Escribe Julián Asiner
Lunes 18 horas, noche de velas en el Obelisco en defensa de la salud pública.
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La firme determinación de los residentes del Garrahan de sostener la huelga indefinida a pesar de los aprietes, las medidas cautelares y conciliaciones obligatorias, puso en retirada a los bravucones mileístas. El comunicado oficial de este domingo, encargado a las autoridades del Garrahan, se deshace en agravios a los trabajadores del hospital, desde “ñoquis” hasta “kirchneristas”, solo para terminar negando lo innegable: que echó lastre frente a la lucha implacable de los residentes autoconvocados. La desbocada verborragia oficial evidencia un estado de desesperación política frente a la iniciativa combativa de los trabajadores. Los que pretendían derogar el derecho a huelga por decreto, se quedaron sin pólvora frente a la huelga indefinida de los residentes.
Ante la ineficacia de todas las amenazas y aprietes difundidos los días anteriores, el gobierno espera poner fin al conflicto con una maniobra divisionista. La motosierra oficial quedó desvencijada. Así, anunció la equiparación del salario de los residentes del Garrahan con el de sus pares porteños. Esto implica llevar los $797.000 actuales que cobra un residente de primer año a $1.300.000. La “oferta” sigue muy por detrás de las demandas del movimiento y es lo que ya rechazan también los propios residentes de CABA, que en su última asamblea votaron exigirle al gobierno porteño un salario inicial equivalente a la canasta familiar real, que contemplando un alquiler hoy supera los 2,5 millones de pesos.
La situación de los residentes en el Garrahan no difiere, sin embargo, de la que atraviesan enfermeras, camilleros o administrativos, cuyos sueldos también rondan los 700/800 mil pesos y para quienes el gobierno se mantiene en una línea de “paritaria 0 %”. Es el mismo sueldo que cobran, por otro lado, los residentes de los otros hospitales nacionales, como el Bonaparte, el Posadas o el Sommer, golpeados por el vaciamiento y los despidos masivos. La Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del Garrahan denunció el lastre para los residentes como una maniobra para dividir a los trabajadores del hospital.
Antes de retroceder en chancletas, la Viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, designada para “gestionar” el conflicto, había difundido a la prensa toda una serie de amenazas contra el movimiento de lucha: desde el descuento de los días de paro hasta la desaprobación del año de residencia e incluso el despido, para aquellos que “acumulen 5 días de ausencia”. El propio Milei se despachó contra “los ñoquis” del Garrahan y su vocero Manuel Adorni salió a divulgar cifras falsas para demostrar una supuesta “superpoblación de burócratas”, que sería el motivo que explicaría los bajos salarios de médicos y profesionales. La estadística trucha fue rápidamente desmentida por los trabajadores del hospital, que demostraron que el Garrahan cuenta con aproximadamente 4700 trabajadores, de los cuales más de un 70 % cumple una función asistencial.
La inconsistencia de las piruetas mileístas había comenzado a generar grietas en el frente patronal. Un sector de la burguesía veía con preocupación que la protesta se extendiera a otros sectores de la salud, como ya ocurrió el jueves pasado cuando la lucha del Garrahan confluyó con el paro de los prestadores de discapacidad y con los residentes de los hospitales porteños. La próxima semana se sumarían también los residentes de la provincia de Buenos Aires, con un paro y movilización a La Plata. Nada menos que el ex Ministro de Salud de Mauricio Macri, Adolfo Rubinstein, salió a reclamar un arreglo declarando que el gobierno “manipuló las estadísticas de personal” y que los salarios de los residentes “son ridículamente bajos” (La Nación, 31/5).
La única vía para derrotar todas las maniobras y ataques con los que el gobierno evita dar una respuesta real a las reivindicaciones de los trabajadores es profundizando la lucha. Hay que aprovechar el recule oficial para arrancar todos los reclamos pendientes. Está planteada la necesidad de una huelga general de todo el hospital, con el apoyo activo del conjunto de los trabajadores de la salud pública. Es lo que iba a ocurrir el jueves pasado, cuando un paro general del hospital fue abortado por la conciliación obligatoria autoasignada por parte de un gobierno que, sin embargo, no se obligaba ni se avenía a conciliación alguna con el resto de los trabajadores del Garrahan.
El acatamiento de esta conciliación obligatoria, que no fija audiencia de conciliación, pero pretende suspender las medidas de lucha de los trabajadores por 15 días, fue votado en una asamblea híperregimentada de la planta del hospital. Los residentes, que habían resuelto en su asamblea continuar con la huelga y la movilización, no solo no pudieron hacer uso de la palabra, sino que fueron invitados a retirarse. No se habilitó el debate y la aceptación se impuso en una votación reñida, 311 a 248 votos, gracias a la inestimable ayuda de la Junta Interna de ATE conducida por el aparato oficial del Partido Obrero, que se apoyó en el personal jerárquico y los sectores más conservadores del hospital.
El próximo martes a las 13 horas está prevista una nueva asamblea general de los trabajadores de planta, en la que se evaluará la nueva situación y se definirán las acciones a tomar. Está planteada una gran tarea de organización y movilización política para que los centenares de trabajadores que se opusieron a la conciliación con el gobierno formulen una propuesta de acción para confluir con la lucha de los residentes. Los residentes deben poder participar de la asamblea junto a sus compañeros de planta, para unir a todos los trabajadores del hospital contra las maniobras y aprietes del gobierno. Una huelga general de todo el hospital despertaría como un resorte la solidaridad del conjunto de los trabajadores de la salud y de todo el movimiento obrero, pacientes y familias incluidas.
En esta sintonía, la asamblea de residentes del Garrahan convocó a toda la población a manifestarse este lunes en una “noche de velas” en defensa de la salud pública, desde las 18 horas en el Obelisco. Al finalizar, está prevista una asamblea de residentes que reúna a representantes de todas las jurisdicciones. Hagamos del recule oficial un retroceso en toda la línea para satisfacer el conjunto de las reivindicaciones de la salud pública y sus trabajadores. Contra la política de liquidación y provincialización de la salud, reunifiquemos la salud pública a partir de la lucha de sus profesionales, trabajadores y usuarios. Impulsemos asambleas y autoconvocatorias en todos los hospitales, públicos y privados, en todas las jurisdicciones, por un salario inicial de 2,5 millones de pesos para todos los trabajadores de la salud.