La cuarentena se deshilacha

Escriben Ana Belinco y Camila Pérez

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Durante la última semana, los casos de contagio por covid en nuestro país han pasado a los 11 mil por día, con tendencia en aumento. La extensión de la pandemia va dejando de tener su epicentro en el AMBA, para desplazarse hacia el interior del país.

En Jujuy, se han registrado alrededor de 350 casos diarios, llevando a una ocupación del 95% de las unidades de terapia intensiva (Infobae, 23/08); en Mendoza, la cifra de casos alcanzó más de 4.500, constituyendo un aumento del 600% de julio a agosto (La Nación, 22/08); en Santa Fe, se reportaron más de 650 casos por día (Télam, 20/08). Un fenómeno similar se ha extendido en el interior de la provincia de Buenos Aires, con centenares de casos en pueblos y ciudades, como Tandil y Mar del Plata.

El gobierno avanza en la decisión política de ir a un levantamiento de la cuarentena, sean cuales sean sus consecuencias. Esto ha sido revalidado por Fernández en su último anuncio, cuando prolongó una cuarentena inexistente hasta el 20 de septiembre. En el medio del pico de contagios y en las puertas del colapso hospitalario, las medidas planteadas por el presidente se limitaron a la obligación de una distancia de dos metros entre las personas, el uso de tapabocas y el lavado de manos. Se trata de una impostura, toda vez que el auge de la crisis sanitaria coincide con la reapertura de prácticamente todos los sectores de la “actividad económica”, es decir, con la vuelta a las fábricas y los lugares de trabajo, donde las patronales, además, se encaminaron a la violación de todas las medidas de seguridad (desinfección de 24 horas, realización de testeos a contactos estrechos, etc.).

En este cuadro, la crisis política toma dimensiones cada vez mayores. Fernández hizo su anuncio con un mensaje grabado, en lugar de las conferencias de prensa habituales, apostando a tener que brindar la menor cantidad de declaraciones posibles. Por el otro, la soledad en la que el presidente se ha colocado en el anuncio obedece a que el “trío” de la pandemia cruje por completo por el propio peso de la crisis. Un aditivo a esto es el intento de apertura de las escuelas en CABA, frenado por el rechazo masivo de la docencia, del cual el gobierno nacional tomó nota, luego de haber acordado la medida con Larreta, para contener el estallido de una crisis social. En cualquier caso, lo que se quiso implementar en Capital Federal es la continuación de la política que se está desarrollando para todos los lugares de trabajo del país. El gobierno marcha ciego hacia el abismo político porque reacciones como la de los docentes son esperables, en este contexto, para cualquier industria, en donde el Estado y las patronales demuestran más que nunca que la explotación está por encima de la vida de la clase obrera.

Mientras el gobierno dice "Quedate en casa" no garantiza los recursos materiales para que masivamente todos y todas podamos cumplir el aislamiento social tan necesario como medio para resguardar nuestras vidas del virus. El Estado capitalista dejó demostrado que es incapaz de inclusive reproducir la vida de la fuerza de trabajo que explota porque está totalmente subsumido a los emplazamientos de los acreedores nacionales e internacionales. Mientras el Tesoro Nacional queda en manos de Black Rock y el FMI, la cuarentena se deshilacha.

Hay que seguir el camino de la enorme rebelión educativa nacional e internacional y avanzar en la discusión de una huelga que reclame una cuarentena masiva para todos. El gobierno ya demostró su postración e incapacidad para llevar adelante esta tarea. La salida a esta crisis y la defensa de la vida de las familias obreras está sólo en manos de los trabajadores.

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