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En medio de una aguda recesión económica en el país, la crisis interna del MAS se puede trasladar, a futuro, en una posible crisis de poder del Estado. Sobre todo si en esta opera la intervención independiente de las masas obreras, indígenas y campesinas.
Circula en las RRSS un reciente ampliado del MAS realizado en Tecoya, municipio de Betanzos, Potosí. La nota señala un enfrentamiento interno entre las fracciones que componen el MAS-IPSP: los Evistas vs Arce-Choquehuancas, nada menos que por cuotas de poder. Algo que se vino agudizando desde hace tiempo, pero que cobró vida con la designación del nuevo gabinete del gobierno del MAS, en el cual los Alteños quedaron relegados. En el gabinete ministerial, la fracción Evista tiene amplia mayoría, seguido por Catacora y el sector de Linera. El grupo que acompaña a Choquehuanca ha quedado relegado, lo que generó un amplio repudio en las bases alteñas del MAS-IPSP. La expresión de esta derrota también acaba de visibilizarse con la presentación de Felipe Quispe como candidato para gobernador de La Paz pero sin la sigla del MAS. Algo que por ahora lo deja en la orfandad; sin embargo, concentra el apoyo en sectores de El Alto y las 20 provincias aymaras.
Esto se avivó nuevamente con el reciente confrontamiento interno en el MAS: un sector campesino de Santa Cruz pidió la expulsión de Zalvatierra del MAS-IPSP por traición, por no asumir la presidencia del país frente a la caída de Morales y dar su vida contra el golpismo derechista (naturalmente, existe intereses contrapuestos en las fracciones del MAS por la repartija del Estado). Todo el aparato del Evismo salió en defensa de Zalvatierra, lo que llevó a que el ampliado campesino en el cual se trataría el tema de la expulsión de exsenadora, se ha ahogado.
Lo que pareciera ser una escena normal y rutinaria en el MAS, en realidad expone el estado del partido que dirige Evo Morales, o sea una inestabilidad política recurrente. En un escenario de crisis política nacional, estas pugnas internas pueden agudizarse hasta estar abiertamente enfrentadas. Como sucedió frente al golpe de Estado, en el cual las divisiones-pugnas al interior del MAS fue otro factor determinante que, de alguna manera, colaboró con la llegada al poder de la oligarquía del oriente.
Mientras una nueva manifestación de la crisis del MAS se produce en el ampliado de Potosí, la cúpula Masista que está exclusivamente bajo el poder de Evo Morales, ya convocó a un ampliado nacional del partido para el 21 de noviembre con el objetivo de designar los nuevos candidatos a las subnacionales, o sea para las elecciones de Gobernadores y Alcaldes. En la cual Morales buscará imponer su lista de candidatos, para tener un control a nivel nacional de los movimientos políticos del partido. Algo que le permitirá presionar sobre el ejecutivo a cargo de Arce Catacora.
En esta crisis del MAS, la intervención de la derecha no está exenta. El derechista Tuto Quiroga y el prófugo de la justicia Arturo Murillo por la masacre de Sacaba y Senkata, en su momento señalaron que era necesario establecer relaciones con el sector “radical” del MAS para confrontar a los Evistas (levantamanos). Esta grieta al interior del MAS, será la vía por la cual la derecha y el golpismo se introduzcan al interior del MAS-IPSP. En medio de la recesión económica, el control absoluto del Estado se vuelve una tarea prescindible para las fracciones o partidos de la burguesía.
El ampliado del MAS en Potosí ya señala un principio de crisis que puede agravarse entre el ejecutivo (Arce Catacora) vs la asamblea legislativa del MAS-IPSP (en particular con el sector a fin a Evo Morales y su círculo). Es decir, que en la medida de que esta pugna continué por el control privilegiado del Estado y las políticas económicas a determinar, puede abrir la posibilidad de un Lenin Moreno en Bolivia, como sucedió con Correa en Ecuador. No está lejas esa posibilidad mientras la grieta al interior del MAS se reabre con cada crisis política interna. Sin embargo, la particularidad boliviana señala la posibilidad que las fracciones dirigentes en pugnas del MAS-IPSP se vinculen con diferentes sectores de la derecha y el golpismo, en una suerte de confortación política.
Lo que, en un futuro de inestabilidad económica, puede llevar a una crisis del Estado. Naturalmente, agudizada, también, por la intervención independiente de las masas empobrecidas y oprimidas del país.
Un dato importante en esta crisis interna del MAS-IPSP, que se expresa en la confrontación entre las bases campesinas e indígenas contra la Élite que conduce Evo Morales y su famoso entorno, por quién dirige el partido y cómo se toman las decisiones a su interior aun no toma claridad . Si bien, las bases han pedido renovación de candidatos y de ministros en el gobierno actual, aun se viene expresando de forma limitada. Los dirigentes de estos sectores del partido de Morales, como el actual vicepresidente David Choquehuanca o Felipe “El Mallku” Quispe son expresión deformada de este pedido y movimiento de las bases del MAS-IPSP que exigen hacer valer su fuerza social y no ser escalera del sector derechista del MAS.
La canalización política de este sector de las bases del MAS-IPSP solo puede tener una expresión independiente en la medida que plantee una salida estratégica a la experiencia de 15 años de gobierno del MAS en el poder del Estado, eso es posible con una salida programática que tenga como eje central la lucha política por un gobierno obrero y campesino; a la vez, que levante las reivindicaciones de los campesinos e indígenas.