Escribe Agustina Vaccaroni
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El pasado 12 de noviembre tuvieron lugar comicios en la UNS para elegir a los representantes de los tres órganos de cogobierno: la asamblea universitaria, el consejo superior y los consejos departamentales. Según la web de la propia universidad votaron 881 profesores, 1.741 auxiliares, 10.296 estudiantes y 572 no docentes en más de 100 mesas dispuestas en las distintas sedes de la UNS. Los representantes electos asumirán en diciembre reconfigurando la composición de los cuatro claustros: el de profesores que reúne a los docentes con categoría de adjunto para arriba que es, además, el que posee más representación en todos los órganos de cogobierno; el de auxiliares, que reúne a los docentes con categoría de ayudante o asistente que, siendo más cantidad en la universidad, poseen menor representación; el de alumnos y el de no docentes, que solo tiene presencia en la asamblea universitaria y el consejo superior, pero no en los consejos departamentales.
En el claustro de profesores para la Asamblea Universitaria, el máximo órgano de decisión, ganó la lista Acción UNS, que apoya a la actual gestión del rector Daniel Vega. Lo siguió la Lista Blanca y luego La Red, principal opositora al rectorado. Desde el oficialismo llevaron adelante una campaña centrada en la “gestión” y no en la crisis histórica que atraviesa la universidad pública, cada vez más profunda. El rectorado de la UNS ha participado de las movilizaciones masivas y, al mismo tiempo, ha actuado directamente contra la organización estudiantil y docente, como sucedió cuando dio aviso a la policía para que levantara un corte de calle y clases públicas frente al Departamento de Ciencias de la Educación, a fines de 2024.
En el claustro estudiantil fue una novedad que la lista ULLA (Universitarios de La Libertad Avanza) logró ingresar representantes en la Asamblea Universitaria y en el Consejo Superior. Mientras que ULLA por supuesto defiende la política del gobierno nacional en actividades con Cúneo Libarona o Alejandro Álvarez, secretario de políticas universitarias de Milei, las restantes listas han rehuído a hacer campaña contra el histórico ahogo presupuestario. Más bien se han encolumnado detrás de la política de los rectores, lobby parlamentario y presentaciones judiciales. Otra de las listas estudiantiles con mayor presencia, Nueva Universidad, lamentó el desempeño de ULLA al cogobierno, pero porque significa el “ingreso de la política partidaria”. El PTS, por su parte, se presentó bajo el lema “estudiantes que no se callan para enfrentar a la derecha” y la “única lista feminista”. No logró ingresar consejeros ni asambleístas.
Política Obrera se presentó integrando el “Frente por la Educación Pública”, una lista que armamos para el claustro de docentes auxiliares junto con compañeros independientes y del PTS. Pusimos a disposición para ello nuestro programa. Reunimos las candidaturas para presentarnos en Asamblea Universitaria, en Consejo Superior y en el Consejo Departamental. Entre los 96 auxiliares del departamento de Humanidades cosechamos 16 votos. Además, 24 de ellos dieron su voto por el FEP para el Consejo Universitario. Entre los auxiliares de toda la universidad, se recogieron 90 votos para la asamblea universitaria y 99 para el Consejo Superior, con las mejores votaciones hechas en Humanidades, Ciencias de La Educación y Ciencias de la Administración. Con pocos recursos, el FEP concentró su campaña en Humanidades, Ciencias de la Educación, Biología y en tratar de llegar a los edificios más grandes del campus Palihue y de la sede de Alem. Donde pudimos, tratamos de recorrer los gabinetes, oficinas en donde los docentes suelen ofrecer horarios de consulta, presentando la lista.
Entre las demás listas el FEP destacó por ser la única que presentó un programa, es decir, una caracterización del momento político y universitario y una serie de iniciativas que ponían a la lista al servicio de una lucha política, impulsando asambleas interclaustros y autoconvocatorias que construyan una huelga general educativa para conseguir todos los reclamos. La ausencia de este tipo de perspectiva fue manifiesta en las demás fuerzas presentes, tanto que en algunos casos los candidatos que para consejo departamental iban en listas separadas, para asamblea universitaria se juntaban en una sola lista reflejando el oportunismo y la política de camarilla.
Para el consejo departamental de Humanidades, por caso, las otras dos listas en contienda, una llamada Construcción y otra Frente de Auxiliares de Humanidades (FAH), se refirieron al problema de la precarización laboral entre los docentes auxiliares, planteando acompañar reclamos al respecto y planteando aparentes soluciones a los contratos temporales existentes. No obstante, nada dijeron de una lucha por mayor presupuesto, por un salario que recupere lo perdido, cuestiones que son requisito si se quiere garantizar la regularización de cargos y la permanencia del plantel. Tampoco denunciaron la composición antidemocrática de los órganos de cogobierno que conlleva que los intereses y decisiones del grupo más reducido de la universidad, los profesores, sean los que prevalezcan.
Hacia adelante, nos proponemos desarrollar una corriente clasista y socialista en la docencia y el movimiento estudiantil de la Universidad Nacional del Sur para impulsar un gran movimiento de lucha autoorganizado.
