Balance elecciones en Córdoba

Escribe Ángel Caruso

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Las elecciones en Córdoba exhibieron una atomización de las fuerzas políticas. Más de un 1.100.000 electores decidieron no presentarse. El 48% de los votos de Juntos por el Cambio equivalen a 27% del padrón.

La fórmula que se impuso en JxC, De Loredo-Juez, obtuvo casi 500 mil de los 870 mil del conjunto de la lista. Luis Juez se declaró abiertamente contra Macri antes y después de los comicios. El radical De Loredo, por otra parte, se postuló en oposición al oficialismo radical. La fórmula ‘macrista’, Negri-Santos consiguió 314 mil votos. A la tarde de ese mismo día, Larreta salía a desmentir que apoyara a esa fórmula. Patricia Bullrich apoyó a los ganadores, pero sin acercarse a la provincia, Los medios políticos especulan sobre la fuerte crisis que se avecina en Juntos por el Cambio. Hablar de un “triunfo de la oposición” en bloque confunde.

Por otra parte, el Frente de Todos realizó una de sus peores elecciones. Obtuvo menos del 11 % en la provincia y el 8.37 % en la capital. Su candidato, Martin Gil, lejos de polarizar la elección con el schiaretismo, como se le pedía, dijo que venía a tender “puentes”. El secretario de Obras Públicas de la Nación se mostró en campaña conciliando con Schiaretti. Su estrepitosa derrota desencadenó una crisis a tres bandas. El jefe del PJ provincial, el senador nacional Carlos Caserio, caracteriza a Schiaretti como “opositor al gobierno nacional”. El Movimiento Evita, por su parte, apoya al gobernador. Alberto Fernández no asomó por Córdoba.

El oficialista Hacemos por Córdoba recibió 440 mil votos (24,4 %), con el gobernador. El resultado abre un fuerte interrogante hacia el interior de esa coalición, frente a las próximas elecciones del 2023, donde se pondrá en juego la gobernación.

El PO (o), en la pluma de su dirigente provincial, Jorge Navarro, declaró rápidamente que Córdoba está domada por la derecha. Señaló que Juntos por el Cambio realizó su mejor elección en las PASO. JxC sacó 22.000 votos más que en las PASO de 2019, pero 6.000 menos que las del 2017. Navarro, autor del “anticordobazo de Schiaretti”, quiere dar una justificación ‘sociológica’ al derrumbe del PO (o) -tercero en la interna que propició en el FITU.

Lo cierto es las tres principales fuerzas -Juntos por el Cambio, Hacemos por Córdoba y el Frente de Todos-, juntan apenas poco más del 50 % de los sufragios del padrón de electores - 3 millones - de la provincia. Están cruzadas, además, por fuertes disputas internas que no harán más que seguir profundizando el hastío social.

La elección del FIT-U

La “izquierda que se une” concurrió a una disputa acerca de quién encabezaba el frente. La dirección del PO (o) local no aceptó que la mayor instalación mediática de las otras corrientes fuera motivo suficiente como para cederles el primer lugar. Salió a disputar la interna contra las listas de IS-PTS (Liliana Olivero-Vilches) y el MST (Luciana Echeverría).

El contenido de su campaña del FITU se asemejó a la de una fuerza de centro izquierda. “La izquierda que no mira para otro lado”, “la renovación de la política” “La (R)evolución de la izquierda”. Enormes gigantografias que ocupaban los laterales de edificios enteros con la cara de los candidatos - un dineral, también invertido en publicidad en los diarios de mayor circulación de la provincia con notas cotidianas. Con 77.000 votos es la segunda peor elección en PASO de los partidos que componen el FIT-U. Consiguieron 15.000 votos más que la cosecha de las PASO del 2019, aunque quedaron 50.000 votos abajo de los resultados de 2017, cuando aún el MST no se había incorporado al frente.

IS y el PTS ganaron la interna con 51.6 % de los votos, luego el MST con 27.6 % y tercero el PO O con 20.7 %. Un párrafo aparte merece el desmoronamiento del PO O. Durante la campaña, el PO (o) aseguró que las otras listas de izquierda estaban compuestas por quienes le daban la espalda a las luchas. Que ellos, en cambio, encarnaban “la lista de los más pobres” y los luchadores. Al principio de la campaña electoral, el aparato realizó un acto que señaló como “histórico”, donde habrían confluido 9.000 personas. Lo cierto es que los asistentes a aquel acto habrían decidido no votar a la lista “obrera y popular”.

El Polo Obrero que el aparato del Partido Obrero maneja en Córdoba no movió el amperímetro de las barriadas obreras, donde al igual que en el resto de la provincia, el PO (o) perdió a manos de IS-PTS. En los circuitos 5, 10,12 y 13, la lista de Olivero-Vilches se impone a Soledad Diaz-Berardo por 8.000 votos contra poco más de 5.000. De conjunto la izquierda hace una elección en las barriadas obreras, un 7%, que está apenas por encima del promedio general (6.28 %).

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