¡Abran Agronomía!

Una de las decisiones más insólitas tomadas por autoridades y gobiernos durante la pandemia es, sin lugar a dudas, el cierre al público del predio de Agronomía, donde se encuentra emplazado el parque que constituye el corazón verde de la ciudad. Desde marzo de 2020, los vecinos de las zonas adyacentes, como los barrios Rawson, Agronomía, Paternal, Villa del Parque, Villa Ortúzar y Parque Chas, se vienen organizando en el “Movimiento Agronomía Abierta”. La semana pasada se realizó un nuevo abrazo al parque, del que participamos con una delegación de Política Obrera.

En el colmo de los colmos, los funcionarios de los gobiernos nacional y porteño y las autoridades de la propia UBA anuncian la reapertura de todas las actividades no esenciales, incluyendo las clases en escuelas atiborradas y sin burbujas, pero se siguen negando a dar lugar al reclamo por el libre acceso a un parque a cielo abierto, de más de 60 hectáreas. Este aperturismo selectivo tiene fundamentos económicos: desde hace mucho tiempo que las autoridades universitarias vienen restringiendo los accesos al predio (Arata, Zamudio, etc.), que conciben como un escenario para levantar numerosos negocios, en detrimento de su función como parque público (ver https://politicaobrera.com/juventud/4448-la-uba-en-pandemia-presencialidad-si-espacios-verdes-no).

Los barrios de Agronomía y Paternal representan el segundo pulmón verde de la ciudad, solo detrás de los Bosques de Palermo. No por nada en esos barrios la temperatura desciende tres grados por debajo del promedio de CABA. Y es por eso mismo que se encuentran en la mira de los diferentes gobiernos, que conciben al metro cuadrado urbano como fuente de beneficios para el capital inmobiliario. El gobierno de Larreta y las autoridades de la UBA, con múltiples vínculos políticos, están coaligados en la explotación de dichas ‘oportunidades’ comerciales, a costa del medio ambiente, la biodiversidad y los derechos de vecinos y trabajadores.

En efecto, el pulmón verde de Agronomía y Paternal se encuentra atacado por múltiples flancos. Cerrada Agronomía, el único predio que sigue abierto al público, el parque de la Isla de la Paternal, está amenazado por la construcción de once mega torres (ver https://politicaobrera.com/politicas/2494-larreta-quiere-destruir-el-segundo-pulmon-verde-de-la-ciudad). Por eso es falso el discurso de las autoridades de la UBA, que aseguran que cierran el predio en beneficio de estudiantes, docentes y no docentes. Esta promovida escisión entre la comunidad universitaria y los vecinos de los barrios adyacentes es todo lo que necesita el capital inmobiliario para avanzar con las megatorres, que destruirían el entorno que da cobijo a la gran variedad de aves y especies que habitan las facultades de Agronomía y Veterinaria.

El costado más perverso de esta división es el intento de las autoridades de utilizar a los trabajadores no docentes como escudo frente al reclamo vecinal. De acuerdo con su última resolución, el Consejo Directivo de Agronomía justificó la clausura del parque en el pedido de la Comisión Interna de APUBA. Las camarillas que gobiernan la UBA descargan su responsabilidad sobre el plantel no docente, que luego es ‘retribuido’ con salarios a la baja, contratos precarios y persecución a los activistas que se organizan. Mientras avanzan sobre el predio construyendo nuevos edificios para posgrados arancelados, las autoridades pretenden gestionarlo con una dotación mínima que se encuentra desbordada.

El gobierno de Larreta no presionará jamás a las autoridades de la UBA para que abran el predio, porque necesita de su silencio para avanzar con las mega torres y otros emprendimientos inmobiliarios que están afectando a los barrios circundantes. Incluso empezó a circular el rumor de que, aprovechando el envión de la pandemia, la UBA pretendería restringir para siempre el ingreso de vecinos al predio, tal como hoy ocurre con los accesos a Ciudad Universitaria. Larreta y el rectorado de Barbieri vienen de cerrar cesiones mutuas de terrenos en Ciudad Universitaria, que incluyen negocios de los más diversos -hasta una estación de servicio.

A esta santa alianza por los negocios inmobiliarios y educativos, tenemos que oponer la lucha conjunta de vecinos, estudiantes, docentes y no docentes, a través de asambleas, medidas de acción y pliegos reivindicativos comunes, que incluyan una gestión colectiva y democrática del predio. La universidad que responde dándole la espalda al reclamo no habla por sus necesidades formativas, científicas o sanitarias, sino por la boca de sus camarillas privatistas -hermanadas en sus negocios con todos los gobiernos de turno. La lucha por la defensa del espacio urbano, su disfrute y aprovechamiento en armonía con el medio ambiente, es parte de una lucha de clases de los trabajadores contra el copamiento destructivo del gran capital y sus partidos.