Escribe Fernando Lothar (locutor LRA1, Radio Nacional, de Bs. As.)
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Nada es casualidad ni mucho menos con el gobierno fascista de coalición de Milei.
El jueves pasado, nos desayunamos con una nueva cesantía: echaron a una compañera de planta con 17 años de antigüedad que estaba bajo la tristemente célebre Ley de Contrato de Trabajo "Banelco", aquella que salió hace años gracias al "adorno" millonario que recibieron muchos legisladores.
Según reza el telegrama, la despidieron "sin motivo". Se ajustaron a la norma: te rajo y te indemnizo y a otra cosa mariposa. Así de fácil es esa ley para las patronales. Es el quinto despido, más contratados, en Radio Nacional durante este gobierno liberticida. En el caso de marras (nunca por el agente de Bolsa fascista Ramiro) se trata de un claro despido por persecución ideológica, porque la compañera locutora es kirchnerista y trabajó y trabaja en medios afines a ese espacio político, sobre lo cual tiene todo el derecho de hacerlo.
Como en todas las dictaduras cívico-militares-eclesiales, echan para disciplinar, para amedrentar, para instalar el terror entre los trabajadores. Lamentablemente, no pudimos defenderla porque su gremio, ATE... bien, gracias. El resto de los gremios burocráticos tampoco quiso mover un dedo, como de costumbre. Solo el gremio ATRANA (Asociación de Trabajadores de Radio Nacional), al que pertenezco, fue el único que propuso un paro inmediato aquel jueves en el acto en la puerta de la emisora del microcentro porteño, pero el resto de los sindicatos hicieron oídos sordos y disolvieron el encuentro.
Esto, terriblemente peligroso, se entronca directamente con la espeluznante censura, cerrojo informativo al estilo nazi "goebbeliano" que estamos sufriendo. La dirección de la emisora nos prohibió difundir cualquier hecho que huela a reclamo o que esté un milímetro corrido a la izquierda, y ni qué hablar de la mal llamada oposición (que siempre se opone a los explotados). La línea es reducir sobremanera el caudal noticioso, pero con declaraciones y hechos oficiales.
La falta de libertad absoluta de expresión es propio de las dictaduras, como dije, y en este caso de la dictadura civil liberticida. Todo esto se enmarca en una política de vaciamiento de los medios estatales, como Telam, que viene desde los gobiernos patronales peronista y macrista, con sueldos de indigencia, falta de mantenimiento edilicio en las 49 emisoras de todo el país, tecnología obsoleta y hasta falta de insumos vitales de limpieza e higiene. Eso sí: plata no hay -vociferan-, pero contratan "figuras".
Desde ATRANA, seguimos batallando para retomar la asamblea general desde que otrora logramos buenos aumentos de sueldo y mejoras laborales, hasta pase a planta de más de 400 compañeros allá por el 2004. Hoy es urgente no sólo reclamar la reincorporación de la compañera despedida, sino luchar por un urgente incremento salarial igual a la canasta familiar, impedir el vaciamiento y defender el rol social de la emisora que hace rato tiene escasa programación propia en cada provincia; deben conectar con Bs. As.. Si no logramos reflotar la asamblea general para votar planes de lucha, iremos camino a una muy posible desaparición.
Sobre Radio Nacional CORREO DE LECTORES. Por Fernando Lothar (locutor LRA1, Radio Nacional, de Bs. As.), 03/04/2025.