Escribe Anahí Rodríguez
Démosle un carácter activo uniendo con las luchas en curso.
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CONADU y CONADU H han resuelto, luego de que cada una haya realizado su propio plenario de secretarios generales, un paro de 48 horas para el 11 y 12 y otro paro de 48 horas para la semana del 23, sin precisar días, con la idea de coordinar con el Frente Sindical una nueva marcha federal esa semana.
El Frente Sindical, sin embargo, no ha podido coordinar ninguna acción de huelga de conjunto. Tampoco llamó a apoyar los conflictos nacionales que están en curso. Sólo se ha ocupado de terminar de embellecer y sacar un petitorio de apoyo al nuevo proyecto de ley de financiamiento universitario, que al igual que el proyecto que fue vetado en el 2024 sólo es una “encomienda al Poder Ejecutivo”. Nuevamente quieren repetir el esquema del año pasado y llevar la lucha universitaria a la vía muerta del Parlamento.
Pero la situación en las universidades no es la misma que la del 2024, se ha agravado. La semana pasada se dio a conocer que en ranking del Center for World University Rankings (CWUR) donde los mismos organizadores han señalado que las universidades argentinas “han sufrido un brusco descenso por el poco respaldo financiero del Estado y por el déficit de la investigación científica del país” (Clarín 02/06). Milei eliminó y desfinanció todos los programas de ayuda para la investigación, para el mantenimiento y actualización de equipos y todos los programas de cooperación científico-tecnológica internacionales. También se cancelaron los contratos con todas las grandes editoriales de revistas científicas especializadas del mundo, en donde se daban a conocer las investigaciones que produce la ciencia en el país.
En términos salariales, hay una caída histórica. Entre el 85 y el 90% de la docencia universitaria es categoría semi o simple, lo que implica que cobra salarios de pobreza, por debajo de la línea de la canasta familiar. Los incrementos mensualessieteotorgados por el gobierno, no superan el 1,3%, con una paritaria cerrada hace más de siete meses.
Frente a este escenario calamitoso, las federaciones universitarias han frenado toda lucha, con paros aislados y sin proceso de movilización.
En el último plenario de CONADU Histórica, los informes referidos al balance del paro anterior (del 19 y 20 de mayo) dieron cuenta de que la docencia se volcó masivamente, pese a que el mismo sólo fue convocado por CONADU H. Por ejemplo, en Córdoba, el gremio mayoritario ADIUC, que integra la CONADU sin H, llamó a parar 24 horas pese a que su federación no paraba. Sin embargo, la docencia decidió para por 48 horas. Algo similar ocurrió en Tucumán, en las Universidades Tecnológica, Entre Ríos, etc.
Estos síntomas marcan es que hay una tendencia a la huelga, que aún no está expresado de manera masiva, pero marca el estado de ánimo de la docencia.
En el mismo plenario de CONADU Histórica, algunas asociaciones de base señalaron que algunos debates que recorrieron las asambleas era de ir a una semana de paros, la no toma de exámenes y de preparar el no inicio del segundo cuatrimestre. Esto comentaron desde Comahue, Chaco, Litoral, Salta. Sin embargo, a la hora de mocionar, estos debates de base no se tradujeron en propuestas de conjunto. Solo se aprobó un paro de 48 hs.
El paro de la próxima semana deberá servir, no para ir detrás de un proyecto de ley al Parlamento y volver a tener una nueva desilusión, sino para desarrollar un debate en las bases que permita organizar y darle un carácter activo al mismo, uniendo las luchas que están en curso como de los jubilados, discapacidad, ciencia y técnica, Garrahan y trabajadores de la Cultura.