Una nueva estafa contra la docencia: Baradel y Kicillof hunden aún más el salario docente

Escribe Carlos Suárez (Candidato a Concejal en San Martín por Política Obrera)

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Desde 2022 hasta hoy, los docentes bonaerenses hemos perdido un 52% de nuestro poder adquisitivo. A esta brutal caída salarial se suma ahora un nuevo golpe: la burocracia de Baradel acaba de acordar con el gobierno de Kicillof un aumento del 2,5% en agosto y otro 2,5% en octubre, que recién se cobrará en noviembre. La supuesta “reapertura” de la paritaria será a fines de octubre, por lo que cualquier incremento recién entraría en vigencia en diciembre, debido a que el cierre del contralor se realiza a mediados de mes.

Traducido: este “aumento” del 5% en realidad lo tenemos que repartir en cuatro meses, debido a que corresponderán a los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre, lo que significa un mísero 1,25% mensual, en un país en el que todos los indicadores económicos señalan que marchamos a una hiperinflación y donde incluso el índice de inflación truchado de Milei ya marcó un 1,9% en julio. Es decir, seguimos perdiendo salario todos los meses.

La burocracia Celeste no solo entrega el salario: ha naturalizado que la docencia trabaje dos cargos para sobrevivir, con jornadas extenuantes que provocan agotamiento físico, estrés crónico y enfermedades. En el nivel primario, trabajar dos cargos significa percibir $1.426.434 (sin antigüedad), con un “aumento” de apenas $86.014, unos $21.503 por mes. Por lo que para alcanzar la canasta familiar de $2.300.000, un maestro tendría que trabajar ¡tres cargos! Algo que lamentablemente también está ocurriendo.

En el nivel secundario, los profesores que enfrentan además el Nuevo Régimen Académico (que impone una flexibilidad laboral asfixiante) llegan con dos cargos a $927.518, con un aumento total de $44.169 para los cuatro meses. Esto es $11.169 por mes, lo que no alcanza ni para un kilo de carne. Por lo que ni trabajando cuatro cargos (algo imposible) llegarían al valor de la canasta familiar.

Este pacto Baradel–Kicillof no es casual. Es una maniobra para silenciar el conflicto docente en plena campaña electoral y evitar que estalle la bronca en las escuelas. Son cómplices directos del ajuste y del derrumbe social que vivimos, aplicando en la Provincia la misma política antiobrera que Milei impulsa a nivel nacional.

Frente a esta situación desesperante, es urgente que la docencia se organice desde las bases: asambleas autoconvocadas, congresos de delegados con mandato y un plan de lucha para quebrar este pacto infame.

En estas elecciones, no votes a los responsables de nuestra miseria. La única fuerza que plantea un salario igual a la canasta familiar y que llama a luchar para conquistarlo es Política Obrera.

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