Escribe Olga Cristóbal
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Horas después de que invitó a “temblar” a “los zurdos hijos de puta” porque los iba a ir a buscar “hasta el último rincón del planeta”, Milei, en Davos, desplegó enfebrecido el más feroz y más vulgar de los programas misóginos y homofóbicos en una declaración de guerra que amenaza al conjunto de los derechos políticos.
“Desde estos foros se promueve la agenda LGBT queriendo imponernos que las mujeres son hombres y los hombres son mujeres sólo si así se autoperciben”, aseguró Milei. En consecuencia, el gobierno se propone anular los DNI no binarios y cancelar la atención médica de las personas que transicionan su sexualidad, como establece la ley y el PMO. De hecho, ya han sido privados de sus medicamentos.
El ministro Cúneo Libarona, en su momento había dicho que solo aceptan "las identidades sexuales que se alinean con la biología", ignorando que la biología, justamente, ha detectado muy diversas variaciones de los cromosomas sexuales. Las personas cuya biología no se puede clasificar en un ordenamiento binario de los sexos son llamadas intersexuales. Según Naciones Unidas, un 1,7 por ciento de la población.
“La ideología *woke *es el cáncer que hay que extirpar”, dijo, para “extirpar” todas las conquistas de las disidencias sexuales y el derecho al aborto seguro y gratuito, lo mismo que con el derecho a la salud, a la educación y a la protesta; en cuanto a la jubilación, aplica la confiscación lisa y llana porque se trata de un aporte del salario que se paga en diferido. Las patotas fascistizantes se consideran con patente de corso para matar travestis y lesbianas, apalear homosexuales y personas que viven sin techo, y provocar a trabajadores y manifestantes.
Milei se imagina como un cruzado que llega para expurgar al capitalismo de las “lacras” que promovió: el socialismo (¿?), el “feminismo”, los trabajadores organizados, los viejos, los enfermos, los discapacitados. Un mundo feliz que vuelva a los explotados sujetos absolutamente inermes. Como canta la argenmex Liliana Felipe, “se me hace que no va alcanzar la leña”.
El ataque de Milei a la “ideología de género” o “ideología woke” no es discursivo, como ocurre entre ideologías diversas u opuestas. Es un programa práctico para atacar al movimiento que lucha por los derechos de las mujeres y los derechos de la disidencia sexual, y para establecer un régimen político discriminatorio contra inmigrantes, negros, aborígenes y activistas de toda clase de tendencias.
La propuesta de regresar a un sistema de sometimiento clerical de la mujer y regresar a la clandestinidad a la disidencia sexual, como explicó su ministro Francos, no es un operativo de retorno al precapitalismo, sino una apuesta política fascista frente al desmoronamiento de la sociedad capitalista.
El gobierno juega con la vida y con la muerte de los explotados. No hay reactivos para VIH, no hay medicamentos para las enfermedades de transmisión sexual, ha cesado hace un año la entrega de preservativos y misoprostol, indispensable para la IVE, y escasean los anticonceptivos en el sistema público de salud.
Desde 2020, las muertes maternas por aborto bajaron un 53 %. El aborto y los métodos anticonceptivos salvan vidas y garantizan decidir libremente, y sirven para hacer frente al embarazo adolescente (no deseado). Milei y el gobierno liberticida pretenden barrer, precisamente, con los derechos arrancados con la lucha al estado opresor.