Universidad de Quilmes: los K y la Franja reforman el estatuto del CECSEA a espaldas de los estudiantes

Escribe Joaquín Antúnez

Tiempo de lectura: 2 minutos

El pasado martes 31 de agosto, y con solo 72 horas de anticipación, la actual conducción del CECSEA (Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales, Economía y Administración), en manos de la Juana Azurduy (integrada por La Cámpora, Alianza Universitaria, la CEPA-PCR y el MUI-PC) llevó adelante una reforma inconsulta del estatuto de nuestro centro de estudiantes.

La reforma atiende a tres puntos centrales: 1- la extensión de 1 año a 2 años la duración de los cargos electos; 2- la separación de los padrones de Sociales y Economía y Administración, algo ya rechazado hace años por los propios estudiantes en un plebiscito; 3- la incorporación del “protocolo contra la violencia de género” redactado por la gestión universitaria, supeditando así la decisión soberana de los estudiantes a revocar a sus representantes en manos de un elemento ajeno a los propios estudiantes.

Esta maniobra fue acompañada por la Franja Morada, que aportó el quórum para viabilizar este atropello. El objetivo es sencillo: perpetuar al oficialismo en la conducción del centro para desde allí intentar neutralizar cualquier oposición contra la reforma educativa que se encuentra en la agenda del Banco Mundial y el FMI. El Frente de Todos firmará el acuerdo con el Fondo que implicará estas “reformas estructurales” apenas finalizada la elección nacional, y será avalado en el Congreso por el voto de las dos principales coaliciones capitalistas.

Crisis educativa y crisis nacional

La crisis educativa es indisociable de la crisis histórica a la que asiste la Argentina – 50% de pobreza y un 60% de niños y niñas pobres, contrastan con el slogan oficial de “la vida que queremos”. Lo mismo sucede en la universidad, que ha visto como de 10.000 estudiantes que quisieron realizar el ciclo introductorio en 2020, 5 mil fueron expulsados sin más. La orientación social de una virtualidad sin ningún tipo de financiamiento para estudiantes y trabajadores de la educación no podría ofrecer otro panorama.

En este marco, “La Juana” abandonó a la “buena de dios” a los estudiantes que dice representar, mientras la gestión universitaria, durante la pandemia, selló múltiples negociados con compras de acciones, venta de patentes y de acuerdos con el capital financiero -el Banco Santander- para elevar sus activos a más del doble en solo un año.

Mientras los estudiantes eran expulsados de la universidad, la camarilla universitaria veía acrecentar sus activos en el banco sin conmoverse por la expulsión de estudiantes o los salarios de miseria de sus docentes y no docentes. Esa fue la orientación que acompañó “La Juana”.

Mandatos y elecciones

La reforma del estatuto de nuestro centro de estudiantes estuvo antecedida por otro escándalo, la auto-extensión del mandato por parte de la conducción. Esta no convocó a una sola acción ni deliberación en 22 de meses de conducción – 19 de pandemia. En otras palabras, la reforma del estatuto es consistente con esta política. En la historia del movimiento estudiantil las direcciones han sido validadas y mandatadas en el terreno de la lucha, no de las maniobras legales.

La UJS-Partido Obrero (Tendencia) rechazó la modificación del estatuto, ya sea previa o posterior a las elecciones. Rechazamos cualquier reforma que pretenda consolidar la desarticulación del movimiento estudiantil para luchar contra el FMI y la reforma educativa y laboral que se avecina.

Llamamos a los estudiantes a poner en pie un polo de reagrupamiento independiente de la gestión y de sus agrupaciones afines bajo un programa de denuncia contra el avance de la privatización educativa, que es la exigencia número 1 del FMI en las universidades.

Defendamos nuestros centros de estudiantes como la defensa del derecho a la organización estudiantil y de sus métodos de lucha, que expusimos de a miles en la rebelión educativa del 2018.

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