Sobrecarga laboral, polifuncionalidad y pandemia

Escribe Gustavo Guida

Tiempo de lectura: 3 minutos

El ciclo escolar, en tiempo de cuarentena, se desarrolla por medios virtuales. La continuidad pedagógica en Argentina se despliega en un marco internacional donde el capital busca por todos los medios sostener la acumulación de capital vía superexplotación de la mano de obra, única fuente de creación de la riqueza bajo este sistema social.

Tal es la situación, que existen una innumerable cantidad de escritos en diarios y medios digitales que describen la flexibilización de tareas laborales por medio del teletrabajo y otras formas de organización del proceso productivo. El objetivo de esta flexibilización laboral es claro: aumentar la rentabilidad del capital.

Una de las características fundamentales del teletrabajo es la pérdida de las fronteras entre las tareas domésticas y las laborales en un alto porcentaje. El capital logra, por medio del teletrabajo, extender la jornada más allá de lo estipulado por los convenios laborales.

Sumado el cuidado de los hijos y de adultos mayores, que se encuentran a cargo del trabajador, las jornadas laborales son un verdadero infierno.

En este cuadro, los docentes estamos viviendo una experiencia de sobrecarga laboral y mayor presión por parte del personal jerárquico y el Estado para cumplir con múltiples funciones. A las tareas de enseñanza que implican el dictado de clases, corrección y seguimiento del proceso de aprendizaje de cada alumno, se suman requerimientos de orden administrativo en cualquier día y horario, la recepción y distribución de los alimentos que se entregan a las familias de nuestra comunidad, reuniones con directivos, etc., etc.

Los sindicatos docentes expresaron que existe una alta sobrecarga laboral (Página 12, 05/05). Esto motivo reuniones con el gobierno para presentarle la nueva realidad y un esquema de organización sobre nuevas condiciones laborales en la pandemia. El “reclamo” de las burocracias docentes no paso de la mera formalidad.

Retomar el control sobre el proceso de trabajo

Con aplicaciones digitales como classroom se intensifica la explotación del docente porque el docente debe atender los requerimientos de cada alumno en forma dispersa en el tiempo y espacio. En cambio, con las clases presenciales la dinámica es otra: el proceso de enseñanza-aprendizaje es colectivo y simultáneo lo que hace más eficiente nuestro trabajo.

La falta de conectividad digital por parte de alumnos lleva a tener que “dictar” clases por fuera del classroom. Es decir, además del classroom damos clases por WhatsApp, por teléfono, por mail, etc. En conclusión: trabajamos más horas y en forma más intensiva.

Las consultas fuera del horario escolar suceden frecuentemente.

Según datos del Observatorio Argentino de la Educación existe una baja conectividad en el país debido a que el 54% de las conexiones son de una velocidad menor a los 20 Mbps, lo que no asegura actividades sincrónicas. Un 36% de ellas se encuentran en el orden de los 6 Mbps. Dentro de las estadísticas se estableció que un 20% de alumnos de primaria a nivel nacional no tiene conexión a Internet desde sus hogares y ese índice se dispara mucho más en las provincias más pobres.

Por otro lado, las dificultades tecnológicas del lado docente no se quedan atrás. Definido en un informe del sindicato SADOP, un 63% de los maestros no poseen una PC propia.

En el caso de los preceptores, el seguimiento de alumnos y control de planillas para el servicio alimentario son requeridas en tiempo y forma, llevando a exigencias mayores, estirando la jornada laboral.

En conclusión: en el cuadro de la pandemia y la continuidad pedagógica virtual, los docentes trabajamos más horas y realizamos tareas que no están contempladas en nuestro estatuto. Todo este esfuerzo no tiene ningún tipo de compensación salarial por parte de nuestro empleador.

Es necesario abrir un debate a fondo sobre este cuadro de aguda superexplotación laboral y reclamar al Estado recursos tecnológicos para docentes y alumnos que posibiliten la continuidad pedagógica virtual, aumento de salarios, protocolos de trabajo que preserven la salud física y psíquica de los trabajadores.

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