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El “crecimiento sostenido pero leve” de casos de covid en Salta es el eufemismo elegido por el gobierno de Sáenz para calificar la triplicación de los casos semanales desde que comenzaron las clases. Salta Capital, Rosario de Lerma, Rosario de la Frontera, Los Andes, La Caldera y La Candelaria ya se encuentran en rojo epidemiológico. Sin embargo, Sáenz insiste en que las escuelas y la actividad económica no se deben cerrar y que los contagios se dan fuera de estos rubros. Apoyado en el decreto de Alberto Fernández, solo ha suspendido las fiestas y eventos en salones privados y establecido una restricción nocturna en la circulación. Estas medidas no han frenado ni un poco la escalada de contagios.
Aunque desde el Ministerio de Educación Provincial manipulan las cifras de contagios en las escuelas, no pueden desconocer que han crecido enormemente en las franjas etarias más jóvenes. El gerente del hospital Materno infantil de la provincia anunció el lanzamiento de testeos en los colegios sobre estudiantes, por la cantidad de casos en adolescentes.
Por otro lado, sólo el 70% del personal de salud ha recibido las dos dosis correspondientes a la vacuna contra el covid, mientras que en la docencia esa cifra no llega el 50%. Sólo un 15% de los salteños han sido vacunados con al menos una dosis. El sistema de salud sigue vaciado, cono lo demuestra el resurgir de las protestas de sus trabajadores, que nunca refluyeron completamente, advirtiendo sobre la falta de insumos y personal, sobre la precariedad de sus contratos y los bajos salarios y horas guardia.
Consciente de la amenaza de una catástrofe sanitaria, el ministro de salud ha pasado de la defensa de la “economía” y la “presencialidad” a solicitar que a nivel nacional continúen las restricciones y se amplíen en la Provincia. Pero las eventuales nuevas restricciones serán igual de limitadas que las que impulsa Alberto Fernández en el Amba.
Haciendo abstracción de esta crisis sanitaria, todo el arco político patronal se esfuerza por instalar el debate de candidaturas de cara a las elecciones provinciales, convocadas para el 4 de julio. Tanto los ex aliados del gobierno, como la UCR, el PRO y el romerismo, que ahora discuten una lista común por fuera del frente oficial; apoyan a rajatablas la presencialidad en pandemia y ‘convivamos con el virus. La Izquierda, como es conocido, ha cambiado ‘temporalmente’ de la “presencialidad segura” a “la suspensión temporal”, que los Fernández y Larretas convertirán en “presencialidad administrada” a fines de mes. El defensor más fanático de la “presencialidad” en este campo político es el Frente de Unidad Trabajadora, como ha elegido etiquetarse el aparato local del PO oficial. Las especulaciones sobre el aplazamiento eventual de las elecciones provinciales no responden a una inquietud sanitaria, sino a la preocupación de que las mismas no se conviertan en una caja de resonancia de la bronca popular.
La exigencia de testeos masivos, la suspensión de las clases presenciales y toda la actividad económica no esencial, el reforzamiento inmediato del sistema de salud triplicando la cantidad de camas de terapia intermedia e intensiva, la reducción de su jornada laboral, el salario igual al costo de la canasta familiar y un subsidio universal equivalente al 80% de éste para los desocupados, son medidas absolutamente necesarias para frenar la curva de contagios y evitar el colapso sanitario y sus consecuencias mortales. Estas deben ser financiadas sobre la base de la suspensión del pago la deuda provincial, aboliendo los subsidios a las grandes empresas y terratenientes y estatizando sin pago y bajo control de los trabajadores al Banco Macro. Sólo la acción obrera independiente puede imponer este programa, mediante un gobierno de trabajadores.
La Intervención electoral del PO salteño, identificado con la Tendencia a nivel nacional, estará al servicio de la defensa y la agitación de este programa, en una lucha abierta y clara contra los defensores de la “nueva normalidad” criminal del capital y sus gobiernos. Impulsamos la discusión de este programa de cara a los activistas y luchadores de la clase obrera salteña para con ellos dar batalla esta batalla, tal como lo hacemos en las luchas cotidianas, en una lucha socialista por un gobierno de trabajadores.