Santa Fe: se agrava la situación sanitaria

Escribe Cuki M.

Perotti sostiene la presencialidad, a pesar del desastre.

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La provincia de Santa Fe está en una situación sanitaria cada vez más grave. Mientras el gobernador Perotti aclaró que la presencialidad no está en duda, el secretario provincial de Emergencia y Traslado, Eduardo Wagner, admitió que las ambulancias tienen una gran carga porque deben definir a quién se deja en la casa o a quién se traslada, o directamente esperar muertes para obtener camas (Radioeme, 3/05).

El Gobierno viene dando tumbos e improvisando malamente. Luego de ser la primera provincia en rechazar las restricciones nacionales, definió medidas peores y contradictorias que provocaron mayor descontento. El genuino reclamo por trabajar de diversos sectores se sustenta en los niveles de pobreza e indigencia que alcanzan el 40 por ciento en el gran Santa Fe y el gran Rosario, en un momento en el que toneladas de alimentos están siendo transportadas a los puertos de la provincia en beneficio del complejo agroexportador en el operativo Cosecha 2021.

La capital colapsada

Mientras los departamentos del sur ya pasaron por todos los colores del semáforo epidemiológico, la capital y la zona centro permanecen ‘inmutables’ a ojos del Gobierno. Pero los tres hospitales de alta complejidad de Santa Fe, el Iturraspe, el Cullen y el de Niños, ya han colapsado. Ya se suspendieron todas las cirugías programadas y hace varias semanas la ocupación de camas no baja del 100 por ciento. Aunque informaron que no pueden recibir pacientes de las regiones vecinas, continúan llegando enfermos incluso desde Paraná. Mientras, la salud privada afirmó que no tratarán otros pacientes ni a enfermos de COVID – 19, lo cual reduce la posibilidad de atención.

Ciudades como Coronda o Gálvez, a tan sólo una hora de distancia, han entrado en severas crisis por el propio colapso y la imposibilidad de llegarse a la capital. Ya dos personas jóvenes murieron por falta de camas en un escenario que se proyecta mucho peor. Las direcciones de los nosocomios han emitido cartas y comunicados pidiendo cuidados y advirtiendo la situación, pero no se atina a grandes cambios.

Se improvisaron algunos intentos de solucionar la situación, pero redundan en el aumento de la explotación del personal de salud ya agotado. En el Liceo Militar frente al Cullen se armó un hospital de campaña para pacientes no COVID que será atendido por el mismo personal agotado del efector. También colocaron camas en el Cemafe, pero no hay personas que puedan hacerse cargo del área.

La llegada del frío y el aumento de la actividad escolar evidencian este año un escenario distinto al del 2020. No sólo es la circulación de personas sino también de otras enfermedades respiratorias o propias de la estación. El caso paradigmático de esta situación se vive en el sector sudoeste de la ciudad, donde el Hospital de Niños requirió de las instalaciones de la escuela N° 2090 que funciona en la misma manzana para ampliar la capacidad de internación. Como contrapartida, el ministerio de Educación comenzó a desmantelar la institución sin que las familias sepan, lo que significó otro conflicto.

El intendente de la capital, Emilio Jatón, del Frente Progresista, se plegó completamente a la línea aperturista de Perotti. Las consecuencias de esta política criminal están a la vista en la ciudad de Santa Fe. Los trabajadores deberán organizarse en defensa de la salud y la vida y para arrancarle al Estado todo lo necesario, como lo están haciendo los compañeros del Polo Obrero en el barrio Santo Domingo.

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