“Pongamos a Argentina a salvo de la guerra imperialista contra Irán”

Escribe El Be

La política nacionalista reaccionaria del aparato del Partido Obrero.

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El aparato que dirige el Partido Obrero no ha vacilado en exponer un nacionalismo vulgar frente al asalto militar del imperialismo contra la República Islámica de Irán. En una reminiscencia del neutralismo de Argentina en las dos últimas guerras y en una velada crítica reaccionaria al apoyo de Menem a la guerra de George Busch padre contra Irak, denuncia, en relación al reciente acuerdo firmado por el presidente argentino y el primer ministro israelí, que “Milei expone al país a la guerra imperialista contra los pueblos del mundo”. Para que no queden dudas, sostiene que “Milei pone en riesgo a la Argentina” y “expone al pueblo argentino al tablero de operaciones de una guerra imperialista que le es ajena”. No se conoce ningún caso en que un socialista haya planteado que una guerra imperialista no sea de su incumbencia, ni de incumbencia de los trabajadores. Argentina está metida hasta los tuétanos en la guerra imperialista desde que, mediante el pago de la deuda externa y su entrelazamiento con el capital internacional, es uno de los principales financistas, entre los países de la periferia, de la carnicería desatada por el imperialismo.

El aparato del PO se las ha ingeniado para tomar una posición nacionalista reaccionaria, porque la mayor parte del nacionalismo antiimperialista se moviliza contra el genocidio que el estado sionista, sostenido por el imperialismo mundial, está ejecutando en Palestina. El asalto contra Irán forma parte de ese genocidio y es el remate estratégico de lo que Netanyahu ha venido haciendo –con escalas en el Líbano y Siria-. Nuestro partido, Política Obrera, ha venido llamando a los organismos de derechos humanos de Argentina, que no son marxistas ni socialistas, a convocar a una marcha de masas por el cese de los asesinatos en Gaza y Cisjordania. Numerosas corrientes ajenas al internacionalismo llaman, a diferencia de este aparato dispuesto a cruzar todos los límites, a que sus gobiernos rompan relaciones con Israel, no a buscar refugio de la guerra (que se expande, por otro parte, con prisa y sin pausa).

El gobierno de Milei ha alineado a Argentina con la guerra imperialista desde el día uno. Ya en noviembre del año pasado había firmado un “memorando de entendimiento” con Netanyahu para “combatir el terrorismo y las dictaduras”. El gobierno tiene la intención de vender Fabricaciones Militares a una firma estadounidense para abastecer a los ejércitos de Ucrania de armamento (municiones) que está escaso en los arsenales imperialistas. Argentina tiene un acuerdo de intercambio de tecnología con Israel firmado bajo los gobiernos de la expresidenta, ahora en prisión domiciliaria, al igual que Brasil, firmado por Lula. La guerra mundial se encuentra tan lejos de ser “ajena” a Argentina, que Alconada Mon ha denunciado que la SIDE es una sucursal del Mossad. Argentina ha firmado el acuerdo Netanyahu-Trump acerca del antisemitismo, promovido por Felipe Solá bajo el gobierno de los Fernández, votado en la Legislatura por el aparato del PO y el PTS, y por la totalidad de los partidos tradicionales del país. Frente al desenvolvimiento de esta guerra imperialista, el PO llama a Argentina, sin embargo, a que se ponga a resguardo (“no ponerse en riesgo”). Esta especie de “sálvese quien pueda” muestra la superchería de la consigna rimbombante y gratuita “guerra a la guerra” con que este aparato ha querido encubrir su completa falta de programa. El involucramiento de Milei con la guerra imperialista, sin embargo, ya puso “en riesgo”, si no a la Argentina, sí a los luchadores y trabajadores, mediante la colaboración imperialista con la represión, el espionaje, la infiltración y la “ciberseguridad” a su interior.

