CABA: más de 10 secundarios tomados luego del fallo de la Corte Suprema

Escribe Nicolás Morel

Por la movilización política del movimiento estudiantil contra la barbarie educativa y social de Milei y Macri.

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Entre el martes y el jueves, asambleas de varios colegios secundarios resolvieron la toma de sus establecimientos. Entre la lista se encuentran el Nacional Buenos Aires, el Pellegrini, el Juan B. Justo, el Cortázar, el Lengüitas, el Mariano Acosta, el Esnaola, la Niní Marshall, el Yrurtia, el Lenguas Vivas, el Danzas y el Liceo 9.

Las medidas responden a la resolución de la Corte Suprema de ratificar el fallo que condena a prisión a Cristina Fernández y la inhabilita de por vida a ejercer cargos públicos, poco tiempo después de que se conociera su voluntad de participar de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires.

Desde el Centro de estudiantes del Nacional Buenos Aires señalaron que “no podemos permitir que hoy se indique a quién se puede votar y a quién no. Eso nos remite a momentos de dictadura”. En un comunicado, la asamblea de estudiantes del Cortázar advirtió que “los argentinos y argentinas debemos posicionarnos ante las injusticias cada vez más cotidianas y pasadas por alto”, al hacer referencia no solo a la proscripción de Cristina, sino también a la situación que viven jubilados, trabajadores del Garrahan, docentes y la universidad en general.

Varias de las asambleas que resolvieron la toma de los colegios pusieron sobre la mesa no solo el ataque a las libertades democráticas, sino el escenario más general sobre el cual se desarrolla el ataque a la educación. Es el caso de la reforma educativa impulsada por Jorge Macri -”BA Aprende”-, la cual prevé para el año que viene la eliminación de una cantidad de materias de la currícula de los colegios secundarios. Esto implica el despido indiscriminado de docentes y el recorte masivo de contenidos.

El debate en las asambleas también puso de relieve la miseria social que se vive en las familias trabajadoras: un reflejo de la situación que viven los y las compañeras secundarias en sus casas. Para muchos chicos de CABA el colegio no es solamente un establecimiento educativo, sino también el lugar donde pueden acceder al alimento que escasea en sus hogares. Durante 2023, la circulación en los colegios de viandas entregadas por el Estado con productos en descomposición y la consecuente internación de varios chicos que las consumieron despertó una ola de tomas de colegios que duró semanas.

Las ocupaciones son la respuesta del movimiento estudiantil a un ataque de conjunto contra la educación y contra la clase obrera. Ocurren mientras la orientación del Gobierno se enfrenta a contradicciones cada vez más explosivas y al mismo tiempo que los trabajadores del Garrahan, jubilados, docentes, metalúrgicos y choferes, entre varios otros, expresan una tendencia creciente del movimiento obrero a la movilización y la huelga.

El gobierno nacional ha evitado pronunciarse en extenso sobre el proceso de tomas. Solamente apeló al infame José Luis Espert, el cual mencionó, a través de X, que los “pendejos del orto” que toman colegios y universidades deben ser “sacados de ahí de los pelos”.

El clima de combatividad visto en los colegios secundarios durante esta semana contrastó con la orientación claudicante del aparato del PJ-kirchnerismo, que abandonó rápidamente cualquier pretensión de impulsar una movilización política contra la proscripción. El desarrollo de una perspectiva tal contradice su intención de presentarse como recambio capitalista ante la bancarrota del gobierno de Milei: frente a la agudización de la crisis, son conscientes de que una movilización de tales características puede hacer saltar por los aires el programa antiobrero del gobierno liberticida, el cual es ampliamente suscripto por los partidos de la oposición patronal.

Con esta comprensión en mente, el aparato peronista que dirige la Coordinadora de estudiantes de base (CEB) se apresuró durante la noche del viernes a presionar por el levantamiento de las tomas en todos los colegios ocupados, apelando al “agotamiento” de los y las estudiantes. Mientras el Yrurtia resolvía la toma de su colegio, el jueves a la noche la CEB se reunió para resolver que el viernes se debía terminar con las ocupaciones.

El levantamiento de las tomas ocurre sin ofrecer una perspectiva sobre cómo continuar la lucha política contra el Gobierno. Muestra de eso es lo ocurrido en colegios como el Cortázar, donde la asamblea que terminó con la ocupación del colegio resolvió, en abstracto, ver durante la semana que viene qué “medidas tomar a futuro”. Se trata de un apoyo a la orientación del aparato del PJ, fomentada por la conducción kirchnerista del centro de estudiantes, que conduce al colegio a un impasse al no proponer un rumbo para movilizar al estudiantado. Nuestra intervención en el colegio buscó polemizar con esta orientación, principalmente con el planteo de que la mejor forma de defender la escuela es “quedándonos estudiando en las aulas”: para luchar por nuestra educación tenemos que profundizar la movilización de los colegios.

Algo similar ocurrió en la Niní Marshall, donde La Cámpora, que conduce el centro de estudiantes, propuso levantar la toma para confluir en la marcha del miércoles que acompañará a Cristina a Comodoro Py. Se trata de una movilización que expresa la disposición del aparato del PJ a claudicar ante la proscripción política, poniéndose al servicio del mismo Poder Judicial que la encabeza. Casos similares ocurrieron en el Nacional Buenos Aires y el Pellegrini.

La resolución de la conducción del centro de estudiantes de la Niní Marshall se contradice con el clima de debate que se abrió en el colegio luego de la toma. Durante el jueves y el viernes los estudiantes organizaron distintas comisiones de debate, para poner en común los problemas que atraviesan a la juventud: algunas de ellas fueron sobre situación política nacional, reforma educativa y salud mental. Nuestras compañeras intervinieron en ellas haciendo especial énfasis en vincular el contenido de la reforma antieducativa de Macri y la necesidad de impulsar una campaña en todos los colegios contra ella.

Un síntoma del clima que atravesó el colegio fue la intervención en los debates de nuevas camadas de activistas, los cuales también tomaron la palabra en las asambleas convocadas por el centro.

Nuestra corriente, Política Obrera, intervino en las asambleas de los colegios Julio Cortázar, Niní Marshall y el EESTN 2 llamando a aprovechar el clima de deliberación abierto entre la juventud para impulsar una movilización política de conjunto contra los gobiernos antiobreros de Milei y Jorge Macri. El fallo de la Corte Suprema es el fruto de una indicación del Fondo Monetario Internacional y de la AmCham, los cuales están preocupados porque un revés del gobierno liberticida en las elecciones legislativas atente contra la capacidad de este de pagar los intereses de deuda mediante la profundización de la miseria social.

Desarrollemos en las asambleas y las aulas un programa: abajo la proscripción, no a la reforma antieducativa, por el no pago de la deuda y por una educación al servicio de las necesidades populares. Tenemos la tarea de impulsar una movilización política que derrote a Milei y sus cómplices en las provincias. Desarrollemos una corriente socialista en la juventud que le dé impulso a estas consignas en los colegios secundarios.

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Tomas y asambleas luego del fallo de la Corte Suprema Un clima de deliberación atraviesa universidades y escuelas. Por Nicolás Morel, 12/06/2025.

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