Escribe Daniel Iñigo
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El pasado sábado 3 de agosto se conoció a través del Facebook del Partido Obrero La Rioja (administrado por los militantes de la tendencia del Partido Obrero, todos ellos separados por el CC) la participación del Polo Obrero local en un acto electoral de Alberto Fernández. Esta acción era saludada y reivindicada por el coordinador local del Polo, Fabián Broca, a través de su cuenta personal de Facebook. Los hechos ocurrieron 11 días antes de la denuncia pública realizada por la tendencia del PO riojano.
Ante el repudio y el escándalo suscitados por la participación de una organización de tradición clasista en un acto de uno de los partidos del régimen, la Mesa Nacional del Polo Obrero emitió un comunicado donde se despega del grupo pejotista del Polo riojano y anuncia su “no admisión” dentro de las filas de la organización tras “no haber pasado la prueba”. En el comunicado se intenta justificar lo ocurrido, citando experiencias pasadas con el Polo o con sectores sindicales, que fueron cooptados por los gobiernos o la burocracia sindical.
Se trata de una justificación pérfida de cabo a rabo. En el pasado, la relación con esos sectores implicó una lucha política de los círculos, las regionales y hasta el propio CC del partido.
En el caso riojano, la relación e integración con este sector del Polo –proveniente de una ruptura de Barrios de Pie, con actuación en la ciudad de La Rioja–, coincidió con la purga de todos los militantes partidarios de la capital riojana.
El comunicado de la Mesa Nacional del Polo es una gran impostura pues declara que el vínculo con este grupo no tendría más que dos meses de antigüedad, lo cual es completamente falso. Ya a mediados de marzo Eduardo Belliboni había mencionado en una reunión del Comité del NOA que existía un grupo incorporándose al Polo Obrero en La Rioja, prometiendo poner al comité regional en contacto con dicho grupo, cosa que nunca ocurrió. En el mes de mayo, en una reunión en la que participó Eduardo Salas, miembro designado para centralizar a la regional tras la disolución del Comité del NOA por orden del CC, con compañeros de la regional, éste anunció una reunión entre un compañero del Polo Obrero de Córdoba con el grupo local proveniente de Barrios de Pie, aclarando que ya había existido antes una reunión con otro miembro de Buenos Aires. Todo esto ocurría al margen del comité partidario local. Nuevamente, hubo promesas de poner al Comité en contacto con el grupo que tampoco fueron cumplidas, al punto que los militantes del PO de la regional nos enteramos por los medios de comunicación de las primeras movilizaciones del Polo Obrero.
Esto prueba que el vínculo del Polo Obrero con el grupo comandado por Fabián Broca data de al menos cinco meses, y no dos. En ese lapso, se pueden apreciar a través de las redes de Broca su permanente apoyo al kirchnerismo a nivel nacional y al pejotismo local; se pueden ver los saludos que dirigió a la Secretaria de la Gobernación Griselda Herrera (quien fuera Diputada Nacional 2011-2015 por la lista de Carlos Menem), publicaciones de contenido misógino y numerosas cosas más, además de, claro, saludos a los miembros de la Mesa Nacional del Polo Obrero.
Es llamativo en todo el tiempo que lleva el vínculo entre la Mesa Nacional del Polo o la dirigencia del Polo cordobés, y por Eduardo Salas y el dirigente de Chilecito Pedro Carrizo, designado como dirigente de La Rioja luego de la purga de todo el Comité provincial elegido en una Conferencia provincial en el 2018, que ninguno se haya percatado de los lazos de Fabián Broca con el gobierno riojano. En cambio, el CC ejerce un sistema de control casi policial de las redes sociales de los militantes del Partido y su periferia, a partir de lo cual advierte inmediatamente a cualquier compañero o compañera que comparta o ponga “me gusta” en publicaciones asociadas a la Tendencia del PO.
El CC, a través de Belliboni y Salas, ningunearon y desconocieron al Comité de La Rioja y toda la militancia de la capital provincial, impidiéndole intervenir en el proceso de discusión con un grupo que nadie podría caracterizar y seguir mejor que los propios compañeros que vienen construyendo el partido desde hace años.
La dirección del partido llevó adelante esta política desde mucho antes de que unilateralmente decidiera que los compañeros “se habían puesto por fuera del Partido” (sic).
Crear el Polo Obrero a las espaldas de la militancia de la regional equivale a la creación de una organización paralela, por fuera de los organismos y por ende de toda posibilidad de darse un método adecuado para afrontar la experiencia. El Comité de La Rioja fue desconocido y luego expulsado de manera administrativa y reemplazado en los hechos por un grupo pro pejotista que ha dejado como resultado el escandaloso legado de la foto de la bandera del Polo Obrero alentando al fondomonetarista pro-devaluación Alberto Fernández.
Lo ocurrido se corresponde con una política que viene avanzando en concebir al Polo Obrero como un aparato de tipo punteril, el cual, en lugar de ser orientado por una organización revolucionaria, emerge como una suerte de partido paralelo, con sus finanzas, su juventud –próximamente anunciará también su propia organización de la mujer–, todo ello y cada una de sus partes concebida con una concepción de aparato.
Por último, está claro que el llamado del texto a “comunicarse con la Mesa Nacional del Polo Obrero para actuar rápidamente contra estos elementos” suena más a una provocación que a otra cosa cuando lo que se denuncia es, justamente, que el Partido Obrero de La Rioja fue dejado fuera de esta discusión para luego directamente ser dejados fuera del Partido.
Lo ocurrido en la Rioja reafirma los reclamos para que se revoquen todas las separaciones en la provincia y en todo el país; que sea reconocida la Tendencia Pública de más 1.000 compañeros y que sigamos enfrentando los importantes desafíos que nos presenta la crisis capitalista golpeando con un solo puño y con la más plena libertad de opinión.