La media sanción del aborto legal

Escribe Olga Cristóbal

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La Cámara de Diputados sancionó, esta mañana, 131 a 117, la legalización del aborto. No lo hizo en los términos originales propuestos por el gobierno nacional, pues aceptó los cambios que introdujeron las comisiones con su consentimiento, o más bien su promoción. Los FF hicieron dos pasos de minué para presentar una versión que lo acerque al Vaticano.

Los discursos a favor de la legalización recorrieron largamente todas las penurias que padecen las mujeres sometidas al aborto ilegal. Solo unos pocos mencionaron el papel decisivo de la Iglesia Católica y los evangélicos en esas penurias. Casi todos -hubo dos excepciones: Frade, de la UCR, y Del Caño, del FITU- se ahorraron cualquier mención a los dardos envenenados que alberga el proyecto: la objeción de conciencia individual, la objeción institucional, el recorte de derechos a las niñas y adolescentes, y la penalización a partir de la semana 14.

Todo el jueves hubo una romería en la Plaza Congreso y en las plazas políticas de todo el país. A partir de las 18 comenzaron a sumarse a los partidos y las organizaciones sociales miles de jóvenes, en general en grupos de amigos, y muchas familias, que se acercaron por su cuenta a un evento histórico.

Las columnas celestes fueron inexistentes, había más policías que manifestantes. El gobierno no ha capitulado al atraso de un sector de la población, como intentaban argüir algunas organizaciones. Ha capitulado a los aparatos clericales con los que está asociado.

El Plenario de Trabajadoras en el Partido Obrero Tendencia tuvo una delegación permanente de compañeras de la Ciudad y del Gran Buenos Aires, y compañeras del Polo Obrero Tendencia, que participan en las asambleas de mujeres en las barriadas, y se acercaron a desmentir las patrañas de los curas villeros.

Se distribuyeron miles de Cartas Abiertas advirtiendo los límites que el gobierno impuso a la ley que acaba de obtener media sanción. Muchas compañeras decían que recién se enteraban del agregado de la objeción institucional.

La alegría estalló en la calle esta madrugada, cuando todavía quedaban las organizaciones y muchas jóvenes que habían ido por su cuenta. Expresa la lucha de décadas de generaciones de mujeres que se plantaron ante el clero, y ante el sometimiento de todos los partidos patronales a los designios de quienes son sus aliados históricos para sojuzgar a los explotados.

Sin embargo, otros obstáculos acechan. Ni siquiera con las concesiones gravísimas que encierra, el gobierno tiene garantizados los votos en el Senado.

Denunciamos el corsé pernicioso de quienes se emocionan cuando nombran las luchas desde las anarquistas a la fecha y auguran “el fin de patriarcado”, pero terminan abrazando las exigencias de los sectores más cavernícolas.

El derecho al aborto es fruto de la lucha en las calles, en las escuelas, en la salud. Es fruto de que las mujeres se han plantado en todos los órdenes de la vida para defender sus derechos y los de las familias trabajadoras. Es fruto de la organización en las barriadas contra el hambre y por el derecho a la vida, a no morir de covid.

Frene a esa enorme fuerza guerrera de todos los frentes. el gobierno “feminista” se tomó un año de maniobras y dilaciones, y finalmente compromisos inaceptables. La lucha no ha terminado – sigue, ¡y cómo! Es necesario un balance de cómo fue desechado el proyecto de la Campaña, cómo se llamó explícitamente a desmovilizar hasta una semana antes.

Solamente redoblando nuestra organización doblegaremos a los dinosaurios del Senado. Solamente llevando el debate hasta el último rincón, podremos organizarnos para barrer las trampas de las y los funcionarios de pañuelito.

Convoquemos asambleas en todos los lugares donde nos encontramos, ganemos a nuestros compañeros a esta causa. Los obstáculos que enfrentamos a cada paso, demuestran la hostilidad del capital a la autonomía real de la mujer; demuestran, como en todos los terrenos de la vida, la necesidad de la lucha por el socialismo.

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