Etiopía al borde de la guerra civil

Escribe Mauri Colón

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El primer ministro de Etiopía Abiy Ahmed anunció una ofensiva armada contra las autoridades en rebeldía de la región de Tigray, gobernada por el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés), a quienes acusa del ataque a una base militar en el norte del país, según denuncia, para robar armas al ejército federal.

El TPLF fue una de las guerrillas regionales que junto a otros movimientos armados de las etnias Oromo, Amhara y otras, contribuyó al derrocamiento del régimen de Mengistu Hailé Mariam en 1991. Posteriormente, se integró en el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF, por sus siglas en inglés), el partido que dominó la escena política hasta 2018.

Según la BBC de Somalia, las tensiones comenzaron cuando la esperada elección se pospuso debido a la pandemia de Coronavirus. En la capital, Addis Abeba, y otras partes del país ha provocado indignación por la decisión del gobierno de permanecer en el cargo por tiempo indefinido. A raíz de esto, las autoridades Tigray se declararon en rebeldía y decidieron celebrar sus propias elecciones para no otorgar ninguna legitimidad al Gobierno y al Parlamento federal, al considerar que su mandato había expirado. El gobierno central no legalizó los resultados debido a que no había aprobado las elecciones regionales. Desde allí, comenzaron un sinnúmero de provocaciones. Entre otras, el parlamento votó cortar el financiamiento a esta región y terminaron con el ataque de la base militar.

El primer ministro Ahmed declaró que “el Gobierno federal ha utilizado todos los medios para evitar una acción militar contra el TPLF, pero una guerra no puede impedirse solo con la buena voluntad”. El líder etíope acusa a las fuerzas del TPLF de estar reclutando milicias por fuera de la ley y de hacer chalecos militares similares a los del país vecino Eritrea -con el cual mantuvo un largo conflicto, hasta 2018-, con el propósito de involucrarlo en la crisis.

El consejo de ministros decretó el estado de emergencia por 6 meses para toda la región del Tigray, alegando que “las actividades ilegales y violentas dentro del Estado Regional Nacional de Tigray están poniendo en peligro la Constitución y el orden constitucional”. Cortaron todas las comunicaciones de teléfonos fijos y señales de Internet.

Una guerra en Etiopía llevaría a una crisis humanitaria y de seguridad en la zona donde se encuentran África y Oriente Medio, a una escala que haría sombra a los conflictos existentes en Sudán del Sur, Sudán, Somalia y Yemen.

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