La Boca: la campaña por la legalidad del Partido Obrero Tendencia

Escribe Ricardo Lusso

Una gran lección política.

Tiempo de lectura: 4 minutos

El acierto político de la campaña por la legalidad de la Tendencia del Partido Obrero se ve reflejado en cientos de adhesiones y afiliaciones realizadas durante los últimos meses en el Barrio de La Boca.

En medio de la pandemia del COVID, contra todas las adversidades que implica, desplegamos nuestros planteos de cara a los trabajadores y trabajadoras en uno de los barrios más golpeados y que sufre las consecuencias de las políticas llevadas adelante, tanto del gobierno nacional como por el macrismo-larretismo en la Ciudad de Buenos Aires.

Desalojos en medios de la pandemia, comedores que no son reconocidos por el gobierno y deben limitar su atención a escasos días de la semana, largas filas de gente en los comedores reconocidos que se suman día a día al ejército de desocupados en busca de un plato de comida, es una fotografía habitual de la crisis humanitaria que se vive en el barrio.

La crisis material de los trabajadores también se ve reflejada en aquellos que tienen un sueldo o trabajan en negro, pero no les alcanza para cubrir las necesidades básicas para vivir de su familia.

Este es el cuadro en que desenvolvemos la campaña por el derecho democrático para obtener la legalidad de la Tendencia.

Los trabajadores buscan un canal

No es casual que ya contemos por cientos de adherentes en el barrio. Por un lado, una fracción de los trabajadores vive la desilusión de los partidos patronales y la izquierda parlamentaria que no dan ninguna salida a los problemas más acuciantes que viven hoy con las consecuencias de la pandemia del COVID y desde hace décadas. Por el otro, están los movimientos sociales que solo se limitan a “gestionar la ayuda social” y no tienen entre sus planes dar una perspectiva de salida política ante la crisis humanitaria que se vive en las barriadas obreras.

Los trabajadores se acercan a la mesa callejera planteando que quieren saber dónde está nuestro local para reunirse y entablar debate sobre cómo luchar por el trabajo, el salario y la vivienda.

Algunos, ya conocen los años de militancia de Altamira y Ramal, y se adhieren sin más diciendo “tienen que estar en las próximas elecciones”.

Otro caso, por ejemplo, es del compañero “Piquete” que luchó por el derecho a la vivienda junto a Marcelo Ramal y el Polo Obrero hace más de una década, conoce nuestros planteos y capacidad de organización para luchar y sin dudarlo firmó su afiliación.

Asimismo, nos encontramos con activistas que militaron en algún partido de izquierda o en el aparato del PO y saben de la Tendencia a través de la web de Política Obrera o las redes sociales, y conocen el debate sobre nuestra lucha por el derecho a Tendencia dentro del Partido Obrero y en la mesa callejera concretan su adhesión, “me afilio, tienen que estar, tráeme el periódico a casa cuando salga”.

Polo Obrero de ayer y de hoy, con la Tendencia

Un capítulo aparte está dado por aquellos que se organizaron en el Polo Obrero desde sus orígenes en la década del Argentinazo, y ahora, suman decenas de afiliaciones recogidas en conventillos y esquinas del barrio, son trabajadores y trabajadoras que mantuvieron de una manera u otra una relación política con los planteos históricos del partido.

El Polo Obrero Tendencia, que se organiza actualmente en el local ubicado en Zolezzi y Aristóbulo del Valle, también aporta su militancia a la campaña. Varios de los que concurren y se organizan en la asamblea son de nacionalidad paraguaya y peruana, pero eso no es obstáculo y afilian a sus hijos, vecinos o amigos argentinos. Toda una escuela de intervención para un movimiento reivindicativo que toma posición por la independencia política y el derecho democrático a que nuestro planteo de obrero y socialista esté plasmado en las próximas elecciones.

La clase obrera quiere organizarse

La sistematicidad con que abordamos la actividad en distintas esquinas lleva a que hoy la Tendencia del Partido Obrero sea ampliamente conocida por los vecinos del barrio.

Tal es así que hay hechos que emocionan, como, por ejemplo, aquellos que no tenían del documento al momento de afiliarse lo traen a la mesa para finalizar su adhesión o aquellos que directamente se acercan diciendo “me quiero afiliar” y dejan su número de teléfono para que le avisemos cuando nos reunimos.

Pero todo no termina ahí, hay afiliados de todas las edades, desde estudiantes que están terminando el secundario o universitarios, obreros de la construcción, empleados de comercio, docentes, como Claudia que conoce desde el inicio de clases nuestra posición contra la presencialidad criminal de Larreta y está en huelga para “defender mi salud y la de mi familia, no queda otra”. Otro es el caso de un jubilado que hoy supera los 85 años de edad, se reivindica socialista y sin dudarlo aportó su afiliación. O la de un obrero de la construcción, que tímidamente se acercó a la mesa y dijo “me quiero afiliar, el otro día pasé y no tenía el documento”.

Otra Claudia, vecina que tiene un pequeño comercio, dijo: “disculpá no pude prestar atención la otra vez ¿Qué están haciendo? Quiero abrir un debate, soy de izquierda, mi papá era comunista, ya estoy dudando con el kirchnerismo y quiero participar en la próxima charla que hagan, traeme el periódico y materiales a casa”, se afilió. Y así podríamos seguir con decenas de anécdotas y declaraciones de vecinos del barrio.

También es cierto que hay trabajadores que están afiliados a otros partidos, y aún no dieron el salto. De todos modos, nos dicen que están de acuerdo y ven con admiración y respeto la campaña que llevamos adelante. Lo mismo ocurre con activistas y militantes de otras fuerzas de izquierda que se acercan a la mesa, “te lo tengo que decir, soy del MST, pero los veo a ustedes con tanto empeño y fuerza haciendo la actividad de legalidad que causan admiración, ojalá tuviéramos más militantes como ustedes”.

Sin lugar a dudas, el tramo final de la campaña por la legalidad de la Tendencia del Partido Obrero nos plantea una responsabilidad: poner mayor empeño y fuerza militante para lograr el objetivo. Asimismo, vendrán en el futuro desafíos superiores, organizar políticamente a la decena de trabajadores y trabajadoras que dejaron sus datos de contacto, quieren que les llevemos el periódico o avisemos cuando nos reunimos.

La clase obrera busca un canal, se percibe en cada actividad. El desafío por delante será el de organizar la lucha para que un planteo obrero y socialista de independencia política de los trabajadores intervenga con un programa de salida a la crisis en curso.

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