Jujuy: otra muerte obrera por precarización laboral y desidia patronal

Escribe Iñaki Aldasoro

Tiempo de lectura: 2 minutos

El día jueves 17 de abril tomó estado público la muerte de una obrera rural, cosechera de tomate, quien cayó de un acoplado cargado de cajones de tomates mientras se trasladaba por un camino interno de la finca de Guayacán, Fraile Pintado, Departamento Ledesma.

La víctima es Ramira Ajadla Vega, de 32 años, que sufrió un golpe en la cabeza que le produjo un traumatismo encéfalo craneal grave (El Tribuno 17/4). Según denunció la pareja de la víctima, el tractor iba a alta velocidad, lo que generó saltos y la perdida de la estabilidad de la mujer, que venía sentada sobre los cajones de tomates en el acoplado. También denunció que cuando sucedió el accidente, el conductor del tractor siguió manejando a pesar de los gritos y las advertencias, y que también se negaron a trasladarla de inmediato a un hospital, dejando a la mujer inconsciente por más de 40 minutos (Quepasajujuy 17/4). La víctima llego al hospital ya sin signos de vida.

Esta muerte, completamente evitable, pone de manifiesto una vez más las condiciones de extrema precariedad que sufren los trabajadores rurales, sin medidas de seguridad, con jornadas extenuantes, sin baños, muchas veces trabajando bajo el sol o la lluvia, sin un vehículo auxiliar por si ocurre algún accidente o eventualidad, casi siempre los trabajadores “colgados” de los tractores y acoplados, poniendo en riesgo sus vidas.

Lamentablemente, este no es un hecho aislado: sin ir más lejos, el año pasado murió un obrero rural mientras cosechaba naranjas para la empresa Ledesma. El mismo se descompensó junto a otros dos obreros por las extremas temperaturas bajo las cuales estaban realizando sus tareas, en una finca aislada, sin medidas de seguridad, ni de hidratación (con temperaturas que superan los 45 grados) ni un vehículo a disposición por cualquier eventualidad.

Estos crímenes contra la clase obrera ponen de manifiesto las condiciones de precariedad laboral de los obreros rurales y la complicidad de la burocracia sindical. Los obreros son la variable de ajuste de la producción agrícola, con salarios de miseria, muchas veces temporales (sólo se utilizan para las cosechas), sin condiciones de seguridad e higiene.

Aunque las autoridades policiales han tomado la denuncia y fue remitida al Ministerio Publico de la Acusación, ya es tarde. Hoy la familia obrera llora la muerte completamente evitable de Ramira.

¡Por comisiones obreras que controlen las condiciones de higiene y seguridad en las fincas! ¡Justicia por Ramira!

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