Tenso impasse en Bolivia en medio de la crisis política y económica

Escribe Aldana González

Tenso impasse en Bolivia en medio de la crisis política y económica

Tiempo de lectura: 2 minutos

En Bolivia la crisis política arrecia, pero se encuentra en un impasse hasta las elecciones. En parte esto se debe a que el Presidente Luis Arce consiguió que la Asamblea Plurinacional le aprobara con votos de la oposición más endeudamiento externo y con ese tanque de oxígeno espera llegar a octubre, utilizando los dólares de los préstamos aprobados para pagar vencimientos de deuda e importar combustible, ejecutando las obras comprometidas con pesos bolivianos.

Evo Morales levantó los piquetes que mantuvo durante semanas sitiando a gran parte del país -cuya represión y resistencia dejó un saldo de seis muertos- a pesar de continuar inhabilitado para ser candidato a presidente, además de tener pedido de captura en una causa que se le sigue por estupro. El actual presidente Luis Arce -ahora enfrentado con Evo- no supera el 5 % de aceptación entre la población. A la crisis económica se suman las múltiples causas por corrupción en las que están acusados sus hijos. El candidato con mejor performance en el espectro del MAS es Andrónico Rodríguez, de la Alianza Popular; sin embargo, los evistas lo acusan de traidor y llaman a anular el voto e incluso a impedir las elecciones en los territorios que controlan.

Bolivia enfrenta la mayor inflación en tres décadas -24 % anualizado a junio-, escasez generalizada de casi todo -desde combustible hasta suministros médicos- y una creciente crisis de pagos, todo producto de la escasez de dólares debido al agotamiento de la renta gasífera y al pago de la deuda externa.

Esta crisis ha generado una atomización del MAS, que podría ser aprovechada por la derecha a pesar de que se encuentra igualmente disgregada en varios candidatos. Una encuesta reciente ubica al empresario derechista Samuel Doria Medina al frente de la carrera presidencial, con 19,6 % de intención de voto, seguido por el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (16,6 %) y el presidente del Senado y exaliado del MAS, Andrónico Rodríguez (13,7 %). Las elecciones serán el 17 de agosto, con una segunda vuelta prevista para el 19 de octubre si ningún candidato supera el 50 % (Bloomberg, 3/7). De todas maneras, el 15,5 % de indecisos impide cualquier vaticinio.

El apoyo de la oposición a los préstamos reclamados por el gobierno es el resultado del pánico que todos los bloques le tienen una rebelión popular. Con esos dólares Bolivia se salva del default, pero Arce admitió en una entrevista que no puede garantizar el combustible hasta fin de año. El diputado de oposición Enrique Urquidi declaró, mientras discutían su aprobación, que los 1.800 millones de dólares de los préstamos no alcanzaban para tapar “el agujero negro de 2.600 millones de dólares”.

Por eso, los mismos capitalistas no están seguros de poner las fichas en un candidato de derecha porque -además de que ninguno presenta un programa claro de salida para sus propios intereses- desconfían de que pueda controlar a las masas.

Según Edward Glossop, economista jefe de Argo Capital, “sería muy difícil para un nuevo gobierno eliminar subsidios y devaluar la moneda. (…) No es una opción para nosotros”.

Los piquetes y movilizaciones de mayo y junio pasado que en gran medida reclamaban por la carestía y la escasez -no todos por la proscripción a Morales- deberán encontrar una expresión política propia.

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Se radicalizan las protestas en Bolivia en medio de la proscripción y la crisis política y económica Por Aldana González, 14/06/2025.

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