Política Obrera, los desafíos de una etapa revolucionaria

Escribe Partido Obrero - Tendencia

Nota de tapa de Política Obrera Nº1, 3/12/19

Tiempo de lectura: 4 minutos

Política Obrera, el periódico que el lector tiene hoy en sus manos, es el instrumento de una lucha política de alcances estratégicos. Recupera el nombre histórico de la corriente que ilegalizó la dictadura militar y que forzó su conversión en Partido Obrero, que siguió siendo PO. Recogemos nuestro nombre de origen para encarar una crisis política en el Partido Obrero, que ha ingresado en una etapa de liquidación de su trayectoria, de su programa y de su organización – pero no de sus cuadros, que se agrupan en la Tendencia del PO, que ya reconoce un crecimiento constante.

En una etapa de crisis revolucionarias que abarcan el conjunto del planeta, el aparato del partido obrero ha ingresado en una fuerte deriva electorera, que es siempre sinónimo de una tendencia a la integración al estado capitalista. En un período de avidez política manifiesta de una generación enfrentada a la crisis y a la bancarrota del capitalismo mundial, el simulacro en que se ha convertido el partido obrero se manifiesta en el desarrollo de un aparato de estrangulamiento de las iniciativas de los militantes, incluida la expulsión sumaria de centenares y centenares de ellos, cuando no de un arribismo que no disimula sus ambiciones. Por su programa y sus métodos este aparato bloquea el desarrollo de una vanguardia obrera digna de ese nombre, o sea de un activismo que luche por el poder de la clase obrera y la revolución socialista a escala mundial. En las grandes luchas que hoy atraviesan a América Latina se advierte el espíritu militante de esta nueva generación – la premisa indispensable de los cuadros de un partido revolucionario.

La lucha que ha encarado la Tendencia del Partido Obrero es de naturaleza política y no se confina, en sus alcances, a los límites de una organización. Asistimos a un largo período de crisis, que raya con la liquidación, de la izquierda mundial ajena a los partidos tradicionales. El FIT, en Argentina, se ha convertido en un partido de hecho, unido por el electoralismo, que no ha podido superar la rivalidad entre aparatos. La izquierda que se autodefine, en numerosos países, como revolucionaria, ha declarado cancelada la época de las revoluciones obreras, incluso antes de la disolución de la Unión Soviética y de la integración de su entorno geopolítico a la economía capitalista internacional. La historia de los últimos años ha demostrado que esa disolución sólo ha servido para ampliar el territorio y la magnitud social de la crisis capitalista. El mundo del capital se ha convertido como nunca desde la última guerra mundial, en un campo de crisis políticas internacionales, guerras, rebeliones populares y tendencias revolucionarias.

Política Obrera tiene el propósito de convertirse en el periódico de la masa creciente de obreros y trabajadores que luchan. La lucha para acabar con la liquidación del Partido Obrero y recuperarlo para el programa de la revolución socialista no puede triunfar si no atiende al conjunto de los obreros que buscan una organización militante. En tanto el aparato oficial utiliza su prensa para el insulto, la mentira y la descalificación, método típico del liquidacionismo, Política Obrera se empeñará en la clarificación política y en la organización de los luchadores. Reclamamos el derecho de tendencia en el Partido Obrero, sin esconder nada de esta lucha de tendencia a los trabajadores y a los obreros que luchan.

Política Obrera es un gran nombre para una prensa de la clase obrera, por su historia. Nació en 1964. El editorial de su primer número señalaba: “el dominio histórico de la burguesía se sostiene por la ausencia de dirección de la clase obrera (…) Nuestro punto de partida, debe ser, entonces, la construcción del partido revolucionario”. Política Obrera fue el periódico de la organización que entre 1964 y 1982 atravesó dos dictaduras militares, organizando a la clase obrera y a la juventud. Su trabajo de delimitación del nacionalismo burgués, en especial el retorno de Perón en 1972-3, que armó en los 70 a las tres A, ocupa un lugar histórico en la literatura clasista. En otro plano fue fundamental la delimitación del foquismo, que pretendía sustituir a la clase obrera como sujeto revolucionario de carácter histórico, y la formación de una vanguardia capaz de convertir a los trabajadores en clase dirigente.

Las rebeliones populares y los procesos revolucionarios que se desarrollan en América Latina en la actualidad ocupan un lugar singular en la crisis del partido obrero y en la política liquidacionista del aparato. Porque fue objeto de divergencias precisamente lo siguiente: si la crisis mundial abriría a corto plazo una etapa de estas características insurgentes en América Latina. El aparato y el FIT-U respondieron con un No rotundo, para justificar de este modo su política electorera en Argentina, que finalmente terminó en un completo fracaso el 27 de octubre. Lo siguen planteando hoy. Nuevamente, la lucha del Partido Obrero (Tendencia), debido a su alcance, va más allá de las fronteras de PO y de Argentina.

El agudo salto de la crisis mundial capitalista de 2007/2008 ha sacudido también a las estructuras y bloques políticos urdidos desde la última guerra; la tentativa de unificación mundial bajo la égida del capital ha sido reemplazada por la fragmentación y la guerra comercial; los equilibrios precarios, por las crisis políticas y las rebeliones populares. América Latina, uno de los “débiles eslabones” de la cadena de la dominación imperialista, está en el centro de esta situación convulsiva. La previsión de que la iniciativa estratégica ha pasado “potencialmente a la izquierda revolucionaria” muestra toda su vigencia.

La izquierda mundial que se identifica como revolucionaria, vive bajo el peso de las revoluciones derrotadas. Eso es claro en el llamado morenismo (MST, IS, PTS) y ahora es la doctrina del aparato del partido obrero. En el PO esa deriva política fue respondida con una verdadera rebelión al interior del partido. En pocas semanas, un millar de militantes decidía adherir a esta Tendencia. Las expulsiones sumarias de todos ellos son un intento por acallar esta enorme reacción revolucionaria.

Este periódico impreso es la manifestación más clara de que el programa y la estrategia del Partido Obrero no serán silenciados. Como ya lo hacemos en www.politicaobrera.com, desarrollaremos nuestra posición sobre la lucha de clases nacional e internacional, para atravesar en forma consciente el proceso de transición que lleva de la crisis y las luchas actuales a la victoria de la revolución obrera.

El periódico impreso tiene el objetivo superior de establecer un vínculo directo con los luchadores y la vanguardia; es una propuesta para reunirnos, debatir y reclutar.

La tarea que planteó Política Obrera en 1964 está completamente vigente. Las condiciones de este nuevo comienzo son, sin embargo, francamente superiores, por la asimilación consciente de décadas de luchas políticas y por el concurso de varias generaciones de militantes revolucionarios que nos acompañan.

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