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“El término ´ocupación´ aplicado a Cisjordania ya no coincide con la realidad allí. Lo que sucede en los territorios no puede entenderse hoy en forma aislada de lo que sucede en todas las áreas bajo el control de Israel” dice textualmente el último documento de la organización israelí de derechos humanos B'Tselem, titulado: “Un régimen de supremacía judía desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo: esto es apartheid”. B'Tselem concluye que “toda el área entre el mar Mediterráneo y el río Jordán está organizada bajo un solo principio: avanzar y consolidar la supremacía de un grupo, los judíos, sobre otro, los palestinos” (Haaretz, 18/1).
“Este principio único -dice el documento- diseña, geográfica y políticamente, las vidas de los 14 millones de personas en ambos lados de la Línea Verde, la mitad de ellos judíos y la mitad palestinos:
B'Tselem “deja en claro que esta misma situación ha existido desde 1948. Que los ciudadanos palestinos de Israel tampoco ´disfrutan de los mismos derechos que los ciudadanos judíos ni por la ley ni por práctica". “Se enfrentan a una discriminación severa tanto en términos de tierra, como está consagrado en varias leyes desde 1948 hasta el presente (la Ley de Propiedad ausente de 1948; la Ley Básica de 2018: Israel como el Estado-Nación del Pueblo Judío), y acciones: La Propiedad de los Ausentes La ley permitió a Israel ´apropiarse de vastas extensiones de tierra de propiedad palestina, incluidos millones de dunams en comunidades cuyos residentes fueron expulsados o huyeron en 1948 y se les prohibió regresar´” (ídem).
“Israel —dice B´Tsalem— ha utilizado esta tierra para construir cientos de comunidades para ciudadanos judíos, pero ni una sola para ciudadanos palestinos. La excepción es un puñado de ciudades y pueblos construidos para concentrar la población beduina, que ha sido despojada de la mayoría de sus derechos de propiedad... El régimen israelí restringe severamente la construcción y el desarrollo en las pocas tierras que quedan en las comunidades palestinas dentro de su territorio soberano. También se abstiene de preparar planes maestros que reflejen las necesidades de la población, y mantiene las áreas de jurisdicción de estas comunidades prácticamente sin cambios a pesar del crecimiento de la población. El resultado son enclaves pequeños y abarrotados donde los residentes no tienen más remedio que construir sin permisos” (ídem).
Desde 1967 Israel ha estado implementando el mismo principio en Cisjordania. Allí, bajo el patrocinio de los sistemas políticos y de justicia del país, y con el apoyo de los israelíes, Israel se ha centrado en reducir de manera irreversible las áreas asignadas para la vida, el empleo y el movimiento de los palestinos, al tiempo que amplía las áreas designadas solo para judíos: “Israel ha instituido un sistema de planificación separado para los palestinos en Cisjordania, diseñado principalmente para prevenir la construcción y el desarrollo. Grandes extensiones de tierra no están disponibles para la construcción, ya que han sido declaradas tierras estatales, una zona de tiro, una reserva natural o un parque nacional. Las autoridades también se abstienen de redactar planes maestros adecuados que reflejen las necesidades presentes y futuras de las comunidades palestinas en las pocas tierras que tienen reservadas. El sistema de planificación independiente se centra en la demolición de estructuras construidas sin permisos, también aquí por falta de elección. Todo esto ha atrapado a los palestinos en docenas de enclaves densamente poblados, impedidos de casi todo desarrollo, ya sea para uso residencial o público, incluida la infraestructura” (ídem).
“¿Qué ha cambiado ahora? ¿Qué impulsó —se pregunta la periodista— a B'Tselem a publicar este documento en este momento? La respuesta la da el propio documento sobre el final: ´Los últimos años han visto un aumento en la motivación y voluntad de los funcionarios e instituciones israelíes para consagrar la supremacía judía en la ley y declarar abiertamente sus intenciones. La promulgación de la Ley Básica: Israel, el Estado-nación del pueblo judío y el plan declarado para anexar formalmente partes de Cisjordania han destrozado la fachada que Israel guardó durante años´” (ídem).
“Pero, lamentablemente, esto no es lo único que ha cambiado en todos estos años. El uso tortuoso de ´máscaras´ y una ´fachada´ han llevado al atrincheramiento aquí de una realidad que ya no puede combatirse con éxito desde dentro de la sociedad israelí únicamente. La sociedad israelí ha cambiado. Los cientos de miles de colonos que viven en Cisjordania y el apoyo total que disfrutan de la mayoría política en Israel, a través de sus diversos partidos y movimientos, junto con el lavado de cerebro ideológico que se lleva a cabo en las escuelas y en el ejército, todo esto ha afectado profundamente el equilibrio de poder. En tales circunstancias, la gran mayoría del público israelí probablemente ni siquiera entendería de qué está hablando el documento B'Tselem”.
“El director de B'Tselem, Hagai El-Ad,… resumió el anuncio que se envió a la prensa junto con este documento: ´En Israel no hay democracia + ocupación, sino un régimen único entre el mar y el río Jordán que nos obliga a mirar el panorama completo y llamarlo por su nombre exacto: apartheid" (idem).