Trabajadores de la salud: el 21N tenemos una cita de honor

Escribe Silvia Allocati - Secretaria Gremial de AGIHM

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En diciembre de 2017, bajo el gobierno de Macri, la lucha contra la reforma previsional despertó en los trabajadores la conciencia de que, de fondo, también estaba en juego una reforma laboral de la mano de la modificación de los convenios colectivos de trabajo.

Entre otras, las burocracias de petroleros y aceiteros de San Lorenzo avanzaron con reformas de sus convenios en ese sentido; en el ámbito de la salud, la complicidad de las burocracias de federación de profesionales y Médicos Municipales fue determinante para la presentación de una modificación a la carrera profesional que constituía una verdadera reforma laboral encubierta y flexibilizadora. El rechazo de algunas organizaciones, como la Asociación Gremial Interdisciplinaria del Hospital Moyano (AGIHM) y la Asociación de Profesionales de Servicio Social (APSS), fue de tal magnitud que la comisión de salud de la legislatura porteña que sesionó el 21 de octubre, debió levantar la reunión de comisión y firmar miserablemente el dictamen tras bambalinas.

En septiembre de 2018, de manera exprés, el Gobierno de la Ciudad con la complicidad de Médicos Municipales, a través del Dr. Aldo Caridi, y la cúpula de la Federación de Profesionales presentó en la legislatura porteña el proyecto que modificaría la Carrera de Profesionales de la Salud. Con una lógica empresarial, la reforma promueve el achique, atentando contra la interdisciplinariedad. La reforma establece un régimen disciplinario arbitrario que ataca el derecho a huelga y los derechos gremiales. Restringe el pase a planta permanente de residentes y concurrentes con concursos abiertos; habilita la pérdida de la estabilidad laboral de los cargos de conducción y excluye definitivamente a enfermería y otras profesiones de la carrera profesional.

Se trató de una avanzada del gobierno sobre los derechos de los trabajadores provocando un verdadero retroceso en materia de derechos laborales, erosionando las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud, mayor precarización y salarios a la baja. A pesar de la organización y la lucha que llevaron a cabo alguna organizaciones gremiales, encabezadas por la AGIHM y APSS, el proyecto fue aprobado entre gallos y medianoche.

Fue entonces que la primera semana de octubre de 2018 germinó entre los enfermeros un movimiento de lucha por sus derechos tantas veces postergados. Ese 21 de noviembre -Día Nacional de Enfermería- de aquel año una marea se diseminó por distintas ciudades del país imprimiéndole un carácter federal al reclamo.

Esta marea ha vuelto a despertar y a salir a las calles el 21S pasado. La brutal crisis económica, social y sanitaria que ha producido la gestión capitalista de la pandemia ha puesto en riesgo la vida misma del personal de salud y de enfermería en particular. Luego de las jornadas de acampe y la movilización del 1ro de Octubre en CABA, Enfermería se enfrenta a un nuevo 21N. Todo el movimiento de Salud debe sumarse, a través de un paro, a la jornada nacional de lucha en el día nacional de enfermería.

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