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En el quinto aniversario del #NiUnaMenos, la movilización que impulsamos en Salta fue una expresión más de la lucha de las y los trabajadores ante la pandemia, frente a un gobierno que no solo no ha equipado el sistema de salud, sino que torpedea la cuarentena en favor de las patronales contra la salud de la población. La jornada estuvo cruzada por la confirmación de 8 nuevos casos de COVID en la provincia, que ya suma 20 en lo que va de la pandemia.
La movilización arrancó con un piquete en Córdoba y San Martín para ir hasta el centro de la ciudad, junto al Frente de Organizaciones en Lucha (FOL). De la marcha y el acto fueron parte los artistas independientes que hoy salen a luchar por el derecho al trabajo, contra el hambre y la represión, bajo el grito “que la rabia nos una”. También la histórica e incansable luchadora de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por la última dictadura, Mirta Torres, quien en referencia a los casos de gatillo fácil que cruzan la provincia, reivindicó que son las madres y los familiares que salen a luchar para enfrentar los atropellos policiales. Levantó su voz también por los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos, así como por las y los desaparecidos en democracia. Estuvieron presentes también los familiares de Agustina Nieto, asesinada en Salta hace 2 años. Débora, su hermana, denunció que “Nos entierran en un cementerio, pero también en los archivos de fiscalía”, con relación a la dilación de la causa y llamó a luchar por justicia y por “una vida digna y justa en nuestras casas y en nuestros trabajos”. El acto continuó con la intervención de María Bravo, dirigente de FOL, que denunció que “la pandemia arrasa nuestras condiciones de vida, golpea de una forma particular a las mujeres”. Reivindicó la acción de las mujeres que en las barriadas paran la olla, planteó Justicia para Ramona, la militante de la Villa 31, muerta por COVID. Colocó, a su vez, el enorme déficit habitacional de 70.000 familias sin viviendas y apuntó contra el gobierno que “no resuelve el problema de las madres, las familias y las mujeres”, que padecen el hacinamiento en inquilinatos, en casas de familia y muchas mujeres con el violento. Sáenz, como Romero y Urtubey, sostienen el “negocio inmobiliario como prioridad para ellos”.
Para finalizar, nuestra compañera Gabriela Jorge señaló que este quinto aniversario muestra a las mujeres trabajadoras en la primera línea frente a una pandemia que expone todas las contradicciones de la sociedad capitalista: “mientras discutimos cómo acceder a derechos elementales, el gobierno y las patronales torpedean la cuarentena”, “colocan millones de recursos para el salvataje de las empresas capitalistas en contraposición de nuestras vidas”. Denunció la sobrecarga y precarización laboral en complicidad con la burocracia, así como a las patronales como Tabacal que obliga a seguir produciendo cuando Orán se ha convertido en un punto de contagios. Reivindicó la lucha de las trabajadoras de la salud. A cinco años queda claro que el Estado capitalista es responsable, y salimos con un mensaje de organizar la autodefensa ante el deprecio de éste hacia nuestras vidas, expresado en el femicidio de Rosa Sulca o Liliana Flores. Se refirió a la lucha por el aborto legal, como una necesidad básica en la medida en que no se garantizan las condiciones para maternar, menos en la cuarentena, donde incluso se han exacerbado las situaciones de violencia, y que sólo se podrán arrancar “sobre la base de la acción directa, ninguna mediación con el Estado tutelado por la Iglesia”. Para ello, finalizó, debemos golpear con un mismo puño con nuestros compañeros de clase este régimen basado en la explotación, abriendo un curso para una salida obrera y socialista.
El acto central fue acompañado por jornadas en los merenderos "Carita Feliz" de la barriada de Asunción y el "Dulce Mirada", de Mirador, donde a la par de la entrega de la merienda las compañeras realizaron acciones para denunciar las condiciones de miseria, hambre y hacinamiento en las barriadas, pero también para reivindicar la acción de las mujeres que se ponen en la primera línea para parar la olla. Ha sido destacada la acción y la deliberación previa con compañeras en el interior de la provincia. En Rosario de Lerma, junto a las Mujeres Organizadas, se colocó la lucha contra el cierre de la causa del sacerdote Lamas. Las acciones en Colonia Santa Rosa y en San Martín, se transformaron en cartelazos virtuales ante el crecimiento de los contagios de COVID y la vuelta a fase 1 en esa región.
En la provincia, como en el país, la lucha que protagonizamos las mujeres se conjuga con la lucha general de la clase trabajadora, y las acciones de este 3 de junio son la base para un mayor desarrollo de la organización de las trabajadoras en una etapa signada por rebeliones y revoluciones.