Gabriel Solano se ha pintado de cuerpo entero al denunciar en X que “Milei ha cometido un acto de enorme irresponsabilidad política e institucional. Firmó un acuerdo 'de defensa' con Israel en las vísperas de que Netanyahu ordenara un ataque militar a Irán. ¿Sabía que ese ataque iba a ocurrir e involucró a la Argentina en una guerra sin aprobación parlamentaria? ¿O no sabía y actuó sin medir las consecuencias?” Ni el más podrido parlamentario patronal podría haber retratado en forma más canallesca la situación del momento. Milei “irresponsable institucional!”; firmó ¡“sin aprobación parlamentaria” !; ¡¡“actuó sin medir las consecuencias”!! Solano presenta a Milei como un “inimputable”, un menor de edad político. Solano ha aprendido el lenguaje de la charlatanería parlamentaria más rápido de lo que le llevó aprender a leer. “¿Sabía que el ataque iba a ocurrir?”, se pregunta el figurón de estadista, como si los servicios sionistas alcahuetearan sus intenciones a su propio títere. La farsa no podría ser mayor.

Aunque suene increíble, la cosa no termina aquí. La denuncia de que la participación de Menem en la guerra del Golfo (contra Irak) puso a Argentina “en riesgo” (como ocurriría ahora con Milei), o sea los atentados contra la embajada de Israel y de la AMIA, es una fabricación de los servicios para inculpar a Irán de esas atrocidades. Nunca fue la posición del Partido Obrero real, ni de Altamira o Ramal –el único partido de izquierda que repudió ambos hechos-. El aparato del PO advierte que ahora podría pasar lo mismo, sin advertir el viraje político que asume. Acompaña, con su analogía, la denuncia contra el rol de Irán en esos atentados, precisamente cuando Irán es asaltada por el imperialismo con la simpatía de Milei, Nada de esa acusación, sin embargo, ha sido probada, y tampoco se ve qué relación guarda Irán con la guerra contra su archienemigo Irak, bajo la batuta de Saddam Hussein hace poco más de treinta años. Lo que sí es cierto es que ninguno de esos dos atentados pudo haberse ejecutado sin una conexión local, o sea la policía o los servicios de la misma Argentina, y que esta complicidad ha sido encubierta por todos los gobiernos en el último cuarto de siglo. Para defender a Irán contra el acuerdo de Milei con Netanyahu, el aparato se vale de una analogía (el caso Menem) que valida una condena amañada contra Irán. Esta condena compromete a la expresidenta CFK, que es juzgada por el famoso “memorando con Irán” nada menos que por “traición a la patria”, aprobado por el Congreso de Argentina. Ni el Mossad ni la CIA han oficializado, con nombre y apellido, a ningún iraní como responsable de esos atentados (de otro modo ya habrían sido asesinados en represalia).

El artículo mencionado, repetimos, denuncia que Milei “(incorpora) en los hechos al país en una guerra, sin la aprobación del Congreso de la Nación, ni de la población”. Esta denuncia la extienden a la guerra en Ucrania, donde Milei apoyó a Zelenski “sin ningún mandato o respaldo del pueblo argentino”. El aparato reclama un proyecto parlamentario, o una consulta popular, para que vote si hay que apoyar al imperialismo o repudiarlo. Un completo dislate. Por otro lado, desde los liberticidas hasta el peronismo, pasando por el PRO y la UCR, se han pronunciado todos a favor del imperialismo contra Irán, por ejemplo, en el caso del apoyo a los “juicios en ausencia” para condenar a ese país por el atentado a la AMIA. En ocasión de este otro “memorando de entendimiento”, no el de CFK sino el que firmó Milei con Israel el año pasado para ‘combatir a las dictaduras’, sostuvimos que “la 'dictadura' que Milei tiene en vista es, por sobre todo, la de Irán, contra quien Netanyahu prepara un ataque militar de enormes proporciones. "El Congreso acompaña”. Entre el PO real (Política Obrera) y el momificado aparato que usurpa su nombre no existe solamente una diferencia política sino de decencia histórica.

No “pongamos en riesgo” a Argentina; desvinculémonos de la guerra mundial, sea en Ucrania o Medio Oriente; seamos neutrales: son consignas reaccionarias que forman parte de una política reaccionaria. Nuestro planteo es: por la derrota de la OTAN y de Rusia, en Ucrania y Europa, mediante la movilización revolucionaria de los trabajadores. Por el cese del fuego en Gaza, el retiro del ejército sionista de la Franja y de Cisjordania, juicio y castigo a los criminales de lesa humanidad. Abajo la guerra imperialista de Israel, EEUU y la UE y Japón contra la República Islámica de Irán, por el apoyo a Irán contra el imperialismo mundial. Por la derrota de Milei y de todos los secuaces del imperialismo, por la victoria de la revolución socialista internacional.

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