Perotti y los intendentes, por la presencialidad en pandemia

Escriben Muni Finkelstein y Germán Lavini

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Durante la noche del domingo 2 de mayo, el gobernador Perotti realizó una conferencia en la que intentó minimizar el verdadero alcance de la crisis sanitaria de la provincia. Anunció medidas limitadas a una suspensión durante siete días de la presencialidad escolar, sólo para Rosario y San Lorenzo, que se encuentran en “alerta epidemiológica”, a diferencia del resto de los departamentos, en situación de “alto riesgo”. Una distinción dudosa cuando todo el mapa de la provincia se encuentra en rojo y con desborde en la ocupación de camas críticas. Perotti volvió a apelar al latiguillo de la "responsabilidad individual", tras fijar algunas pautas respecto de la circulación nocturna y el funcionamiento de locales gastronómicos.

Perotti mostró hasta qué punto está jugado a fondo en su camino aperturista, que tiene como eje el sostenimiento de la presencialidad escolar, manifestando que va llevar al extremo esta decisión para que esta suspensión no se extienda más allá de los siete días, buscando con esta medida despejar cualquier duda sobre su compromiso con los requerimientos del lobby de la educación privada y las patronales que exigen escuelas abiertas con el único propósito de que funcionen como depósito de niños. Sin embargo, durante la mañana de hoy, todas las crónicas periodísticas señalaron que era notoria la disminución de la circulación en Rosario (debido a la ausencia de clases presenciales), objetivo fundamental requerido por todos los sanitaristas, para bajar los contagios.

Luego del demostrado fracaso de la presencialidad “cuidada” (ahora “administrada”), la exaltación por sostener la “nueva normalidad” desconoce las advertencias de los científicos y especialistas del Conicet Santa Fe, quienes señalaron, en un informe reciente las proyecciones sobre la pandemia en nuestra provincia, superan los peores pronósticos, e instaron a la suspensión de presencialidad escolar, afirmando que los registros de aumentos coinciden con inicio del ciclo lectivo y que ha sido un factor decisivo que ha disparado el estallido de “la segunda ola”.

En cambio, no se han anunciado tampoco ningún tipo de subsidio, ni de ingreso económico a la población que lo necesita, a pesar de que el propio ministro de Gestión Pública de la provincia, Marcos Corach, aseguró que la provincia "está saneada" económicamente y que podría salir en auxilio... de los sectores empresarios, de ningún modo para que la población empobrecida pueda afrontar esta situación desesperante.

El gobierno, la burocracia sindical e incluso buena parte de la izquierda confluyen en el objetivo de rescatar esta presencialidad criminal en pandemia, a pesar de la inocultable gravedad de la situación. Otros, como el dirigente de SADOP (educación privada), Martín Lucero, se han pronunciado desembozadamente contra cualquier suspensión. Por eso las conducciones sindicales en la provincia, han rechazado impulsar un plan de lucha, y medidas de fuerza en defensa de la salud y la vida, van a la saga del gobierno y la "nueva normalidad".

Desde Tribuna Docente (Tendencia) planteamos la necesidad urgente de poner en pie un plan de paros resueltos en asamblea de base por la suspensión inmediata de la presencialidad en pandemia; que el estado garantice la virtualidad con soporte, equipamiento y conectividad a docentes y estudiantes; por trabajo y salario para todos los reemplazantes y la vacunación para todos. Impulsamos también la formación de comités por la suspensión de la presencialidad en pandemia, en todos los lugares.

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