Venezuela: Trump vuelve a las cañoneras

Escribe Norberto Malaj

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En un acto violatario de normas de todo tipo sobre el derecho a la libre navegabilidad internacional Trump incautó, el viernes, en el Caribe cuatro buques iraníes que transportaban combustible a Venezuela. Lo hizo en nombre de decisiones de un juzgado yanqui, bajo incitación del departamento de justicia, lo cual es completamente ilegal. Los barcos fueron trasladados por la fuerza a Texas donde el combustible fue decomisado.

EE.UU. se arroga un poder de ´policía´ internacional contra dos naciones, Venezuela e Irán, a las que ha sometido a un bloqueo económico.

Para Venezuela la llegada del combustible que trasladaban los buques era vital. La economía petrolera venezolana está colapsada (el comercio exterior y las cuentas fiscales de Venezuela dependen de su producción hidrocarburífera). La mayoría de sus refinerías están paradas por desperfectos técnicos. El país con las mayores reservas petroleras del continente y del mundo y que gozaba de los precios internos de los combustibles más bajos, ahora se encuentra con la situación inversa (llenar un tanque de nafta implica varios sueldos). El 80% de las estaciones de servicio de Venezuela están cerradas y todo el transporte de mercancías y personas está cuestionado.

Irán había sellado un acuerdo para reparar las refinerías venezolanas a cambio de lo cual abastecería al mercado interno con combustible propio. Lo primero no prosperó aún y los yanquis cuestionaron ahora lo segundo. La escalada de agresiones a Venezuela en los últimos meses ha ido in crescendo: el FMI se negó siquiera a considerar un préstamo a Venezuela, la agresión armada de mercenarios, etc. Ni Fernández, ni CFK, ni Lula ni Evo Morales han levantado la voz ante esta nueva agresión a Venezuela.

El ataque a Venezuela es un tiro por elevación a Cuba, a la cual se la ha vuelto a agredir prohibiéndose los vuelos privados a la isla desde territorio estadounidense. Si bien no afecta los vuelos chárter colectivos es una medida que persigue el estrangulamiento económico de Cuba. Si cualquier estrangulamiento económico es inadmisible, lo es doblemente agraviante en las condiciones presentes de la pandemia de Covid-19.

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