Presencialidad en Pandemia: la celeste no es, se hace

Escribe Analía Pascual

Tiempo de lectura: 3 minutos

En una nota titulada “Escuelas seguras y cuidadas. Las condiciones para la presencialidad” (07/02/21) Sonia Alesso vuelca la lamentable posición de la burocracia Celeste que dirige Ctera en relación al retorno a las escuelas en pandemia.

Alesso carga las tintas sobre los “medios de comunicación hegemónicos” que reproducen los “ataques de los ex funcionarios de la gestión macrista” que habrían descubierto la “importancia de la escuela” y a quienes la autora adjudica un derrotero de medidas contra la educación pública. ¿Pero acaso no fue la burocracia de Ctera la que avaló la destrucción de la escuela pública, durante la gestión macrista, renunciando a organizar la lucha con el argumento de que la docencia los había votado? Alesso omite además que el campeón de la presencialidad en pandemia es el propio gobierno nacional: Trotta acaba de levantarle el pulgar a Larreta para que reabra las escuelas el 17 de febrero, el 12 se reúne con todos los Ministros de educación provinciales para flexibilizar el semáforo epidemiológico y forzar la presencialidad criminal. No hay grieta cuando se trata de convertir a docentes y estudiantes en carne de cañón.

En la nota, también suscripta por Yasky y Baradel, la Secretaria General se dedica a romantizar la precarización laboral docente señalando que en 2020 “multiplicaron sus horas de trabajo, asistieron a los comedores escolares, repartieron cuadernillos y materiales y aportaron sus propias herramientas para trabajar en forma remota, afectando la vida cotidiana de sus propias familias” Todo esto ocurrió, efectivamente, a cambio de un salario por debajo de la línea de pobreza pactado por la Ctera en la paritaria “recuperada”. Esto que Alesso avaló con su inacción y ahora reivindica es lo que la docencia denunció durante todo el año pasado.

Posteriormente la autora hace referencia a “las condiciones epidemiológicas alarmantes que estamos atravesando” y termina planteando que “para un regreso seguro a la presencialidad en las escuelas es necesario que estén contempladas todas las condiciones de salud e higiene de la comunidad educativa en su conjunto”. ¿No sabe Alesso que esas condiciones no existen? ¿Piensa Alesso que todo lo que el gobierno no hizo el año pasado lo va a hacer en estas tres semanas de febrero? Los aprietes para que los docentes se presenten en las escuelas ya empezaron sin que la burocracia Celeste tome una sola medida para rechazarlo.

Podría pensarse que “todas las condiciones de salud” a las que hace referencia Alesso empiezan por la vacunación de todos los docentes, pues bien, en una entrevista a radio LT10 de Santa Fe, la dirigente señaló que “no es que todos vamos a tener que estar vacunados” (01/02/21). ¿Qué mandato tiene Sonia Alesso para mandar a los docentes al matadero? En el mismo sentido se pronunció Trotta: “los docentes no están vacunados, ni tampoco estaban vacunados cuando el año pasado (...) hubo instancias de presencialidad” (Telam 08/02/20). Sin docentes y estudiantes vacunados, lo que urge es dejar de reproducir el discurso gubernamental, rechazar la presencialidad y convocar a la huelga; cualquier otra cosa es desarmar a la docencia y convalidar la masacre social a la que nos quieren llevar gobierno y oposición.

Como hablándose a sí misma Alesso afirma que “No se puede plantear el retorno a la presencialidad de manera imprecisa y ambigua”. Pero en la nota omite cualquier rechazo a la presencialidad y a organizar el No Inicio ¿No es dable deducir que Sonia aboga por un retorno contundente?

En referencia a las “infundadas comparaciones” de los medios, la autora afirma que “la escuela no es un bar, no es un club”. Parece desconocer que el Plan Jurisdiccional de Kicillof plantea precisamente eso: la posibilidad de precarizar aún más a los docentes permitiendo que las escuelas utilicen clubes y otros edificios de la sociedad civil para el desarrollo de las clases presenciales. El Plan jurisdiccional, que la Celeste apoya y la docencia rechazó masivamente en jornadas y asambleas, es la confesión de parte respecto a que en las escuelas no hay condiciones ni las habrá, a menos que la docencia las arranque con su lucha y con sus métodos. Rechacemos la presencialidad en Pandemia, Organicemos el NO INICIO, vamos a la Huelga por la vida!

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