Masacre de Once: Marcos Córdoba, el chivo expiatorio

Escribe Antonella Efe

Una nueva operación mediática al servicio de los empresarios y funcionarios.

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El pasado lunes 14 de septiembre comenzó a montarse una nueva operación mediática en torno a la Masacre de Once ocurrida en febrero del 2012, donde murieron 51 personas y otros tantos resultaron heridos.

La opereta se basó en una declaración del maquinista Marcos Córdoba difundida por Gregorio Dalbón, abogado de Juan Pablo Schiavi, el ex secretario de Transporte durante el gobierno de Cristina Kirchner al momento de la masacre. En dicha declaración, Córdoba “confiesa” haber desactivado el sistema de “hombre muerto”, un mecanismo que existe para instancias poco comunes como la muerte o descompensación del motorman. Sin embargo, estas declaraciones no son para nada nuevas, es algo que se sabe desde el 2012, cuando lo demostraron las pericias técnicas. En este cuadro, los grandes portales titulaban notas absolutamente tendenciosas -“el maquinista admitió que anulo el dispositivo de frenos” (Página/12), “el maquinista de Once reiteró que había anulado los frenos del tren” (Infobae), “el maquinista admitió haber anulado el dispositivo de freno” (La Nación)- que intentaban descargar, ante la opinión pública, las responsabilidades de la masacre sobre un solo trabajador. Visto esto, está claro que cuando se trata de salvar empresarios y funcionarios, no existe tal “grieta”.

El oficialista Página/12 tituló: “El maquinista admitió que anulo el dispositivo de frenos”. En el texto, aparecían citas textuales: "A lo que se refiere Córdoba es que desconectó el llamado freno de hombre muerto, que no es técnicamente un freno. Es un mecanismo por el cual, si él se desmaya, se disparaba un freno de emergencia, era una práctica habitual de los maquinistas desactivarlo y, si bien es una negligencia en la conducción, no tuvo incidencia en el accidente"; “La responsabilidad del accidente no tuvo que ver con que no estuviera conectado el freno de hombre muerto. Se llama así pero no es un freno, es una forma de activación de los frenos. Los frenos principales fueron activados por Córdoba y fallaron"; “En ese sentido, el abogado querellante resaltó que aquel 22 de febrero "el freno de guarda no funcionaba, el freno común tenía poca capacidad de frenado y el freno de emergencia no respondió". Luego de un revuelo que se armó en Twitter con algunos lectores que mencionaban que estos párrafos, que de alguna manera libraban de responsabilidad al conductor, no coincidían con la idea que pretendía instalar el título, los mismos fueron eliminados de la nota en lugar de retitularla.

En este marco, los familiares y amigos de las víctimas de la masacre lanzaron un comunicado oficial a través de las redes de la comisión donde denuncian esta campaña: “ahora otros condenados y abogado intentan instalar una supuesta confesión que no es tal. Esto responde nuevamente a una operación de prensa que en incontables ocasiones pretendieron instalar para lavar sus culpas” y las condiciones en las que se encontraba el tren al momento del choque: “No nos olvidamos de que en sus manos tenía un tren corroído por el óxido, sin ningún sistema de seguridad, con una capacidad de frenado nula y con una estructura que en palabras de los propios gerentes de mantenimiento estaba destinado al desguace”.

Debemos denunciar de manera contundente esta nueva maniobra política y mediática que pretende atribuirle toda la responsabilidad a Marcos Córdoba, trabajador ferroviario. La masacre dejó al desnudo toda una serie de negociados, coimas, intereses de sobreprecios, vaciamiento y tercerización laboral que resultó con la muerte de 51 personas, sin dejar de mencionar a nuestro compañero Mariano Ferreyra, asesinado por una patota de la burocracia de la Unión Ferroviaria.

Castigo a todos los responsables políticos y materiales del crimen. Justicia por las víctimas de Once.

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