña de desinformación. Sin embargo, ya comenzaron a registrarse las primeras reacciones en las escuelas seleccionadas para el ´plan piloto´: en el Normal 7, los docentes se negaron a asistir a las reuniones convocadas por la dirección hasta que la escuela no sea retirada del programa piloto; en la Escuela de Comercio 4 DE 4 se redactó un pronunciamiento de rechazo a la reforma.
Con lo poco que han informado las autoridades educativas y las versiones que circulan, ya se puede hablar de que esta reforma implica el aniquilamiento de la enseñanza media y tendrá un efecto demoledor tanto sobre el derecho a estudiar de los alumnos como sobre las condiciones de trabajo de los docentes, con despidos masivos incluidos.
El carácter de los cambios fue comentado en distintas oportunidades por directivos de escuela y algo había adelantado en declaraciones periodísticas la ministra Mercedes Miguel (Infobae, 16/07), donde anunció que “con una mesa de especialistas, técnicos, supervisores, rectores, estamos empezando a diseñar un nuevo modelo de escuela secundaria”. Miguel mencionó dos puntos tecnológicos de apoyo: “la Inteligencia artificial y la realidad aumentada” y dictaminó que “a la generación que hoy está en la escuela, la transferencia de contenido se la da el celular de una manera más efectiva que los docentes”. Lo dice una burócrata de organismos internacionales que estuvo menos de un año, en la primera juventud, al frente de un aula.
En esa misma entrevista, Miguel -que evidentemente no piensa consultar ni a los docentes ni a sus organizaciones sindicales- dijo que el plan comenzará de forma voluntaria (sic) en 2025 en medio centenar de escuelas piloto y se aplicará en la totalidad (508 escuelas) entre 2026 y 2027.
A pesar de lo inminente de la reforma, no hay ningún documento oficial que la explicite. Esto no es inocente: el gobierno pretende dividir a los docentes y generar un clima de confusión que debilite una respuesta contundente de los trabajadores de la educación contra esta ofensiva.
La llamada “reforma” se inscribe en el llamado “Plan Estratégico BA Aprende 2024”, que destaca que el 22% de los alumnos no termina la escuela secundaria (en la escuela pública esta cifra alcanza un 33%) y las deficiencias en la formación básica en Lengua y Matemática.
A partir de esos dos elementos y algunas apreciaciones del estilo “responder a las demandas de los chicos”, y con la excusa de incrementar la carga horaria de las “materias troncales” Lengua y Matemáticas, el gobierno macrista avanza en un radical vaciamiento educativo pulverizando las materias específicas. En una primarizacion de la escuela secundaria, asignaturas como Historia, Geografía y Formación Ética y Ciudadana, pasarían a fusionarse en un área única: Ciencias Sociales. Esta eliminación de la enseñanza de historia, geografía, psicología, entre otras, no tiene nada de novedoso. Fue un anhelo al que tuvo que renunciar Mauricio Macri, en 2013, cuando enfrentó una masiva rebelión estudiantil que lo obligó a archivar la reforma en ese entonces.
Por otra parte, la reforma desconoce la función socializadora de la escuela, clave en la formación de los adolescentes. Plantea un “modelo híbrido” virtual-presencial con días en los que los chicos no tendrían que asistir al colegio. En las materias consideradas “satélites” la virtualidad sería del 30 al 50%.
Este desguace de la enseñanza media se completa por la sustitución de la promoción anual por un sistema de puntos que acrediten los talleres cuatrimestrales que haya elegido el alumno·
El ataque contra los docentes está en línea con el ataque a los alumnos. Se impone un cambio reaccionario en el régimen laboral que incluye el despido de un sector amplio de docentes. Los trabajadores dejan de ser docentes del Gobierno de la Ciudad a docentes de la escuela, cumpliendo cargos de 18, 36 o 72 horas en la misma institución.
En lo inmediato, la obligación de tomar cargos de 36 o 72 horas -nadie vive con un cargo de 18 horas- obligaría a los docentes a renunciar a los otros cargos ya que la gran masa de docentes en Media trabaja en más de una escuela cumpliendo horarios de diversa extensión. Esto implicaría una reducción del salario por hora de trabajo porque a partir de la hora 36 se achata la escala salarial.
No sólo se trata de un ajuste educativo (despidos, reducción de la masa salarial), el sentido estratégico más profundo de la reforma lo expresa la propia ministra: “siendo que es una etapa de transición al mundo del trabajo, al emprendedorismo”, la escuela secundaria debe adaptarse a las nuevas formas de mayor atomización y flexibilización de la fuerza de trabajo. A eso apunta el acento en las “trayectorias individualizadas y personalizadas.”
Esta política de desarrollo de “capacidades blandas” y de vaciamiento de contenidos disciplinares es una línea impulsada por un sector del capital que tiene activa vinculación con las gestiones educativas.
Bernardo Brugnolli (de la ONG Junior Achievment Argentina) expresa: “En primer lugar, buscamos generar experiencias en las que cada chico se conozca a sí mismo y entienda dónde es bueno, y en segundo lugar, apuntamos a acercarles información sobre el mercado laboral, como los espacios en donde hay más oportunidades y las industrias más pujantes” (La Nación, 6/05).
La vinculación con la escuela es explícita: “los programas de Junior Achievement Argentina tienen a la escuela como un aliado, trabajan fundamentalmente con instituciones de gestión estatal o privada con subvención. Con foco en jóvenes que están forjando su identidad y autonomía, las iniciativas son diseñadas a partir de tres ejes: emprendedurismo, herramientas para el trabajo y educación financiera” (La Nación, 6/05).
Esta ONG, tiene una activa articulación con los gobiernos provinciales y de CABA: “En este marco la entidad trazó una estrategia de alianza con gobiernos provinciales y con el de la Ciudad de Buenos Aires a fin de alentar la capacitación de los docentes en esta temáticas” (La Nación, 6/05). En la propia página del Gobierno de la Ciudad, se puede encontrar una descripción de esta ONG.
Para UTE (el sindicato docente afiliado a CTERA) la reforma no ha sido motivo para convocar a sus amañados plenarios de delegados, ni siquiera sacar un comunicado en su página web; es más, ha intervenido en distintas escuelas con la línea de que aún no hay información suficiente o defendiendo la posibilidad de que los docentes reúnan la totalidad de sus horas en una escuela. Este “silencio” no es un simple olvido: en PBA, SUTEBA (dirigido también por la Celeste) defiende reformas por el estilo que impulsa el gobernador Kicillof.
Más allá de esta connivencia de la burocracia con la reforma que se intenta, la iniciativa desplegada hasta ahora por la docencia indica un camino. La convocatoria de docentes de varias escuelas en el sindicato Ademys, la rebelión de los docentes del Normal 7 a la inclusión de la escuela como piloto, así como diversas expresiones de rechazo en comunicados lo subrayan.
Debemos apoyarnos en estas iniciativas para organizar una huelga hasta derrotar este intento reaccionario. Impulsemos asambleas y convocatorias de distrito para ello.
CABA y PBA promueven una barbarie educativa Segmentación, valorización del capital, explotación, descalificación y monotributismo. Por Damián Melcer y Julio Gudiño, 15/08/2024.