Elecciones en Salta: Sáenz, un arribista a gobernador

Escriben Violeta Gil y Gabriela Jorge

Tiempo de lectura: 4 minutos

El intendente capitalino Gustavo Sáenz logró ampliar su votación unos 10 puntos respecto a las PASO provinciales, y se convirtió en gobernador de Salta, mientras su seguidor, el kirchnerista Leavy, agregó menos de 4 puntos. El conjunto del PJ provincial, acicateado tanto por Urtubey como por Romero, se jugó por la victoria de Sáenz.

La asociación de Leavy con el electo presidente de la Nación Alberto Fernández, sus denuncias sobre la malversación de fondos contra Sáenz y hasta de un posible fraude en la elección, fracasaron en dar vuelta la elección. Leavy ya había abandonado por inocuo, su intento de presentar una confrontación política de “modelos” entre un “nacional y popular” Leavy y un “neoliberal” Sáenz.

El electo gobernador, un saltimbanqui de la política, ha hecho enormes esfuerzos por presentarse como un outsider, con un bloque compuesto por el PRO y radicales. Antonio Marocco, un albertista, será vicegobernador.

Gobierno condicionado

A pesar de la holgada votación, Sáenz está condicionado por compromisos con Romero y Urtubey; el primero maneja la intendencia capitalina; el segundo desde la presidencia del PJ. No contará con una mayoría propia ni en el senado y tampoco en diputados. Urtubey se aseguró la renovación de la presidencia y vicepresidencia de la corte de justicia de la provincia.

Existen negocios enfrentados en la provincia, desde la revisión de contratos de concesiones a grupos privados (JCR, Plumada, Aunor, casinos Austria, etc.) cómo al tipo de explotación del suelo salteño (ganadería sustentable vs. monocultivo extensivo).

Los vínculos de Sáenz con Alberto F. y con Massa (fue su candidato a vicepresidente en el 2015), lo protegen de las intrigas de su opositor, un K. En definitiva, el “progre” Leavy reivindicó la reducción de la planta de trabajadores estatales, por parte de Sáenz, la municipalización de la atención primaria de la salud y la realización de obras públicas menores con cooperativas de trabajo fuera de convenio y bajo contratos temporales.

Horizonte

Sin embargo, el mayor de los problemas que debe abordar Sáenz, es la enorme crisis social y de régimen provincial. Salta se encuentra entre las provincias con mayores índices de desocupación y trabajo en negro del país, un déficit habitacional explosivo de 70 mil viviendas y con un sistema de salud colapsado y en crisis.

Los históricos departamentos de Orán y San Martín, o Anta y Rosario de la Frontera están sumidos en un fenomenal retroceso social, que ahora amenaza de extenderse a los departamentos tabacaleros como Rosario de Lerma, Cerrillos, la Merced, Güemes y La Caldera, producto de innovaciones tecnológicas para la cosecha mecánica del tabaco.

Este derrumbe económico y social provincial, ha desatado en las últimas semanas un reguero de luchas obreras, por el salario (Gasnor, Talca, Correo Argentino) y contra los despidos y cierres (MAM, Ribeiro, Musimundo, HyR Maluf). Pero también ha vuelto a reactivar al activismo docente autoconvocado, que reclama por el incumplimiento de las promesas de titularización y por el incumplimiento de la cláusula de actualización salarial por inflación que arrancaron en su última huelga.

Desplome final FIT-U

El 2,4% obtenido por Pablo López, implica una pérdida de poco más de 1 punto con respecto a la totalidad de votos obtenidos en las PASO del FIT-U del 6 de octubre pasado y a los obtenidos para diputado y senador nacional el 27 de octubre. Quienes reclamaron que debían ser candidatos por su condición de “figuras públicas”, han descubierto el anonimato

En la capital, se pasó del 5,25%, en las elecciones nacionales al 3,88%, lo cual esfumó la posibilidad de consagrar una concejalía. Claudio Del Plá, que hacía gala de ser el referente más conocido, apenas llegó a un 4,52% en una elección simplificada de cuatro candidatos a intendentes. Por primera vez en 18 años el PO se queda sin representación en el concejo de capital.

En el interior, donde la campaña recayó directamente en los compañeros del Partido Obrero (mayoría, que revista en la Tendencia), Pablo López y cía, llamaron a votar en blanco, como en las Paso. La elección promedió un 2% con picos del 4,14% en diputados en Hipólito Yrigoyen y del 5,84% en Mosconi.

La campaña provincial y en capital quedó en manos de López, Del Plá y cía., que aun presentándose como “dirigentes históricos” del PO que abandonaron, enfocaron la campaña electoral en el reclamo de un voto “para conquistas bancadas que fortalecen a los trabajadores para enfrentar lo que se viene”.

El programa que presentaron fue absolutamente disociado de la organización e intervención de los trabajadores. Cómo era de esperarse, no despertaron expectativa ni movilización política alguna, por lo que tuvieron que recurrir de nuevo al aparato del oficialismo – incluido el dinero -, para sostener actividades esenciales de campaña. La mentada “reconstrucción” que Del Plá en un momento intentó vender, no pasó del palabrerío.

Por el contrario, los militantes del PO salteño, que forman parte de la Tendencia nacional del PO, dieron una fuerte batalla política por el voto lista completa al FIT-U, y “por la organización independiente de los trabajadores, que es la condición para encontrar una salida a la creciente miseria social”. Así desarrollamos una campaña que ha interesado a activistas docentes, estatales, gastronómicos, de aguas gaseosas y ferroviarios. Violeta Gil desarrolló giras por el interior provincial, especialmente Metán, Orán, Rosario de Lerma y San Martín para apoyar nuestras candidaturas locales, que nuevamente fueron ninguneadas por Pablo López y no las llamó a votar, aún a sabiendas de los perjuicios que eso traía para su propia candidatura.

Nuestra tarea

La tarea de recuperación de un programa y una estrategia revolucionaria por parte de los compañeros del PO salteño, desarrollado hasta el momento en el terreno electoral, ha sentado las bases de una referencia política superadora para el conjunto de los explotados salteños y que en la próxima etapa debe traducirse en el desarrollo de un partido de la clase obrera de masas que luche por el gobierno de los trabajadores y el socialismo.

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