Continúa la ´motosierra´ en Filo-UBA: la gestión de Letras cierra una de las cátedras de Gramática

La gestión de la carrera de Letras, en la última sesión de Junta Departamental, aprobó con el apoyo de la mayoría de profesores y graduados el cierre de la cátedra de gramática “c” (Borzi). El tratamiento fue exprés y a espaldas del conjunto de docentes y estudiantes de la carrera. Las razones esgrimidas fueron, por un lado, la jubilación de la titular y, por el otro, que ya existen otras dos cátedras que dictan la materia, aunque ninguna con el enfoque específico de la cátedra Borzi. Ninguna de estas razones justifica el cierre.

De esta manera, al menos 8 docentes de esa cátedra tendrían que concursar por nuevos cargos en las otras dos que siguen en pie, de pretender mantener un cargo. Fue la “solución” propuesta por la gestión, luego del hecho consumado, ante el reclamo de que dejaba en la calle al cuerpo docente de la cátedra cerrada. Se trata de algo improbable, dado la cantidad de profesores y el laberinto burocrático del concurso.

El cierre de esta cátedra se suma a la eliminación de la materia alternativa Epistemología (cátedra Glavich) del nuevo plan de estudios de Antropología. Ambos casos expresan el profundo ajuste que lleva adelante la gestión K de la facultad y las camarillas de los distintos departamentos (recorte de horarios, arancelamiento de cursos de extensión) a la par que introducen títulos intermedios y tecnicaturas con títulos devaluados.

Es claro entonces que la “preocupación” de la gestión por la matrícula y por la “educación pública de calidad” es una impostura. El cierre de cátedras significa menos horarios de cursada y, por lo tanto, deserción y baja de la matrícula; también deja docentes sin cargos y repercute en la pluralidad de perspectivas y contenidos dictados, lo que resiente la mentada “calidad”. Esa es la universidad que “defiende” la gestión de Filosofía y Letras. Empalma con el desguace de la misma, que impulsa a nivel nacional el gobierno de Milei.

Enfrentemos este ataque con un programa superador, que ponga la universidad y los departamentos bajo control de trabajadores, docentes y estudiantes, y preserve el trabajo y la cursada. En ese sentido, se hace necesaria la discusión en asamblea de un plan de lucha que defienda la cursada y se plante contra los ataques del gobierno y la gestión.

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