Escribe Lucas Giannetti
Maqueda, “hoy te convertís en héroe”.
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Mauricio Macri, el “guardián” de la República, ha sido beneficiado por un fallo de la Corte Suprema de Justicia al traspasarle al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Ciudad de Buenos Aires la revisión de sentencias de la Justicia Nacional.
El fallo de la Corte Suprema, rubricado por Rosatti, Lorenzetti y el saliente por jubilación, Maqueda, toma como base la causa que los familiares del artista plástico León Ferrari mantiene con Levinas, que sienta precedente doctrinal, lo que puede y va a ser aprovechado por Macri en la causa Correo Argentino, al poder trasladarla al Poder Judicial de la Ciudad, que está copado por un lobby que le responde políticamente.
El último viernes, entre gallos y medianoche, ante la inminente jubilación de Maqueda y con la necesidad de contar con mayoría en la votación, que terminó 3 a 1, el supremo tribunal apresuró la resolución para favorecer al Grupo Macri.
El artista plástico León Ferrari, fallecido en 2013, antes de morir le había iniciado una querella penal al periodista y marchand Gabriel Levinas. Ferrari “le había entregado una quincena de obras para que se las exhibiese y a cambio solo fueron devueltas cuatro. Las otras once, se esfumaron.” (Agencia Paco Urondo 13/2/2013) La demanda de los familiares y herederos de Ferrari comenzó por la venta en Francia de once dibujos del artista, que al día de la fecha no han sido abonados por Levinas, quien en el juicio penal declaró que las obras fueron adquiridas, en negro, por “un tal Grumberg” y debido a las irregularidades en la venta no hay más datos del comprador. En su testimonio Levinas aseveró que se gastó el monto recibido por las obras por cuestiones de urgencia relacionados a su salud. En primera y segunda instancias, Levinas recibió espaldarazos que lo hicieron recurrir a una apelación al TSJ “bajo la figura del recurso de inconstitucionalidad, una herramienta diseñada por Raúl Zaffaroni cuando ocupaba una banca como legislador porteño.” (LPO 27/12/24)
La resolución de caso Ferrari–Levinas le habilita una fuga hacia adelante a Macri en la causa Correo Argentino, por la que debería pagar una deuda millonaria que mantiene desde 2001 con el Estado argentino. La CSJ cierra el año y despide a Maqueda, con una ofrenda a Macri, ya que el fallo habilita a que el expediente por la causa Correo, que se tramita actualmente en el fuero comercial nacional, sea investigada por el TSJ, donde el macrismo hace sentir su influencia. La causa está caratulada como SOCMA AMERICANA S.A., empresa matriz del grupo Macri, que tenía bajo su égida al Correo Argentino y es la que debe hacerse cargo de la quiebra en el caso de que quede firme la resolución. Dos décadas después de que se dé inicio al expediente (2001), la jueza Marta Cirulli realizó la declaración de quiebra que, por apelación, fue suspendida. En 2017, cuando Macri era presidente, la fiscal Gabriela Boquin presentó en la Cámara Comercial las pruebas del entramado con el Estado para licuarle el 98,87 por ciento de la deuda. (Página 12 27/12/2024) La familia Macri, además de no tener intenciones de pagar la millonaria deuda, quiere sacarse de encima las irregularidades que se dieron en el concurso de acreedores, denunciado por la fiscal Boquin, que expuso los mecanismos de vaciamiento que se ejercieron en el Correo Argentino. “Son aspectos determinantes en cuanto a las consecuencias económicas para la extensión de la quiebra a SOCMA. Pero, además, el grupo empresario aspira en otro fuero, si sale ganador, conseguir alguna clase de resarcimiento por la expropiación de la empresa.” (Ídem)
Macri en el TSJ de CABA juega de local. La pléyade por la que está compuesto el tribunal responde en casi su totalidad al macrismo. El TSJ está integrado por Inés Weinberg, candidata de Macri a la Procuración General, Vivian De Langhe, que se desempeñó como directora del Instituto Superior de Seguridad Pública de la Ciudad, Santiago Otamendi, ex viceministro durante la gestión de Garavano y al staff lo completan el juez Luis Lozano, afín al macrismo, y la jueza Alicia Ruiz, la única no alineada.
El escandaloso fallo regalado por la Corte Suprema no fue avalado con su firma por Carlos Rosenkrants, cercano a Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, hasta hace poco prófugo de la justicia e ideólogo de los decretos que impusieron a los integrantes de la Corte Suprema durante el gobierno de Macri. Para Rosenkrantz “el TSJ de la Ciudad no tiene competencia para revisar una sentencia dictada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil, ni la Comercial, ni otra del fuero ordinario nacional.” (Idem) El enroque del macrismo implicaría, según Rosenkrantz, un cambio institucional de gran envergadura del sistema federal de justicia, ya que “ningún tribunal tiene la facultad de asignar de manera directa, ni siquiera de modo transitorio, las competencias propias de un tribunal nacional a uno local, alterando las disposiciones procesales.” (Ídem) En síntesis, para Rosenkrantz, en esta causa los movimientos judiciales rozan la inconstitucionalidad.
Así las cosas, la Corte Suprema de Justicia se erige como árbitro de la crisis de régimen. Una caída en desgracia en términos económicos del Grupo Macri, se traduciría en un desplome político del ya resquebrajado macrismo, que está siendo torpedeado por Milei en todas sus líneas.