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Aunque era descontada, la magnitud de la derrota liberticida en Corrientes -un ´holgado´ cuarto puesto- es una nueva señal de ocaso político del experimento Milei. Quedaron debajo del peronismo y de la boleta patrocinada por el exgobernador Colombi. Juan Pablo Valdés -hermano del actual mandatario provincial- se alzó con más del 50 % de los votos. El peronista Martín Ascúa, patrocinado por el kirchnerismo, no alcanzó el 20 % y se quedó afuera de la segunda vuelta. El exgobernador Ricardo Colombi, por su parte, sumó 16,69 %. A diferencia de los anteriores turnos electorales en las provincias que desdoblaron comicios, la participación del electorado se mantuvo relativamente en el promedio histórico. A diferencia de lo ocurrido en Salta y CABA, el ausentismo no se hizo presente.
La LLA había rechazado una alianza con el Frente de Valdés, en función de una política muy compartida para que todas las listas de las provincias se sometan a la sigla y al predominio de LLA. Con dos años de anticipación, la mira de la camarilla de gobierno estaba puesta en una reelección en 2027 y en dotar de un poder político concentrado a Milei (decretos y vetos). Los Valdés rechazaron la propuesta libertaria porque le pedían la candidatura a la gobernación y correr con el sello de La Libertad Avanza. La victoria de los Valdés le ha dado visibilidad pasajera al núcleo de gobernadores ´de centro´, y concretamente a Provincias Unidas – un bloque sin programa, pero “transversal”, de radicales, ex macristas y peronistas de Schiaretti. La crisis terminal del gobierno liberticida y el estallido de la ‘macroeconomía’ de los comisionistas internacionales, golpea también a este bloque, cuya política medular es imponer las “reformas estructurales’, o sea poner fin al derecho laboral y previsional. La actividad económica se ha derrumbado y asoma la corrida bancaria. El módico 9% obtenido por el candidato libertario es un anuncio de lo que ocurrirá el domingo que viene en la provincia de Buenos Aires.
La decisión de marchar con lista propia, le es atribuida a la facción ´karinista´ y al clan Menem, que suman una descomunal derrota política electoral a la tanda de corruptelas que ha despertado la indignación de la opinión pública. El caudal electoral de los libertarios se ha encapsulado en los núcleos de derecha, principalmente en CABA, y en algunas provincias.
