Acerca de la Iglesia y el aborto en Irlanda

Escribe Raquel Míguez (Reconquista, Santa Fe)

Tiempo de lectura: 2 minutos

Con relación a la nota publicada ayer acerca de la Iglesia y el derecho al aborto en Irlanda, mando algunas observaciones:

  1. “Durante 76 años, entre 1922 y 1998, en Irlanda se negó, dice el artículo, el derecho al aborto a las mujeres.” Sin embargo, en la misma nota se señala que la ley que permite el aborto en Irlanda se votó recién en mayo de 2018 (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44267757).
  2. “A las mujeres solteras embarazadas se las sometía a encierro de por vida y les quitaban sus hijos.” Esa generalización es un error, ninguna ley condenaba a las embarazadas al encierro de por vida. Las familias se avergonzaban del embarazo de las solteras y las escondían en los conventos. Con frecuencia el embarazo era producto de incesto o abuso de los curas. “La evidencia de varios hogares sugirió que había una división de clases, donde las mujeres de clase media cuyas familias pagaban por su estadía eran tratadas mejor y con más amabilidad” (Independent, 12-1). Si la familia no la reclamaba una vez que no hubiera rastros del bebe, la mujer no tenía donde ir, se convertía en trabajadora esclava, prisionera de las monjas. Todo esto con la complicidad del Estado, obvio. Aunque miles de bebés murieran de desnutrición, otro negocio formidable era el de la adopción que el Estado había delegado en la Iglesia. Esto pasó en todo el Reino Unido, España, Chile, la Argentina.
  3. Es importante no omitir que hay muchas críticas al Informe en cuestión, porque "la investigación concluye que no hay pruebas de que la «Iglesia ni las autoridades estatales» forzaran a las jóvenes a ingresar en las residencias. «Muchas no tenían otra alternativa», observa. La responsabilidad, según la encuesta, recae en los «padres y familia inmediata», que echaron a la embarazada de casa con el «apoyo, contribución y aceptación» de las órdenes religiosas y autoridades eclesiásticas y estatales. «Se debe reconocer que las instituciones ofrecieron un refugio -un refugio duro en algunos casos- cuando las familias no lo hicieron», resalta.

La complicidad del Estado se mantiene en muchos aspectos. Como señala la nota; aún hoy Irlanda es uno de los pocos países del mundo que todavía niega a las personas adoptadas el derecho legal a su propia información y archivos.

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